Irán e Irak

Enemigos unidos ante un peligro en común

Farshid Motahari

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DPA

El primer ministro iraquí nunca hubiera esperado tanta solidaridad de su primera visita a Teherán: todas las partes le prometieron ayuda ilimitada a Haidar al Abadi. Irán hará todo lo que esté en su mano por Irak, dijo el líder supremo, el Ayatolá Ali Jamenei, mientras el presidente Hassan Rohani prometió que Irán está al lado de Irak hasta el final.

Ante este panorama es difícil imaginar que los dos países fueron una vez grandes enemigos: entre 1980 y 1988 combatieron en una brutal guerra en la que murieron más de 500.000 personas, según cálculos a la baja.

El entonces régimen del partido Baaz del presidente iraquí Saddam Hussein utilizó incluso gas venenoso al final de la contienda, cuyas consecuencias siguen sufriendo hasta hoy más de 100.000 antiguos soldados iraníes.

Ahora los países se enfrentan a una nueva guerra, pero esta vez no el uno contra el otro, sino hombro con hombro, contra un enemigo común. Y el motivo de esta nueva coalición es el Estado Islámico (EI), que controla en torno a una tercera parte del territorio de Irak y de Siria.

Debido a sus fronteras con Irak y a la enemistad del EI con los chiitas, la lucha contra los yihadistas del EI forma parte de los objetivos estratégicos de Teherán. “El EI es un problema regional y no global que debe ser combatido en cojunto desde aquí”, dijo Rohani.

Envío de asesores

Teherán ya confirmó el envío de asesores militares a las fuerzas de combate iraquíes y a los combatientes peshmerga kurdos. Irán fue también uno de los primeros países que suministró armas a los kurdos del norte de Irak para luchar contra el EI. Incluso se habló de presencia militar directa, algo que la cúpula iraní siempre desmintió de forma enérgica.

Con su población de mayoría chiita, Irán no quiere sin embargo dar la impresión de que la lucha contra el EI se trata de un conflicto religioso: la crisis no es una cuestión política, sino que la prioridad es evitar una tragedia humana. “Las discusiones entre sunitas y chiitas o entre árabes y kurdos en totalmente absurda en la situación actual”, dijo Jamenei.

La amenaza del EI no sólo acercó a Irán e Irak. “La crisis puede llevar a acercar a otros dos antiguos enemigos”, señala un diplomático en Teherán. Irán se está acercando actualmente al “Gran Satán” estadounidense. La colaboración con Washington no es una opción para el primer ministro iraquí Al Abadi, sino una necesidad que obliga a aparcar las diferencias políticas. Al menos por el momento.

No sin motivo se produjeron en los últimos meses varios encuentros entre los ministros de Exteriores de Irán y Estados Unidos, tras décadas de enemistad política. El próximo está previsto para comienzos de noviembre y aunque teóricamente sólo versará en torno al programa nuclear iraní, también se espera que se hable de la lucha contra el terrorismo.

Incluso hubo contactos indirectos entre los presidentes de los dos países. “Cuando los estadounidenses tengan que decirnos algo a este respecto, naturalmente que los escucharemos”, dijo Ruhani.