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La Policía Metropolitana de Londres debió pagar 510.000 euros a una mujer que no sabía que el hombre con el que tuvo un hijo era en realidad un agente encubierto cuyo cometido era espiar sus actividades.

Scotland Yard pidió disculpas “sin reservas” por “el dolor y el sufrimiento” causado a la mujer, identificada como Jacqui.

La Policía pagó la indemnización tras una batalla legal entre la mujer y el cuerpo de seguridad, después de que Jacqui se enterase en 2012 de que el padre de su hijo y con el que había mantenido una relación sentimental en los años ochenta la había seducido deliberadamente para conocer sus actividades.

La compensación forma parte de un acuerdo para que la mujer retirase una medida legal contra la Policía por ataque, negligencia, engaño y mala conducta de un agente.

Jacqui aseguró que debió recibir tratamiento psiquiátrico al descubrir la verdadera identidad del agente, al que conocía como Bob Robinson, cuyo nombre verdadero era Bob Lambert y que trabajaba para el Escuadrón Especial de Manifestación (SDS).

Esta unidad lleva a cabo operaciones encubiertas de largo plazo destinadas a infiltrarse en diversos grupos, entre ellos organizaciones defensoras de los derechos de los animales.

En el caso de Bob Lambert, el agente tenía la misión de infiltrarse en el Frente de Liberación Animal.

Así, como parte de una operación a mediados de los ochenta, el agente inició una relación sentimental con la activista que entonces tenía 22 años.

En 1985, Jacqui dio a luz a un niño fruto de su relación con el agente, que desapareció cuando el pequeño tenía 2 años, y fue en 2012 cuando supo la verdad a través de otras personas.

Jacqui criticó a la Policía por no querer admitir que lo que hizo fue totalmente inaceptable y dijo desconocer por qué las fuerzas del orden querían conocer detalles de sus actividades.