Colón no vio con malos ojos el 0-0 pobre ante Nueva Chicago...

El ADN de Osella impregnado en la piel

No hubo precisión y por eso el equipo generó muy poco. Otra vez se solventó en el buen trabajo defensivo y del arquero. Trató de no replegarse tanto, pero inconscientemente terminó jugando a esperar, que es lo que mejor hace.

El ADN de Osella impregnado en la piel

El duelo de la tarde

Cristian Pavón se le escapa esta vez a Galarza, que intenta frenarlo con infracción. Los dos protagonizaron el mejor duelo de la tarde, sobre todo en el primer tiempo. Galarza le metió un centro-gol a Gagliardi en la más clara que tuvo el local. En el segundo, los dos se apagaron. Foto: Télam

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

Hay cosas que ya no vale la pena cuestionar, aunque formen parte del comprensible debate futbolero: 1) casi la mitad de los puntos que tiene Colón los consiguió de visitante; 2) en los últimos cinco partidos afuera, al equipo de Osella sólo le convirtieron un gol (Ferro). ¿Qué quiere decir esto?, que es un equipo confiable de visitante, no falla, hace su negocio y suma.

Otra cosa que, a esta altura, está fuera de discusión, son las características del técnico y, por ende, de su equipo:

* 1) No es novedad que a Colón le cueste tener la pelota; sería bueno que no tenga tantas imprecisiones.

* 2) Cambiar el esquema y sumar un delantero que juegue de tal (entró Telechea pero el que salió fue Villarruel, que se asemeja más a un delantero que a un volante) no significa que el equipo se convierta en ofensivo.

* 3) Colón tiene una identidad, un ADN, una filosofía que le cuesta mucho abandonar. La discusión podría ser si realmente tiene con qué jugar a otra cosa. El otro día, ante los jujeños, Osella metió toda la artillería ofensiva que tenía disponible, abrió el partido y estuvo más cerca de perderlo que de ganarlo. ¿Está David Ramírez para ser una solución?, ¿suma Telechea más de lo que puede dar Villarruel?, esas son algunas de las preguntas sobre las que se debería reflexionar, pero sin abandonar aquella premisa básica de este Colón, que indica que tiene un cuerpo técnico que armó un equipo que juega a esperar y contragolpear.

No va a cambiar Colón ni tampoco Osella. Y soy de los que opina que así debe ser, por más que a muchos no les guste cómo juega este equipo; que de hecho no luce, porque no está preparado para lucir, aún en los momentos en que muestra su contundencia y liquida los partidos con eficacia, como ya pasó en varias ocasiones (Chicago en la primera rueda, Douglas Haig, Instituto, Guaraní Antonio Franco).

Un aspecto flojo es la falta de precisión para manejar la pelota. Ese sí es un aspecto criticable, porque se puede jugar a entregarle la pelota y el terreno al rival, pero lo que no se puede tolerar es que, al recuperarse, llegue con tanta facilidad al adversario. Esto conspira no sólo con la posibilidad de tener un poco más la pelota, sino también con el mismo juego que se pretende desarrollar. En otras palabras, si Colón juega a esperar, recuperar y contragolpear, es básico e imprescindible que esa réplica sea precisa; si no, no sirve.

Que Chicago iba a arriesgar un poco más no es ninguna novedad. Galarza preocupó más a Pavón que éste a Galarza. Osella debe haber pensado en crearle un problema a Chicago con Pavón atacando a Galarza, pero fue al revés. Galarza atacó mucho por allí; y Pavón —que fue de mayor a menor— se tuvo que preocupar para tapar la subida constante del lateral local, uno de los mejores junto a Lemos.

síntesis

Nva. Chicago 0

Colón 0

Cancha: Nueva Chicago.

Arbitro: Pablo Díaz.

Nueva Chicago: Sánchez; Galarza, Cáceres, Escudero y Arias; Gagliardi, Lemos, Fattori y Cristian Gómez; Barbona y Mendoza. A.S.: Lanzillota. Estuvieron en el banco: Melo, De la Fuente y Maidana. D.T.: Omar Labruna.

Colón: Broun; Castillo, Lazzaroni, Landa y Ferracutti; Garnier, Poblete, Ballini y Pavón; Telechea y Alario. A.S.: Bailo. Estuvieron en el banco: Olivera, Bíttolo y Callejo. D.T.: Diego Osella.

Cambios: en el segundo tiempo, a los 17 m Benítez (NCh) por Mendoza; a los 24 m Ruiz (NCh) por Gómez; a los 27 m Villarruel (C) por Telechea; a los 35 m David Ramírez (C) por Pavón; a los 36 m José Ramírez (NCh) por Gagliardi y a los 41 m Becerra (C) por Alario.

Amonestados: en Colón, Landa.

 
El ADN de Osella impregnado en la piel

Telechea lo “sufre” a Lemos

El volante central de Chicago es un típico jugador del ascenso, fuerte, inteligente para los relevos, rueda de auxilio permanente de sus compañeros. Fue uno de los mejores del equipo de Labruna. Telechea aportó poco. Foto: Télam

análisis

Rubén Aristimuño (*)

No nos quiere nadie

La realidad es que a nosotros nadie nos quiere, pero a veces pienso que es por envidia. Pregunto: ¿quién lleva 20.000 personas a la cancha un día miércoles laborable?, nadie. Si se fijan en cualquier red social, aparece el típico candado con el cartelito al lado “cerrado, estoy en la cancha”. Eso sólo lo hace Chicago.

Muchos preguntan cuál es nuestro gran rival y tenemos varios. Está Vélez, en primera instancia. Pero además, All Boys, por una cuestión de cercanía, Almirante Brown y Morón, son los que generan más expectativa para nosotros y también para ellos.

