Senador Alberto de Fazio

“El estilo de Scioli encarna el cambio”

  • Alberto de Fazio tiene una aquilatada carrera política en la provincia de Buenos Aires y es uno de los hombres de Daniel Scioli. En plena campaña política considera que el gobernador “gana en primera vuelta” porque encarna el cambio de estilo que pide la gente.
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De Fazio -acompañado por el senador provincial Alberto Crossetti- resaltó las fortalezas del oficialismo, principalmente, en las estructuras políticas en todo el país. Foto: Luis Cetraro

 

Guillermo Dozo

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Alberto de Fazio es senador de la provincia de Buenos Aires y es, dicen, una de las principales espadas políticas de Daniel Scioli en la actual campaña presidencial. Dueño de un estilo muy abierto, claro y sincero, estuvo en Santa Fe y dejó una serie de conceptos sobre la política y las expectativas que encarna el actual gobernador bonaerense, la ruta presidencial y las opciones de nuestro país con un gobierno caracterizado por el diálogo, el consenso, la previsibilidad y la confianza.

De Fazio explica claramente que “Daniel lo que tiene es que es previsible, sabemos cuál es su perfil. Esto se lo explicábamos a un grupo empresario norteamericano y les decíamos que ellos se van a llevar discursos muy similares de los equipos de Macri, de Massa y de Scioli: que no queremos inflación, que queremos que el dólar confluya en un solo valor, etc. Pero les dije que los únicos que pueden gobernar el país son los peronistas porque las otras construcciones posibles son construcciones personales. Massa se resfría y se terminó el Frente Renovador. Macri se resfría y se terminó el PRO.Nosotros podemos estar detrás de Scioli, Randazzo, Urribarri, es decir, que el partido se va a alinear y el partido tiene consejeros escolares, concejales, intendentes, diputados... toda una estructura. Por eso la debilidad de las otras opciones que tienen que echar raíces rápidamente en el interior buscando cómo crecer. Entonces van a buscar a los radicales y ellos son como una bomba de tiempo, implosionan y eso está a la vista. Porque es lógico que un partido nacional que tiene dos o tres vertientes no se puede alinear en orientaciones políticas, una es filoperonista y otra era peronista hasta hace diez meses. Si no resultó la Alianza entre el radicalismo y el Frepaso, que era más o menos homogénea, con líderes como Alfonsín y otros, si eso no resultó, imagínense con alianzas armadas en tres o cuatro meses...

—Entonces Scioli ya se siente presidente...

—Tiene mucha confianza. Lo veo muy confiado.

—Confianza en los números de las encuestas o en este análisis que usted está haciendo.

—En él. Daniel confía en él. Además cree que se puede hacer algo bien hecho. Conoce el país, conoce el marco internacional, tiene el equipo, confía en que la gente está interpretando cuáles son sus variables personales más allá de su labor. Si uno observa la gestión, tenemos un 55 por ciento de aprobación. Y yo le digo la verdad, no sé qué mira la gente porque la provincia de Buenos Aires tiene problemas por donde se la mire. Con 16 millones de personas de las cuales diez millones viven en el diez por ciento del territorio tenemos problemas por todos lados. Pese a ello, la gente, sin embargo, no está mirando eso. No le reclama a Scioli que elimine la pobreza estructural porque sabe que no lo puede hacer. Y sabe que dentro de lo que se puede, hacemos todo lo posible.

—Hay mucho por hacer pese a la década ganada de la que habla el gobierno...

