NUEVO PROYECTO

Spielberg el ilusionista

  • Su próxima película estará ambientada en la Guerra Fría, con Tom Hanks como protagonista. En el guión intervienen los hermanos Coen. Repaso por la obra de un cinesta monumental, incansable y exitoso.
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Con enorme llegada al público, Spielberg es uno de los directores más dotados de su generación. Foto: EFE

 

Juan Ignacio Novak

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El director Steven Spielberg ambientará su nueva película “St. James Palace” en la Guerra Fría durante los años ‘60. Tom Hanks será cabeza del reparto de este thriller con guión escrito por los hermanos Coen junto a Matt Charman. También Amy Ryan y Alan Alda, entre otros. Esto sirve de excusa para repasar la obra de un cinesta excepcional.

La primera muestra real de las cualidades de Spielberg fue “Reto a muerte” (1971), que sostiene en todo el metraje las premisas “hitchconianas” que implican la dotación a sus trabajos de preeminencia visual, manejo del suspenso y constante manipulación del espectador. Tiene que ver en la brillantez del resultado final, la presencia de Richard Matheson (referencia en la ciencia ficción) en el guión. La historia es simple: un hombre trata de adelantar un camión en la ruta. El conductor, al que el espectador nunca ve, se lo toma como afrenta y comienza a perseguirlo. Pero está aprovechada y la película es un escalón central en la filmografía del cineasta.

Un escualo duro de alcanzar

Para comprender el impacto del próximo gran film de Spielberg es necesario situarse en la época de su estreno, en 1975. El cine norteamericano, tras el gradual agotamiento de los géneros clásicos iniciado en la década anterior, empezaba a gestar una generación de cineastas cinéfilos que sin desdeñar las lecciones de los grandes maestros, realizaban a ritmo vertiginoso películas capaces de unir calidad y comercialización, para llegar hacia el gran público, en constante metamorfosis. En ese proceso, lleno de hallazgos, participaron Martin Scorsese, Peter Bogdanovich, Brian De Palma, George Lucas y por supuesto Spielberg. Y el producto más acabado en este sentido, fue un film de (aparentemente) escaso vuelo argumental, sobre un monstruoso animal marino ávido de carne humana que asola a los bañistas de una pequeña localidad de la costa este de Estados Unidos. El título: “Tiburón”. Con intuición, Spielberg adapta una pequeña novela y filma una película de horror sin cementerios, oscuridad, ni demonios, sino una soleada playa. Y gracias a la sintonía que logró con el público, la película resultó un éxito, con varias secuelas que no alcanzaron a emular sus cualidades artísticas.

Abducciones y arqueólogos

Salvo algunas excepciones como Klaatu en “El día que paralizaron la Tierra” (1951), los extraterrestres que ocuparon las pantallas (sobre todo en los ‘50) eran temibles. Pero en “Encuentros cercanos del tercer tipo” (1977), Spielberg demostró algo que profundizaría en “ET, el extraterrestre” (1982): los habitantes de otros mundos podían ser pacíficos, desarrollados y con tendencias a explorar a los humanos para el entendimiento mutuo. Richard Dreyfuss protagoniza el filme, que tiene en su reparto al cineasta y crítico francés François Truffaut.

Pero fue en 1981 cuando Spielberg diseñó (con George Lucas) el film que lo catapultaría a un lugar de privilegio en el cine norteamericano: “Los cazadores del arca perdida” (1981), con uno de los personajes más icónicos del cine de evasión: el arqueólogo Indiana Jones, que interpreta Harrison Ford. Sobre un guión de Lawrence Kasdan, Spielberg reinventa el género de aventuras al narrar las andanzas de un científico que busca el Arca de la Alianza mientras lo persiguen los nazis. A la vez, rinde homenaje al cómic y a los viejos seriales cinematográficos.

El‘éxito fue tal que Indiana Jones, tras encontrar la reliquia de Moisés, desentrañó los secretos de una antigua secta hindú en “Indiana Jones y templo de la perdición” (1984), se unió a su padre (interpretado por Sean Connery) para ir tras las huellas del Santo Grial en “Indiana Jones y la última cruzada” (1989) y penetró junto a su hijo en las selvas del Perú para revelar lo que se esconde detrás de un misterioso objeto en “Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal” (2008), que marcó el regreso de “Indy” tras 20 años.

Colores, soles, dinosaurios y listas

A mediados de los ‘80, Spielberg era un exitoso, con un olfato inigualable para adaptarse, cual camaleón, a los gustos del público. Sin embargo, no era del todo reconocido, por lo cual eligió una novela de Alice Walker y rodó “El color púrpura” (1985), ambientada en los albores del siglo XX, centrada en Celie, una adolescente negra enfrentada a una vida durísima. La película no tuvo el eco esperado, sobre todo porque la trama se ve lastrada por un excesivo sentimentalismo, que se repetiría en muchas películas de Spielberg.

Tras dirigir “El imperio del sol” (1987), con un adolescente Christian Bale llegaron antes de promediar los ‘90 dos monumentales jalones. “Jurassic Park” (1993) que ganó millones en todo el mundo que generó un renovado interés por los dinosaurios y marcó nuevas pautas en efectos especiales. Y la que, hasta el momento, figura no sólo como la mejor película de Spielberg sino como una de los mejores trabajos del cine sobre el Holocausto: “La lista de Schindler” (1993). Brillante dirección, magnífica fotografía y actuaciones llenas de matices forjan una obra maestra que posee, entre sus méritos, el de dejar constancia de que el horror existió con la forma de campos de concentración nazis. Luego llegaron “El mundo perdido” (1997), que intentó sostener el impulso de “Jurassic Park” y la pasable “Amistad”.

Soldados, robots y estafadores

En 1998 Spielberg volvió a demostrar las razones por las cuales es uno de los más talentosos de su generación. En “Rescatando al soldado Ryan” ofrece algunas de las escenas bélicas con mayor realismo jamás filmadas. Tom Hanks, Tom Sizemore y Matt Damon encabezan los créditos, pero poco importan aquí los nombres: lo que impacta es el tremendo absurdo de la guerra.

En los cuatro años posteriores, Spielberg se afirmó sobre la ciencia ficción con “Inteligencia artificial” (2001), donde retomó un proyecto de Stanley Kubrick, fallecido en 1999 y “Minority Report: sentencia previa” (2002), que con una mirada más corrosiva y sin final feliz podría haberse convertido en una obra maestra del género. “Atrápame si puedes” (2002) y “La terminal” (2004) están basadas en el principio de mantener enganchado al espectador.

Los trabajos que rodó Spielberg en la última década tuvieron altibajos y poseen momentos brillantes que son mejores que la suma de sus partes. Ocurre en “Münich” (2005), “La guerra de los mundos” (2005), “Caballo de guerra” (2011), “Las aventuras de Tintín” (2011) y “Lincoln” (2012), cuyo mayor logro es la actuación de Daniel Day-Lewis. De todas formas, y con 67 años, Spielberg continúa a pleno sin indicios de retiro. Y tiene varios proyectos en su haber, entre ellos “St. James Place”, que tiene los atributos para ocupar un espacio privilegiado en la filmografía spielbergiana.