Cuando arrancó el torneo, acá los queríamos echar a todos, desde el técnico pasando por los jugadores. Ahora la realidad es otra, venimos de una racha de ocho partidos sin perder, encontramos el rumbo y vamos a dar pelea en una zona muy complicada como la que nos tocó.

Obvio que el sueño es volver a Primera porque Nueva Chicago es un grande, lo demostramos siempre y somos capaces de llevar a la cancha más gente que muchos de los que juegan en Primera. Somos pasionales y no jugamos en una “cubetera” como algunos de nuestros rivales.

(*) Periodista partidario de Nueva Chicago.

El planteo de Osella fue 4-4-2, con Garnier por derecha y con Ballini-Poblete como volantes centrales, más suelto Poblete y más ordenado Ballini delante de la línea de cuatro. Lo mejor de Colón fue ese funcionamiento defensivo, sobre todo por la solidez de la última línea. En este renglón, el triángulo Lazzaroni-Landa-Broun fue clave. Los dos zagueros estuvieron muy atentos durante toda la tarde y no fallaron casi nunca. El arquero sacó dos pelotas de gol en el final, casi en una misma jugada, que selló el resultado.

Cuando el partido se iba apagando por las limitaciones de los dos a la hora de crear juego (más visibles en el local por el sencillo hecho de tener más tiempo el balón), los técnicos intentaron cambios que poco aportaron. Labruna pensó en dos jugadores más frescos para que ataquen (Ruiz y Benítez), pero Colón siguió bien plantado atrás. Y Osella volvió a la línea de cinco volantes cuando tiró a la cancha a Villarruel, cerrando a Garnier para que juegue más al centro con Ballini y Poblete; y luego buscó esa precisión que no llegó con la entrada del “Mago” Ramírez.

Osella habló en la semana de arriesgar un poco más en este partido. Claro que puso como base de comparación aquél viaje a Corrientes con muchos cambios y un planteo “mezquino”, dicho por el propio entrenador. Se trató de parar un poco más arriba en Mataderos y sumar gente en ataque, pero la escencia no cambió. Es que Colón tiene un ADN con Osella que es muy difícil de abandonar por el conocimiento casi pleno que tiene el plantel de ese libreto. Se pueden mejorar algunas cosas, como por ejemplo el de la precisión para los pases. Y esperar que llegue esa tan mentada contundencia que tuvo en varios partidos. Pero de ahí a suponer que Colón va a cambiar su filosofía, es muy complicado, casi imposible. Para colmo, las variantes que tiene Osella para modificar algo del libreto, no aportan demasiado, caso David Ramírez. Es poco el tiempo que le dan para que juegue, pero no cambia lo suficiente para que el técnico se sienta en la “obligación” de pensar otra cosa. Es así, por más que a muchos no les guste. Colón juega al “negocio”. Y el “negocio” es el de plantarse, muchas veces, con la idea de no perder. Por más que se diga que se juega a ganar.

En cifras

362

Minutos

Son los que lleva Broun sin que le marquen goles. Desde el encuentro ante Douglas Haig que el arquero sabalero no recibe tantos en su arco, manteniendo la valla en cero ante Boca Unidos, Instituto, Gimnasia de Jujuy y Nueva Chicago.

353

Minutos

Son los que acumula Broun con la valla invicta jugando de visitante. El último gol en esa condición se lo marcó Ferro, en Caballito.

Bajo la lupa

BROUN (7).- Había tenido una tarde relativamente normal y tranquila hasta que atajó dos cabezazos de gol a Barbona y Escudero. Clave.

CASTILLO (5).- Aceptable en la marca pero muy impreciso en el manejo de la pelota, a veces pareciendo distraido.

LAZZARONI (7).- Buen partido, muy seguro y sólido en todo aspecto. Cometió un solo error cuando Gagliardi le ganó las espaldas y se generó una jugada de gol para Chicago en el primer tiempo.

LANDA (6).- Sin complicarse y siendo lo más expeditivo posible. Buen complemento para su compañero de zaga.

FERRACUTTI (5).- Algo complicado en el primer tiempo y mejorando luego, porque Chicago dejó de inclinar la cancha hacia su sector. Un par de buenas proyecciones.

GARNIER (5).- Con despliegue, aunque sin el suficiente cambio de ritmo cuando encabezó alguna de ataque. Un remate suyo que desvió Sánchez fue lo más peligroso de Colón.

BALLINI (5).- Ordenado en la marca, pero sin gravitar en el juego.

POBLETE (5).- Es posible que haya sido el que más intentó, hablando de los volantes, a la hora de jugar. Fue otro de los que no estuvo preciso.

PAVÓN (5).- Arrancó bien pero de a poco empezó a preocuparse más en la subida de Galarza que en ocuparse de atacar.

TELECHEA (4).- Apenas la generosidad en el despliegue pero escaso aporte de desequilibrio ofensivo.

ALARIO (4).- Pareció estar en otra cosa, como ido del partido. No tuvo la potencia física de otros partidos para bancarse la marca y ganar en el mano a mano. Se lo vio torpe cuando, en realidad, es un jugador que tiene un buen dominio de pelota. Flojo partido.

VILLARRUEL (5).- Entró a jugar por derecha primero y enseguida se corrió a la izquierda cuando salió Pavón y entró David Ramírez. Le metió una pelota de gol a Becerra.

DAVID RAMÍREZ.- Se lo nota lento, sin ritmo de competencia todavía.

BECERRA.- Tuvo una clara para ganar el partido, pero al retroceder para saltar y cabecear, se cayó porque chocó con un defensor.