editorial

  • El incremento del consumo de bebidas alcohólicas entre adolescentes y preadolescentes resulta alarmante.

Adolescencia y consumo de alcohol

El caso resulta verdaderamente estremecedor y preocupante: una chica de 16 años denunció haber sido abusada por un compañero en una de las aulas de un colegio secundario de Avellaneda, provincia de Buenos Aires.

Pero eso no es todo. Además, los padres de la víctima explicaron que, a pesar de su corta edad, la adolescente se encuentra bajo tratamiento por su adicción al alcohol. Todo indica que, previamente al abuso, el agresor la emborrachó con cerveza y whisky.

Lo sucedido refleja con claridad una serie de irregularidades que suelen producirse en los colegios: la chica ingresó al establecimiento en un profundo estado de embriaguez. Sin embargo, ninguna autoridad o personal responsable de la escuela se percató de la situación. Ni tampoco existen aparentemente controles para evitar que los alumnos deambulen por el colegio en horario de clases, fuera de sus respectivas aulas.

Cuando la hallaron, la alumna se encontraba en shock. Los primeros estudios que se le realizaron revelaron que en ese momento tenía 12 gramos de alcohol en sangre (el límite permitido para conducir un vehículo es 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre).

El caso de esta chica parece ser extremo. Sin embargo, se convierte en un nuevo llamado de atención sobre el extendido consumo de alcohol entre adolescentes y preadolescentes a lo largo y ancho del país.

En este escenario, el Ministerio de Salud de la Nación acaba de divulgar el relevamiento “Información Básica en Salud Mental y Adicciones (2014)”, donde informa que entre 2001 y 2011 el abuso del alcohol en los estudiantes secundarios creció un 113 por ciento, mientras que las consultas por emergencias en jóvenes derivadas del consumo de drogas se incrementó el 40 por ciento entre 2009 y 2012.

A fines del mes pasado, el Instituto Provincial de Estadísticas y Censo de Santa Fe difundió los resultados de la Encuesta Nacional sobre Prevalencias de Consumo de Sustancias Psicoactivas 2001, elaborado por el Ministerio de Salud de la Nación en conjunto con los institutos de estadísticas provinciales.

El trabajo reveló que, a nivel nacional, en 2011 casi el 65 por ciento de los jóvenes de entre 16 y 24 años había consumido alcohol durante el mes previo a la consulta.

Esta franja etaria -adolescentes y jóvenes- refleja una proporción mayor de consumo que los consultados de otras edades. Tanto es así que, el promedio de consumo de alcohol en los últimos 30 días entre la población de 16 a 65 años, fue del 60,3 por ciento. La prevalencia del último mes de consumo de bebidas alcohólicas es mayor para los varones que para las mujeres (70,3% vs. 50,4%). Mientras la problemática del consumo de drogas ilegales ocupa los principales espacios en la discusión pública y política, resulta evidente que el principal riesgo entre los más jóvenes radica en el abuso de bebidas alcohólicas, de fácil acceso y socialmente aceptadas. En muchos casos, ni siquiera los padres son conscientes de la situación.

Es verdad que el Estado, en general, las escuelas y el sistema de Salud no parecen estar a la altura de las circunstancias. Sin embargo, también resulta necesario hacer hincapié en el papel que los padres deben cumplir inexorablemente en el seno familiar. Son ellos quienes deberían detectar a tiempo las conductas y los hábitos de riesgo de sus hijos.

Sin embargo, en muchos casos, cuando se percatan de la situación, suele ser demasiado tarde.

Resulta necesario hacer hincapié en el papel que los padres deben cumplir inexorablemente en el seno familiar.