al margen de la crónica

Capuchas

La policía de la ciudad estado alemana de Bremen equipó a sus agentes con una cofia que pueden colocar sobre la cabeza de un detenido si intenta escupirlos, en una medida que ya desató críticas de diversos sectores.

La fina capucha de algodón integra desde septiembre el equipo de los coches patrulla y ya fue utilizada en cuatro casos, detalló Rose Gerdts-Schiffler, portavoz de Interior de la ciudad del norte alemán, que calificó las escupidas como “asquerosas y humillantes”.

El sindicato de la policía llevaba tiempo reclamando la introducción de la cofia como forma de protección ante “secreciones repugnantes y portadoras de enfermedades”.

La policía de Bremen citó como ejemplo un incidente en julio. Un detenido con hepatitis C comenzó a escupir a los agentes al ser ingresado al coche patrulla. Su saliva alcanzó no sólo el uniforme y la cara de los agentes, sino también la boca de una joven policía.

“La capucha me parece una respuesta adecuada y proporcionada”, defendió el secretario de Interior de Bremen, Ulrich Mäurer. El socialdemócrata (SPD) aclaró que no se usará de forma preventiva, sino sólo cuando un detenido comienza a escupir.

También el jefe del sindicato de la policía de Bremen, Jochen Kopelke, rechazó los reparos a la medida. “La cofia permite ver y oír” y no dificulta la respiración, señaló.

Pero las máscaras de ese tipo son polémicas y sólo se aplicaron en casos puntuales en el resto de Alemania. Incluso en Bremen tanto la oposición como sectores del gobierno dudaron de su legalidad.

“La encuentro problemática desde el punto de vista de los derechos civiles”, criticó Kristina Vogt, jefa parlamentaria del partido La Izquierda en Bremen.

Desde el SPD, partido del gobierno regional, el portavoz de política de Interior Sükrü Senkal consideró la capucha una solución “no óptima” y pidió que se reemplace por una protección bucal.