llegan cartas

Acerca del menosprecio a Leopoldo Marechal

OSVALDO RAÚL VALLI

[email protected]

Siempre son bienvenidos los reconocimientos, máxime cuando tienen por destinatarios a personas que han dejado pruebas contundentes de su paso por este mundo, al punto de constituirse en referentes imborrables en la memoria educativa nacional. Me estoy refiriendo a la nota aparecida en El Litoral del 24/09/14 con la firma de Rogelio Alaniz, basada en la personalidad y trayectoria de las hermanas Olga y Leticia Cossettini. En esa nota, el autor se esmera en destacar, entre otros valores, la inteligencia, fortaleza e integridad moral de esas docentes e investigadoras santafesinas, a partir -presumo-, de una rigurosa búsqueda de datos a tal efecto.

Ahora bien, al hacer referencia a la cesantía de ambas (año 1950) aparece incluido, junto al ministro de Justicia y Educación de la provincia de aquel entonces, Raúl Rapela, el nombre de Leopoldo Marechal como responsable de haber avalado la medida en su condición de presidente del Consejo de Educación de la provincia de Santa Fe. Para quienes estudiamos desde hace tiempo la obra del autor citado, ese dato no coincide en absoluto con la realidad: Marechal estuvo en Santa Fe entre 1943 y 1944, y de allí nunca más ejerció cargo alguno en esta provincia.

Aquí llegamos a algunas preguntas a mi juicio sustanciales: ¿por qué Alaniz no utilizó similares parámetros de rigurosidad en un caso y otro?; ¿Qué necesidad tuvo de menospreciar a uno de los más grandes creadores argentinos, tratándolo sin más de "escritor que alguna vez quiso ser poeta"?; ¿No será el momento de pensar que la inquina hacia Marechal del autor de la nota, lejos de estar fundada en criterios analíticos serios, tiene raíces ideológicas más profundas? ¿Y qué pasaría, por último, si alguien haciendo uso de sus derechos le exige reparación acerca de estos juicios tan livianamente explicitados?