llegan cartas

Sensaciones de Doña Rosa

DR. MARIO PILO (*)

En los últimos días, la presidente ha insistido en cadenas nacionales sobre las bondades -estadísticas mediante- de la “década ganada”, no de los “problemas” -que son muchos- sino de los “logros” -que son pocos, aunque existen en ciertas materias-.

Así el “relato exitoso” nos dice que hemos cancelado el 90% de la deuda externa, no la “interna”, generando una igualdad social superior al promedio mundial, una sociedad “inclusiva” sin exclusiones, derechos humanos perfeccionados, un crecimiento económico -campo sojero e industrias complementarias- sin precedentes, polos energéticos, culturales, científicos, etc., etc.

Ahora bien, y en la prieta síntesis de la mediática Doña Rosa: si tenemos las condiciones relatadas por el “exitoso” plan nacional (sin duda lo es en cuanto al incremento de sus patrimonios modelo K, lo que podría llevarnos -como en Bután- a medir nuestro “progreso” en términos no de PBI sino de Felicidad Bruta Interna), ¿por qué tanto odio de clases, con violencia incluida en la sociedad, tanta droga para suplir la infelicidad, tanta inflación desbocada, tanta corrupción en todos los sectores (públicos y privados), tanta queja de los sectores realmente productivos, tanta injusticia, paradojalmente “judicial” y política?

En los últimos diez años hemos retrocedido en educación pública -estadísticas internacionales Pisa-, ocupamos uno de los puestos de mayor corrupción mundial -lugar 132º, entre 165 países encuestados, sobre los informes interanuales de Transparencia Internacional-, somos uno de los países de mayor inseguridad -cifras de Amnesty Internacional-, las “economías nacionalizadas” en quiebra -YPF, Aerolíneas Argentinas-, la economía internacional con pérdida de mercados y un default técnico inocultable.

La inflación ya equivale a la de Venezuela, y es la cuarta o quinta en el mundo. Las villas miseria -no las “villas dignas” que tanto elogia el discurso oficial de Hugo Morales- crecieron de un 22 a 25 % sobre encuestas, etc., etc.

Las “sensaciones” de Doña Rosa, formadas no por el relato, sino por la experiencia diaria de la calle, nos transmiten la “sensación” de una nueva década infame.

(*) Abogado, docente, vicepresidente ejecutivo Asoc. Civil Anticorrupción, miembro Instituto Col. Abogados; ex Conadep; ex Inadi