Ocho triunfos al hilo y es el mejor de la B Nacional...

Con Unión no va eso de que cualquiera le gana a cualquiera

  • En muchos partidos, como el de ayer, no necesitó jugar bien para ganar. Sólo por la falta de sentido común que gobierna a la Afa no puede gozar de tener un título que merece: el de campeón.
Con Unión no va eso de que cualquiera le gana a cualquiera

Nereo Fernández, uno de los pilares de esta gran campaña y figura en el partido de ayer, rechaza con los puños ante la presencia inquietante de Erramuspe (ganó bastante de arriba) y Mancinelli. Foto: Télam

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

Histórico, epopéyico, casi imposible de comparar. A esta campaña de Unión le faltó el guiño de una Afa que en medio de la desorganización que la gobierna, arma un campeonato en el que no hay campeón. ¿Por qué?, es la pregunta que todos se hacen. Es cierto que jugando la B Nacional, el objetivo es ascender y no importa mucho si se lo hace siendo el mejor de todos, el segundo, el tercero o el décimo, como ocurrirá en esta temporada. Pero se juega a ganar en el fútbol y no hay mejor rótulo para el que lo consigue, que el de ser campeón. Esa palabra, lamentablemente, no existe en el código y el diccionario de este torneo. Una pena.

Pero está “dulce” Unión, se acostumbró a ganar. Y cuando un equipo se acostumbra a ganar, gana. No tiene otra opción. Gana hasta sin jugar bien. Gana hasta equivocándose mucho con la pelota. Gana hasta contando con la suerte de pelotas que pegan en el palo. Gana aunque le anulen discutiblemente un gol.

Cuando un equipo está “dulce” pasa que entra un jugador como Avendaño, que hace medio año que no juega un partido de 90 minutos, y rinde. El Pata está en condiciones de jugar como ayer y el hincha de Unión lo sabe porque lo conoce. Pero en este equipo no tuvo lugar. Y eso se debió al crecimiento exponencial que tuvo la dupla Barisone-Sánchez. Y éste último, el ausente de ayer, fue la pieza fundamental en la que se solidificó la tarea defensiva del equipo. Pero no se notó. Y hasta se dieron el lujo de jugar cambiados. Porque Avendaño fue siempre primer marcador central y Barisone el segundo. Sin embargo, el Pata jugó de “6” y Diego lo hizo de “2”. Y bien. Como Gamba, que cumplió siempre y aportó una cuota de gol muy buena por la cantidad de minutos jugados.

Cuando un equipo está “dulce” y se acostumbra a ganar, no quiere dejar de ganar. Pareció que no iba a ser una buena tarde, porque en el primer tiempo se equivocaron mucho con la pelota. Más todavía: de esta serie de ocho victorias seguidas, este partido con Huracán fue el que más dudas dejó en cuanto a esas bondades en el manejo de la pelota que convirtió a Unión en un equipo con una dinámica y un juego más parecido a uno de Primera que del ascenso. Sin embargo, no fue un obstáculo para que haga lo que se acostumbró a hacer: ganar.

Hubo imprecisiones y se crearon muy pocas opciones de peligro. En el primer tiempo, la eficacia fue total, de un ciento por ciento. Los defensores lanzaron pelotas divididas, los volantes se equivocaron mucho en los pases y los de arriba no se encontraron lo suficiente. Sin embargo, la única jugada que se pudo aprovechar fue adentro: córner de Rivas y cabezazo de Gamba. En medio de eso, un Huracán que de a poco se dejó gobernar por el apuro y por cierta impotencia, apenas superada por la jerarquía de Toranzo, que armó una jugada notable en el gol del empate.

Si se observan los cambios que hizo Madelón, se puede entender bastante de lo que pasó en el partido. Unión terminó jugando con cinco volante y un solo delantero. Sacó a Rivas para poner a Fabro, pero enseguida metió a Bruna y a Caballero para que patrullen el mediocampo y le den una adecuada compañía de marca a Martínez. Huracán le “cascoteaba” el rancho y a pesar de que no había demasiada claridad, llegaba y obligaba a Nereo a varias intervenciones de mucho mérito, hasta convertirlo en un pilar clave del triunfo.

Y hablando de las cosas que pasan cuando un equipo está “dulce”, otra prueba evidente se dio con la sucesión de jugadas determinantes que tuvo el partido, a saber: Trucco le anula un gol discutible a Gamba (era el 2-0), enseguida viene el empate de Toranza y, tras cartón, un cabezazo de Erramuspe en el palo. Era 2-0 para Unión y casi se transforma en 1-2 para Huracán. Estaban empatados y parecía que Huracán lo aprovechaba, pero en el momento de mayores apremios, Marcos Díaz se equivocó groseramente y la pelota le quedó justo a Triverio para clavar el 2-1 definitivo. Justo, a pesar de que no se jugó tan bien como otras veces.

Es histórica la campaña, tanto como la de 1966 a pesar de que nadie quiere compararla con la de 1989 por el ya conocido desenlace. No es común que en un fútbol extremadamente competitivo y parejo como el nuestro, donde la tan mentada frase “cualquiera le gana a cualquiera” está de moda, un equipo meta ocho triunfos al hilo. No pasa a menudo y le pasó a Unión, que apareció en el momento justo, cuando algunos dudaban del técnico, varios pedían a gritos que se fuera, se subestimaba el nivel de los refuerzos y la capacidad del equipo. Madelón supo capear el temporal. Y su gran virtud fue la de no haber dudado jamás.

