Nicolás Frutos y un emprendimiento inédito para el deporte santafesino...

“A los 20 años sos Rambo, ¿y después?”

  • Dijo que el futbolista debería ser “muchísimo más profesional” y que “a Luis Spahn siempre le dije que debía traer a Madelón”. Habló de Rivas, de Brítez y de cómo ve a Unión.
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Nicolás Frutos en su centro integral de preparación, llamado Xinergia, ubicado en Aristóbulo del Valle al 6100 de nuestra ciudad. Habló de lo que le pasó cuando fue futbolista, de su experiencia en la recuperación de la lesión y del presente de Unión. Foto: Luis Cetraro

 

De la Redacción de El Litoral

“Tuve que dejar el fútbol a temprana edad y pasé muchos años rehabilitándome y entrenando a un nivel altísimo para jugar a un nivel de Champions League. Así encontré que había una veta de entrenamiento ‘invisible’ que no se practica en los clubes y que marca diferencias y permite un entrenamiento global completo. Los últimos dos años me entrené en un complejo en Bruselas al que asistían deportistas de todas partes del mundo. Ví jugadores de ping pong, yudocas, tenistas. No había futbolistas, salvo yo. Y ví cómo se entrenaban desde el dedo gordo del pie hasta la oreja para competir en el más alto nivel. Y cuando ves que un lanzador de jabalina entrena mañana, tarde y noche para realizar una corrida de cinco segundos para lanzar al aire la jabalina, empecé a hacerme algunas preguntas que hoy respondo con este emprendimiento”, dice Nicolás Frutos.

—¿Esto es sólo para deportistas o para el público en general?

—Es para un deportista profesional, para un amateur o para el que quiere sentirse bien desde cualquier aspecto. Vamos a tener un laboratorio fisiológico del deporte para hacer todo tipo de evaluaciones, ya sea profesional o recreativo. Además, traje una franquicia para traer las plantillas ortopédicas que alguna vez tuve que utilizar en Bélgica. Hay cosas que se hacían en Rosario, que ahora las tendremos en este lugar.

—Habiendo visto en tu recuperación a otros deportistas, ¿pensás que el jugador de fútbol debería ser más profesional?

—Más profesional no, muchísimo más profesional y las 24 horas del día. A los 20 años te sentís que sos Rambo y a los 23 o 24 aparecen ligamentos cruzados, repeticiones de roturas musculares, pubalgias, problemas de cintura... Es como andar con una rueda desinflada durante mucho tiempo, seguro que el chasis en algún momento se te empieza a torcer. A mí me pasó, yo tuve que abocarme por completo a los exámenes pormenorizados de todo tipo para seguir jugando. Y esta experiencia es lo que traigo acá, invirtiendo en mi ciudad.

—En alguna porción, grande, mediana o chiquita, ¿te sentís responsable de este ascenso de Unión?

—Mi querido amigo Luis Spahn, el presidente, no me va a dejar mentir: en todos los procesos cuando se fue un técnico, no faltó que vaya a su oficina a decirle que era el momento de Leo Madelón. Estoy contento, lo quiero muchísimo a Leo y se lo merece.

—¿Y en cuanto a los jugadores?

—Me siento feliz de ver a chicos que pasaron por mis manos, hoy les toque estar en Primera. Y me hace más feliz que muchos continúen con ese mensaje de amor por este deporte y de profesionalismo que uno les ha inculcado. Antes que me agradezcan en una nota o me recuerden, quiero que me manden un mensaje cuando están mal para pedirme una ayuda.

—¿Y se avanzó en Unión en la búsqueda de ese profesionalismo que existe en Europa y que te tocó vivir?

—Un importante dirigente de la actual comisión, una semana o diez días antes de que me vaya, me dijo que “lo urgente tapa lo importante”. Y allí me dí cuenta que debía irme del club. Me lo dijo bien y tenía toda la razón. Faltan dirigentes que vayan a trabajar al fútbol amateur y con vocación, para que realmente los chicos salgan con una preparación adecuada. Los dirigentes van a los clubes para trascender y salir en los diarios, y si estás en el fútbol amateur, no salís en los diarios.

—Rivas y Martínez, por dar ejemplos, llegaron para quedarse en la Primera. ¿Esto tiene que ver con un crecimiento en la preparación de los chicos?

—A Rivas lo hicieron debutar con 17 años, lo pusieron diez minutos y no estaba preparado. Después de eso, Juan no se animaba a mirarme a los ojos, tuvimos una charla de 45 minutos en el vestuario y estaba enojadísimo con el club. Juan estaba muy equivocado, decía que el club le había faltado el respeto y que le habían mentido. Le habían prometido que le iban a hacer contrato profesional y que iba a jugar en Primera. Llegó Darío Kudelka, armó el equipo para ascender y es cierto que un chico de 17 años no iba a tener lugar en ese plantel, era algo lógico. Nos costó un año recuperarlo. Nosotros lo hicimos jugar seis u ocho meses de doble cinco, ya tenía experiencia en el puesto que hoy juega. Y hay una persona que es gran responsable de este momento de Rivas.

—¿Quién?

—El presidente Spahn, porque mandó varios chicos a Deportivo Merlo a que se fogueen y hoy tenés a un Juan Rivas o a un Sebastián Caballero que crecieron.

—¿Y Brítez?

—... Siempre confié en él... Mirá, yo no soy muy simpático para trabajar, porque a los chicos siempre les digo lo peor que les puede pasar. Si no, estaría criando corderos en un mundo de lobos. Y no me lo permitiría. Emanuel es un hombre adentro de la cancha. Me da risa cuando la gente dice que no puede ser que viva amonestado, pero el otro día la patada en Mendoza sobre el final llegó en el momento justo, porque si no, el rival pateaba al arco, se desviaba en alguno, entraba y no ganábamos el partido.

—¿Tiene que seguir así o va a ir calmándose con el tiempo?

—Quedáte tranquilo que cuando juegue en Boca o en River no lo van a amonestar más. Es un chico que no tiene techo, yo sé que a los dirigentes no les gusta su personalidad pero hay que dejarlo que siga así, que va bien.

—¿Cómo ves el club?

—Antes, los técnicos de inferiores eran desconsiderados. Ahora son valorados y respetados. Y el gran responsable de eso, es el presidente Spahn. Y de allí estos resultados.