—Yo creo que es una “década recuperada” porque partimos en 2002 desde menos diez. Lo que se hizo fue sí ganado pero, en realidad, veníamos del subsuelo. Por eso Daniel dice ahora que es el turno de la agenda del desarrrollo. Esto es recuperación, pero el desarrollo es otra cosa, es la planificación. Por ejemplo, ¿por qué rutas vamos a sacar la producción?, ¿por una ruta de dos manos para los próximos 50 años o ya hay que pensar en el tercer carril?. ¿No habrá que pensar en armar circunvalaciones, o en otro tipo de rutas y en los aportes del ferrocarril? Eso es planificación. La gran dificultad es que no hay plata en la Argentina y para hacer eso se necesita, según nuestras estimaciones, entre 250.000 a 300.000 millones de dólares en diez años. Sin embargo, esa plata está en el mundo disponible, pero hay que saber traerla. Para traerla no hay que mostrar un sistema político caótico sino previsible. No puede ocurrir que mañana el gobernador de Santa Fe se levanta y porque se peleó con la mujer a la noche hace una locura, o que el gobernador de Córdoba legisla y crea tres tasas nuevas y le impone un impuesto al combustible... porque entonces un empresario de afuera dice “mis costos eran éstos, pero ahora un alcalde de pueblo me incrementa los costos en tanto por ciento”. Esto modifica cualquier ecuación económica y así no puede ser. Quienes vienen a invertir piden que no les cambien las reglas porque son negocios a largo plazo.

La “maquinita”

De Fazio avanza con sus definiciones y remarca: “¿Cómo se financia el mundo? Con inversiones. ¿Cómo lo hacemos nosotros? Con la “maquinita”, emitiendo pesos desde el Central. Tenemos una inflación estructural y un déficit notable que no podemos controlarlo con la “maquinita” porque eso sólo lo pueden hacer los norteamericanos que están autorizados a emitir. Pero nosotros no. Entonces, ¿cómo hacemos para hacer un puente que vale 300 millones de dólares? Hay que salir a buscar las inversiones. En el mundo se financia todo a largo plazo, a 30 o 40 años y serán las generaciones venideras, las que vean los beneficios de esas obras, las que tengan que pagar las obras.

—Lo escucho hablar y, por momentos, me parece un opositor al gobierno nacional.

—No, no al contrario. Esto no sería posible de lo que lo estemos hablando si el gobierno no hubiese hecho lo que hizo. Como, por ejemplo, resolver el problema de YPF Repsol, una política de desendeudamiento, solucionar el problema del Club de París, y haber refinanciado casi el 94 por ciento de la deuda externa. Ahora queda el último escollo que es el 7 por ciento de los que quedaron afuera. Pero nada es posible de enfrentar si no se hubiesen resueltos todos estos problemas.

—La oposición está dando pasos que parecen hacer más fácil el camino para el oficialismo que encarna Scioli: pero la gran duda... ¿la bendición está?, porque siempre está la duda sobre cuál es la relación de la presidente con el gobernador.

—No va a haber bendición porque no hace falta. El peronismo va a resolver esta cuestión con Paso o sin Paso, de una forma gradual y natural. En política no hay bendición, al menos en la política argentina...

—Pero la sucesión de Néstor y Cristina fue así.

—Sí, pero no tomemos como habitual lo que fue un período de emergencia. Lo que vivimos fue un momento de crisis. El peronismo tiene un problema de sucesión porque Perón no dijo cómo era la sucesión, se murió y no dijo cómo era la sucesión.

—Cuál va a ser el mensaje del sciolismo de cara a la gente, porque Scioli puede ser parte o no de un cambio, el mismo que pide la gente.

—Lo que nosotros notamos en las encuestas cualitativas es que la gente no pide cambios totales sino una cuestión de estilo que la encarna perfectamente Daniel Scioli. Por eso se lo valora en las cuestiones del consenso, del diálogo, de la previsibilidad y de la confianza que son los cuatro ejes que la gente valora. Y el cambio es ése. El estilo de Daniel es el cambio. Las encuestas hoy dan que ganamos, aun en el ballotage. Nosotros encarnamos un optimismo, pero no un optimismo bobo sino fundado. Con la seguridad que da Daniel, y con un cambio en las espectativas económicas, seguro que ganamos en primera vuelta.

Perfil

Alberto de Fazio

es abogado. En su carrera política ocupó una banca de concejal en Quilmes. Fue subsecretario de Asuntos Municipales de la Provincia de Buenos Aires y luego ministro de Gobierno hasta 2011. Actualmente, ocupa una banca en el Senado de la provincia de Buenos Aires en representación de la tercera sección electoral.