Cerca de 900 educadores

De la Redacción de El Litoral

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Alrededor de 900 docentes de 54 localidades reflexionaron hoy sobre las experiencias realizadas durante el año en el marco del programa de Abordaje Integral de la Violencia, que propuso en 2014 la Región IV de Educación a todas las secundarias orientadas, técnicas oficiales y privadas, y escuelas medias de adultos de los seis departamentos que abarca la Regional.

“Para desarrollar este dispositivo, el pasado mes de abril creamos una Red Colegiada de abordaje y formamos ocho agrupamientos entre los secundarios con sedes en: Coronda, Helvecia, Nelson, San Carlos Centro, San Justo, Santo Tomé y dos en Santa Fe. Ahora estamos socializando las actividades que fueron haciendo las 210 escuelas de la Regional, con la intención de que este trabajo pueda ser capitalizado y enriquecedor”, explicó a El Litoral, Rafael Bono, director de la Región IV de Educación.

La jornada de cierre se realizó en ATE Casa España, donde cada agrupamiento hizo la presentación de sus trabajos, con la participación de los alumnos. Algunas instituciones, fundamentalmente rurales, no pudieron llegar a Santa Fe por la lluvia.

El director regional señaló que se trabajó mucho durante el año con el discurso pedagógico inclusivo, que representa un desafío para las escuelas que deben afrontar la obligatoriedad del secundario y la necesidad de incluir a todos los alumnos que vienen con distintas realidades y problemáticas.

“Cuando hay situaciones de gravedad o de vulneración de derechos interviene el Equipo Socioeducativo del Ministerio de Educación, que actúa sobre el hecho ya ocurrido. En cambio, este programa tiene el sentido de prevenir: busca hacer circular la palabra, generar vínculos entre los chicos y entre las diferentes escuelas que están en confrontación. Todo esto permite que los estudiantes se conozcan y se generen otras formas de relacionarse. Lógicamente que este trabajo por sí sólo no va a anular la violencia que existe en la sociedad pero de alguna manera genera en los alumnos, la posibilidad de poder reflexionar y pensar otra manera de resolver los conflictos”, explicó Bono.

Entre las actividades realizadas durante el año por las escuelas para contrarrestar la violencia, se desarrollaron encuentros con las familias en kermesses, proyectos de literatura, representaciones teatrales, trabajo con las comunidades barriales, las Ruedas de Convivencia. “La potencia de este trabajo estuvo dado en que cada escuela fue diseñando y poniendo en práctica diferentes estrategias. Fue muy interesante el trabajo con el grupo familiar de los alumnos, porque al encontrarse convocados por la escuela para abordar una problemática que realmente les interesa, la respuesta de los padres fue sorprendente”, evaluó el titular de la Región IV.

Contracultura

En la apertura de la jornada, además de Bono, estuvo la coordinadora del programa Rueda de Convivencia, Marta Paillet. Ella se refirió a un “gran constructor de la paz” como el noruego Johan Galtung, quien sostiene lo siguiente: “Si tu quieres saber cuánta cultura de paz hay en tí, cuenta cómo reaccionás al conflicto personal, al que se te presenta todos los días. Eso marcará el grado de analfabetismo que tenemos en materia de resolución del conflicto”.

Paillet consideró que “encuentros como el de hoy demuestran que salimos de ese estado de ‘incompetencia inconsciente’, que es la primera etapa del proceso de aprendizaje: cuando la persona todavía no es consciente de que no sabe. Si bien aún no sabemos cómo resolver este grado de conflictividad social que hemos generado, sí ‘sabemos que no sabemos’ y hemos empezado a trabajar para conseguirlo”, explicó Paillet.

La convivencia es una construcción sistemática y consensuada que involucra valores, ideales, principios y acciones pedagógicas que propician la participación democrática. “Con este trabajo en las escuelas, hemos empezado a mirarnos, a conversar, conocernos, hacer circular la palabra y que los jóvenes sean protagonistas de su propio destino, acompañados por los adultos”, destacó.

Por eso, propuso “celebrar estos pequeños logros que estamos haciendo” y alentó a los docentes a seguir trabajando en generar una “contracultura de la violencia, construyendo la convivencia y paz, que son el antídoto natural de la violencia”.

Experiencias

Sandra Trevisani, directora de la escuela Juana Azurduy (Santa Fe): “Somos la única secundaria pública del barrio San Lorenzo, álgido en materia de violencia. Este año, en el marco del Abordaje Integral realizamos una kermesse donde los chicos armaron juegos y sus papás vinieron a disfrutar. También hubo una jornada de saberes populares donde los papás vinieron a enseñarles a los chicos a hacer pan casero, albañilería, carpintería, costura. Fue muy enriquecedor y despertó vocaciones. Todo lo que podamos hacer desde la escuela en contra de la violencia, no alcanza. Igual, no claudicamos y seguimos trabajando”.

Marta Moreyra, supervisora (Santa Fe): “La realidad es que la escuela está atravesada por situaciones de violencia y, a su vez, se ha transformado en un espacio cultural que permite que los adolescentes puedan expresarse. A partir de ahí, los docentes pueden construir dispositivos pedagógicos para encauzar la circulación de la palabra y la búsqueda permanente de resolución de conflictos”.

Ricardo Morazzo, director de la EET Nº 456 (Gálvez): “Hemos trabajado entre las cuatro escuelas de la ciudad contra la violencia. Cada uno hizo su propio proyecto y cerramos con una muestra conjunta. Fue muy movilizante para toda la comunidad ver cuadras de jóvenes marchando por las calles hacia la jornada final. Hemos logrado que las escuelas, directivos y alumnos se junten, intercambien ideas y opiniones”.