Crece la preocupación en China

Hong Kong bulle de fervor democrático

La llamada “Revolución de los paraguas” congrega cada vez más adherentes, cuya audacia crece con el correr de los días. Demandan la posibilidad de elegir libremente a sus autoridades, cosa que Pekín no está dispuesta a conceder.

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Una manifestante con la palabra “democracia” pintada en su pierna participa en una jornada de desobediencia civil, realizada hoy en pleno centro financiero de Hong Kong. Foto: Agencia EFE

 

Agencia EFE

Las protestas prodemocráticas de Hong Kong están congregando a la mayor multitud de los últimos días, ayudadas por el feriado nacional que se celebra hoy, en un ambiente tranquilo sin ningún tipo de actividad policial.

Al menos varias decenas de miles de personas están reunidas en distintos sectores del centro administrativo y financiero de la ciudad, pero también en otras zonas nuevas, aunque no existen cifras oficiales sobre el número de concentrados.

Los diversos puntos de la protesta incluyen escenarios desde los que todo el mundo que quiere se dirige a los congregados por un micrófono para explicar los motivos por los que han acudido a las protestas y por los que hay que defender las libertades civiles de Hong Kong.

Brenda, un ama de casa de 38 años, explicó a EFE que acudió con sus niños porque lleva días viendo las protestas por televisión y creía que hoy debía apoyar las manifestaciones para “no perder las libertades de mis hijos en el futuro”.

Uno de los puntos por los que se extendió hoy la protesta fue la zona comercial de la isla a la que acuden chinos de la zona continental a comprar bienes de lujo que aquí son más baratos.

Horton, un estudiante de 25 años, señaló que “Hong Kong no está contento y quiere que también lo sepan los turistas chinos, que están sometidos a una censura brutal”, según dijo.

Esta jornada en que se celebra el Día Nacional de China comenzó con tensión, cuando el jefe ejecutivo del territorio, Cy Leung Chung-ying, participó en una ceremonia oficial para marcar la efeméride.

Leung celebró un brindis junto a un grupo de políticos esta mañana tras la izada de la bandera china, a la que, de forma silenciosa y ordenada, un grupo de alumnos de secundaria agrupados en la organización Scholarism le dieron la espalda como signo de protesta. Con las manos en alto en forma de cruz, y con las cintas amarillas en sus vestimentas que se han convertido en otro símbolo de esta revolución de los paraguas, los miembros de Scholarism permanecieron callados durante unos segundos mientras los políticos brindaron.

Leung, cuya dimisión se pide con más insistencia, recalcó a los manifestantes que la reforma electoral aprobada en agosto por Pekín y que causó las protestas ofrece más posibilidades de participación democrática que lo que hay en el resto de China, aunque no permita el sufragio universal total.