Benito Mussolini actor de Hollywood

(EFE).-

Benito Mussolini, el dictador italiano que supo comprender el poder que el cine tenía como herramienta de propaganda, también saltó a la gran pantalla para convertirse en actor de Hollywood, tal y como demuestra The Eternal City, una película de 28 minutos recién descubierta en Nueva York.

Ha sido la profesora y estudiosa del cine italiana Giuliana Muscio quien ha encontrado este filme que fue producido por Sam Goldwyn en 1923 y que hasta ahora permanecía en el Museo de Arte Moderno de Nueva York sin que nadie supiera de su existencia.

La cinta fue rodada un año después de la multitudinaria Marcha sobre Roma, la entrada a la capital protagonizada por Mussolini en 1922 con la que, apoyado por los camisas negras, inició su camino de ascenso al poder.

Muscio contó que el afán del cine hollywoodiense por ampliar sus fronteras y llegar a un público internacional pudo ser una de las razones que impulsaron a Estados Unidos a interesarse por Mussolini. Además, según la investigadora, la película “permitió al régimen fascista ayudarse de una producción estadounidense para llevar su mensaje más allá de Italia, algo que con una película italiana no se habría conseguido”. The Eternal City fue la adaptación de la novela socialista homónima del escritor Thomas Henry Hall Caine que ya había sido versionada en el teatro y en el cine, pero que en esta ocasión se trató de una adaptación libre en la que el fascismo aparecía como el gran salvador del mundo.

La película cuenta la historia de David Rossi (Bert Lytell) y Roma (Barbara LaMarr), dos jóvenes que se crían juntos y que se prometen amor eterno, pero cuyo romance se ve interrumpido cuando el idealista David marcha a combatir en la guerra. Durante su ausencia, Roma se convierte en una famosa escultora con la ayuda económica de Bonelli (Lionel Barrymore), un instigador a la violencia cuyo secreto mejor guardado es que ansía convertirse en el líder del Partido Comunista y en el dictador de Italia.

Pero su deseo se verá frustrado cuando David, teniente y brazo derecho de Mussolini, le asesine. La cinta concluye con el triunfo del fascismo y la firma de un documento por el cual Mussolini libera al patriota David Rossi y le permite continuar con la historia de amor que tenía con Roma. “El intenso abrazo que protagonizan los dos jóvenes” invita al espectador a comprender que Mussolini es el gran líder que el mundo necesita.

“Mussolini participa activamente como personaje de la película”, aseguró la investigadora italiana, antes de añadir que el dictador estaba “muy satisfecho por el carácter fascista de la película, tal y como escribió el operador de cámara en uno de sus folios”.