Debe seguir Leo en Unión. El quiere y los dirigentes también. Luis Spahn cometió un grueso error después del primer año en Primera con Kudelka. Se desarmó el plantel, no había convencimiento en cuanto a la continuidad del técnico (pese a que llevaba dos años exitosos) y la jerarquía del equipo se cayó, literalmente, a pedazos. Ahora, Unión armó una base interesante que se deberá reforzar adecuadamente para no sufrir. Spahn debió aprender ya la lección que le dio este rubro tan versátil e imprevisible como es el fútbol. Y seguramente no se equivocará. El diagnóstico ya lo tiene.

síntesis

Huracán 1

Unión 2

Cancha: Huracán.

Arbitro: Silvio Trucco.

Huracán: Díaz; Erramuspe, Mancinelli, Domínguez y Arano; Mandarino, Villarruel, Gonzalo Martínez y Toranzo; Espinoza y Wanchope Abila. A.S.: Giordano. Estuvieron en el banco: Sotelo, Gallegos, Torassa y Moreno y Fabianesi. D.T.: Néstor Apuzzo.

Unión: Nereo Fernández; Brítez, Avendaño, Barisone y Zurbriggen; Montero, Mauricio Martínez, Rivas y Malcorra; Triverio y Gamba. A.S.: Papaleo. Estuvieron en el banco: Cardozo, Tarquini y Sandona. D.T.: Leonardo Carol Madelón.

Goles: en el primer tiempo, a los 19 m Gamba (U). En el complemento, a los 16 m Toranzo (H) y a los 21 m Triverio (U).

Cambios: en el segundo tiempo, a los 12 m Fabro (U) por Rivas; a los 27 m Milla (H) por Arano y Romero (H) por Villarruel; a los 33 m Bruna (U) p•r Montero y a los 37 m Caballero (U) por Gamba.

Amonestado en Unión: Martínez.

 
Con Unión no va eso de que cualquiera le gana a cualquiera

Lucas Gamba, un jugador cumplidor y goleador. Cada vez que le tocó reemplazar a Guerra, “pagó” con goles. Buen torneo.

Foto: Télam

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Partidos

Jugaron Unión y Huracán en la historia. El Tate venció en 19, Huracán en 26 y empataron los 16 restantes. En este torneo, los seis puntos quedaron en Santa Fe: 3-0 en el 15 de Abril y el 2-1 de ayer.

20 de los 30 goles

  • Entre los tres delanteros de Unión que más jugaron, convirtieron casi el 70 por ciento de los goles del equipo que marcó la mayor cantidad de tantos hasta el momento en lo que va del campeonato.

Guerra hizo 8 y es el goleador hasta ahora, Triverio marcó 7 y Gamba hizo 5. Y a propósito de este último, los convirtió en 648 minutos de juego, o sea que tiene un promedio de un gol cada 130 minutos aproximadamente. Y varios de esos goles que convirtió, sirvieron para ganar puntos.

El dato

Tres afuera

Madelón resolvió llevar 21 jugadores a Buenos Aires y por lo tanto fueron tres los que se quedaron sin firmar planilla. Se trata de Pablo Magnín, quien nunca había formado parte del plantel y estaba prácticamente fuera de los planes del técnico, de Soldano y De Iriondo, un juvenil volante que llegó procedente de Rafaela. En el caso de Magnín, luego de haber tenido mucha participación en el torneo pasado, tuvo una posibilidad concreta de jugar en Temperley pero no quiso. En Unión quedó “colgado”. Es uno de los casos a seguir en estas semanas.

Bajo la lupa

NEREO FERNÁNDEZ (7).- Anduvo a los revolcones, supo manejar los tiempos del partido en algunos momentos en los que había que frenar el trámite y lo ayudaron los postes (hubo dos remates en los parantes). Gran momento de Nereo.

BRÍTEZ (6).- Mucha fuerza, empuje y decisión para sacar pelotas complicadísimas y a punto de convertirse en goles.

BARISONE (6).- Logró una enorme regularidad y no sintió la ausencia de Sánchez, compañero de zaga durante todo el torneo.

AVENDAÑO (6).- No pareció venir de una gran inactividad como titular. Jugó como si lo hiciera todos los fines de semana. Y lo hizo de segundo marcador central. Bien.

ZURBRIGGEN (5).- Algo complicado con las apariciones de Espinoza, el más peligroso de los jugadores de Huracán.

MONTERO (5).- Mucho despliegue pero pocas ideas y precisión en el manejo de la pelota. Escasa gravitación.

MARTÍNEZ (6).- Otro que termina redodeando un buen torneo. Lo amonestaron en el primer tiempo pero supo cuidarse para no ser expulsado. Igual, no estará el sábado.

RIVAS (5).- A la hora de tener la pelota, fue uno de los más criteriosos y el que menos se equivocó en el manejo.

MALCORRA (5).- Encaró poco y tuvo menos gravitación que en otros partidos. Metió un tiro libre que pasó muy cerca del travesaño y poco más para aportar.

TRIVERIO (6).- No empezó bien, pero fue mejorando a medida que pasaron los minutos y terminó complicando mucho en el complemento. Además, estuvo en el lugar indicado para capitalizar el error de Marcos Díaz en el segundo gol.

GAMBA (7).- Siempre cumple y siempre marca. Buen partido y sufriendo el perjuicio de una decisión cuestionable del árbitro, a instancias del línea, cuando le anularon su segundo gol.

FABRO (5).- No entró mal, pidió la pelota y estuvo a punto de convertir el tercero, cuando tocó la pelota tras un centro de Caballero y el palo se lo negó.

BRUNA.- Madelón vio que Martínez no daba abasto en el medio y se le venía Huracán. Por eso ordenó su ingreso.

CABALLERO.- Otro que entró para aportar sacrificio cuando Huracán se volcó por completo al ataque.