editorial

  • El Senado aprobó con modificaciones el proyecto girado desde Diputados. Existen numerosos intereses en juego.

Discusiones por el descanso dominical

El Senado santafesino aprobó con modificaciones la denominada Ley de Descanso Dominical. Se trata de un tema que merece un análisis de fondo para evitar implicancias negativas en la economía general de la provincia y en la situación particular de propietarios y empleados de comercio.

No fue un trámite sencillo. Mientras los senadores discutían el texto de la ley -y la aprobación del proyecto era todavía una incógnita-, fuera de la Legislatura representantes de los empleados de comercio de la provincia se mantenían expectantes, ejerciendo una fuerte presión.

Finalmente, el proyecto fue aprobado sobre tablas y por unanimidad. Sin embargo, la Cámara Alta le introdujo algunas modificaciones al texto que había sido votado por Diputados.

Entre los principales cambios, se eleva de 70 a 200 metros cuadrados la superficie tope que deberían tener los locales atendidos por sus dueños y que decidan abrir durante los domingos o feriados. Si el local fuera más grande, ni siquiera podrá ser atendido por sus propietarios.

Además, se incorporaron excepciones a la prohibición de atender en esos días. Entre ellas, se destacan los shoppings, farmacias, librerías, estaciones de servicio, terminales y kioscos de diarios. Es evidente que, en el caso de algunos rubros específicos, obligarlos a cerrar los domingos o feriados perjudicaría notablemente las posibilidades de generar ventas.

Ahora, el proyecto volverá a Diputados. Y hasta el momento, nadie puede asegurar que será aprobado definitivamente antes de que finalicen las sesiones ordinarias.

El tema genera fuertes discusiones que se prolongaron a lo largo de todo el año. Entre los que se oponen a la medida, la Asociación Supermercados Unidos (ASU) planteó que en estos momentos los empleados tienen la posibilidad de trabajar los domingos de manera voluntaria, cobrando doble remuneración. En caso de no trabajar ese día, verían reducidos sus ingresos.

Incluso, desde la entidad se advirtió sobre el riesgo de que esta medida termine provocando despidos de personal, pues ciertos rubros cuentan con una dotación de empleados que ya no serán necesarios.

También existen dudas sobre la potestad que la Legislatura provincial tiene para legislar en esta materia. De hecho, el tema ni siquiera se encuentra en discusión en el Congreso de la Nación porque no existe consenso para avanzar hacia el establecimiento del descanso dominical.

En definitiva, y más allá de las posturas asumidas por ambas Cámaras provinciales, se trata de un tema que plantea posiciones encontradas.

Es verdad que en algunos países los comercios -salvo casos excepcionales- no abren sus puertas durante los domingos. Pero también es cierto que existen pautas culturales fuertemente arraigadas que, si bien pueden cambiar con el tiempo, podrían generar bajas de ventas en algunos rubros específicos.

También es importante que se haya tenido en cuenta la posición de cada municipio o comuna de la provincia. En las ciudades más grandes, una parte de los consumidores aguarda el fin de semana para hacer sus compras, pues durante el resto de los días difícilmente tenga el tiempo necesario para hacerlo. En cambio, en localidades más chicas, probablemente el cambio de hábitos sea más sencillo.

Sólo resta esperar qué postura adoptarán los diputados de la provincia y, posteriormente, saber si el gobernador Antonio Bonfatti decide promulgar o vetar esta ley.

El tema viene generando fuertes discusiones que se prolongaron a lo largo de todo el año.