Hubo charlas “informales” entre dirigentes de Colón y Unión...

¿Se viene el clásico?

Todos los clásicos del país se juegan en el verano menos el nuestro. Lo ven como una posibilidad ideal para sumar recursos a las necesitadas tesorerías. Y piensan en dos partidos, uno en cada cancha y sólo con hinchas locales.

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El último Unión-Colón se jugó a puertas cerradas. Los problemas de seguridad y la falta de compromiso serio y responsable de parte de todos, priva a Santa Fe de este choque. En el resto del país, los clásicos se juegan.

Foto: Pablo Aguirre

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

Dicen que todo arrancó en la jornada turfística del día de Santa Fe. Allí se encontraron los máximos dirigentes de Colón y Unión. Hubo charlas en todo sentido, porque hay que entender de una buena vez que la rivalidad debe darse adentro de la cancha y en la pasión de los hinchas, pero que los dirigentes tienen que ver un poco más allá y saber que hay muchas gestiones que se deben encarar en forma conjunta, tanto en Santa Fe como en Afa, para que lleguen a feliz término.

La preocupación por el torneo de 30 equipos que se va jugar el año que viene pero al que todos avizoran como de “corta duración” por la presión que ejercen los clubes grandes, deseosos de que se les aumente el dinero de la TV y que el calendario les permita todo lo que pretenden: posibilidad de vender jugadores al exterior cuando se arman los equipos en Europa, alguna gira y calendarios apropiados para sus múltiples compromisos.

Dentro de ese panorama por ahora incierto, donde muchos se aventuran a pensar que el torneo de 30 equipos arrancará el año que viene pero que, paulatinamente, la idea es la de ir bajándolo hasta volver a los 20 actuales, Colón se debate por volver al círculo privilegiado y hacerlo con la mayor fuerza posible.

En este rubro, lo económico es lo que impera, algo de lo cual ninguno de los clubes que practican fútbol profesional está al margen. Si Colón asciende a Primera, en principio va a recibir el mismo dinero por derechos televisivos que en el actual torneo de ascenso, o sea “sólo” unos 4 millones de pesos contra los más de 16 que perciben los que menos ganan en la A. De por sí, salvo que se encuentre una fuente de financiación que por el momento no existe (lo dijo Luis Segura, presidente de la Afa), la diferencia de recursos entre los que están ahora y los que vendrán después con los diez ascensos, será significativa.

A esto hay que agregar un detalle no menor: Julio Grondona fue un eterno defensor del fútbol del interior y le dio una cabida que antes no tuvo. Sólo Valentín Suárez, creando el torneo Nacional (que se jugaba en los últimos tres o cuatro meses del año), le había dado al interior la chance de medirse con los grandes. Parecía un regalito de fin de año que no tenía el merecido sustento porque había que revalidarlo, en los Regionales, cada vez que finalizaba ese Nacional que se jugó desde 1967 hasta mediados de los 80.

Con Grondona, el fútbol del interior creció, tuvo cabida, pudieron ascender equipos históricos y de muy buenas campañas (como pasó con Talleres por ejemplo, gran animador en los 70), se crearon categorías y muchos pudieron darse el lujo de crecer al amparo de su llegada al fútbol grande, creando expectativas que eran infundadas hasta 1979.

Se necesita dinero. Y Colón-Unión es una institución (el clásico en sí) que puede transformarse en una fuente muy buena de recursos para las necesitadas tesorerías de los dos clubes. Así se piensa, más allá de los riesgos que conlleva en lo que se refiere a la seguridad y el “miedo a perder” que existe en esta clase de partidos. Una vez Colón, estando en la B, le ganó a Unión, que jugaba en Primera, y ocasionó un serio desequilibrio futbolístico que terminó, a las pocas fechas, con el ciclo de Jorge Castelli en la avenida. El “Bicho” Godano recuerda muy bien ese partido porque lo jugó y fue una de las figuras (3-0 ganó Colón). Y si la memoria no me falla, lo hizo con la “10”.

Pues bien, en aquella tarde en el Hipódromo del 30 de setiembre, el tema se habló. Los dirigentes de Unión y Colón llegaron a la conclusión que se podría organizar uno o dos clásicos (se dijo de jugar uno en cada cancha sólo con los hinchas locales), para recaudar dinero.

Boca y River juegan varias veces en el verano; en Tucumán se viene organizando desde hace tiempo el clásico Atlético-San Martín bajo esa modalidad (uno en cada cancha con parcialidad local exclusivamente); Talleres se mide con Instituto y Belgrano, más allá de que están en diferentes categorías, también en forma amistosa y para recaudar; lo propio pasa en el verano con Racing-Independiente y con Estudiantes-Gimnasia, que llegaron a jugar un clásico en Mar del Plata. “¿Por qué no podemos hacerlo nosotros?”, se preguntaron los dirigentes.

Por ahora es sólo una idea, pero el tema ya está hablado. Los clubes necesitan dinero y Santa Fe necesita del clásico. Y que lo vivamos como debe ser, con pasión pero entendiendo que es sólo un partido de fútbol y la vida no se termina en el resultado de esos 90 minutos. No puede ser que todos lo hagan, a sabiendas de que es una fuente de ingreso que ayuda muchísimo a las instituciones, y que acá, por “h” o por “b” nos tengamos que privar de ello. Los lazos se tiraron y por la cabeza de ambas dirigencias, la idea está prendiendo.

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No fue un llamado telefónico, pero Lalo Vega ya habría tenido charlas informales con Luis Spahn para ponerse a pensar en jugar el clásico en el verano. Por ahora, es sólo una idea. Foto: Guillermo Di Salvatore