Campaña triguera

El año de la roya

  • Con temperaturas más cálidas de lo normal y alta humedad, el invierno favoreció la proliferación de la enfermedad y obligó a realizar tratamientos extra en los campos de la región.
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Juan Manuel Fernández

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Las temperaturas superiores a lo normal y una persistente humedad generaron en el invierno un ambiente óptimo para el desarrollo de la roya del trigo, tanto de la hoja o anaranjada (Puccinia triticina Erikss) como la negra del tallo (Puccinia graminis), enfermedades que caracterizaron la campaña en curso en el centro santafesino.

Así lo demostraron los técnicos de AFA Humboldt el martes 21 en la recorrida por sus ensayos en Hipatia. De las 27 variedades testeadas, la mayoría se vió afectadas por estos hongos.

Según explicaron los técnicos, el principal efecto en los campos de la región fue el adelantamiento de los tratamientos con fungicidas y, en algunos casos, algunas pulverizaciones extra que debieron realizarse. “Normalmente estabamos tratando de llegar a floración o espigazón para aplicar fungicidas y que cubran enfermedades de hoja y fusarium”, explicó Edith Weder, asesora técnica de AFA Humboldt. Pero los planes cambiaron cuando apareció “la gran vedette” de la campaña: la roya de la hoja, hongo que no da tregua “y cuando aparece hay que entrar a aplicar”.

Por lo tanto, la recorrida de los ensayos se centró en observar qué variedades demostraron mejor comportamiento frente a la enfermedad. “Hubo materiales que lo toleraron perfectamente sin necesidad de pulverizar, en otros hubo que hacer una aplicación y en otros dos”, dijo la ingeniera. La principal condición que favoreció la dispersión del hongo fue la cantidad de horas de mojado de hoja -“entre 11 y 12 horas”, detalló- y la temperatura cálida. “Eso hizo que no podamos esperar; no llegábamos ni siquiera a hoja bandera y tuvimos que aplicar fungicidas”.

Más allá de esta complicación, “quienes hicieron bien las cosas pueden pensar en buenos trigos: el llenado de grano viene bien, las noches son frescas, ya no va a helar y si las lluvias seguirán siendo periódicas habrá una buena cosecha”.

La ingeniera repitió que, “como siempre”, la rentabilidad del cereal es “finita”. Pero hoy la situación es “igual para maíz, sorgo y soja, no estamos teniendo márgenes en casi ninguno de los cultivos”.

Por su parte, la fitopatóloga Margarita Sillon evaluó que “este fue un año muy especial para trigo con varias enfermedades que además aparecieron antes, por lo menos 30 días”. En ese sentido dijo que registraron 40% más de Mancha Amarilla que el año pasado; además de roya de la hoja y también de roya negra del tallo como “novedad”, ya que no se veía con intensidad desde 2006.

Sobre esta enfermedad precisó que “puede empezar en hoja y para un ojo no muy entrenado puede ser difícil reconocerla y cuando llega al tallo es porque está avanzada”. Además indicó que se da con temperaturas más altas y “es mucho más agresiva”, a tal punto que en muchos casos requirió dos aplicaciones de fungicidas.

Para el control de este patógeno, Sillon recordó que deben usarse triazoles -de un solo tipo o mezcla- solos o con estrobirulina. “Sí se incursionó en distintas estrategias; donde se vio que avanzaba anticipadamente se usó un triazol como para frenarla y luego, de ser necesario, guardarse la mezcla más cara para el momento de expansión de hoja bandera”, finalizó.

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“Enroyados”. Los hongos de la hoja (Puccinia triticina Erikss) y del tallo (Puccinia graminis) fueron la constante de la campaña. Foto: Juan Manuel Fernández

Area en expansión

  • Edith Weder comentó que el trigo “nunca cayó” en la zona de influencia de AFA Humboldt y que en la presente campaña “se sumaron más hectáreas” de quienes “se habían largado a la aventura de hacer cebada cervecera, colza o garbanzo” y fracasaron. Por las características climáticas del ciclo, con un invierno cálido y húmedo, consideró que “hubiese sido triste” si intentaban esas alternativas.

Desde la cooperativa calcularon un incremento de 15% de área triguera y un rendimiento promedio entre 27 y 28 quintales. Entre los fundamentos de los productores para apostar por el cereal mencionaron la necesidad de rotar el lote, controlar malezas y “hacer caja” para la gruesa. Incluso refirieron “la memoria de corto plazo” del productor, que el año pasado tuvo muy buenos rindes de soja de segunda y por eso decidió repetir la apuesta.

Margarita Sillon dijo que registraron 40% más de Mancha Amarilla que el año pasado; además de roya de la hoja y también de roya negra del tallo como “novedad”, ya que no se veía con intensidad desde 2006.