Los años previos al golpe del ‘76

Hilb: “La exaltación romántica de los ‘70 impide cualquier pensamiento”

La socióloga indaga la responsabilidad de la izquierda insurreccional para pensar en esa etapa de la vida institucional argentina.

7 - DSC_3267.JPG

Hilb ahora busca un diálogo con militares que participaron de esa etapa para conocer el pensamiento íntimo. De todos modos pesa mucho el temor a que cualquier confesión los lleve a la cárcel, admite.

Foto: Luis Cetraro

 

Mario Cáffaro

[email protected]

Claudia Hilb reconoce que “es difícil que se termine de sintetizar” el debate sobre los años ‘70 en la Argentina, envueltos en un contexto de violencia política, movilización y rebeldía y que desembocó en el golpe militar de 1976. “Mucho se ha escrito sobre la barbarie dictatorial, pero yo y otros estamos tratando de pensar un poco más la responsabilidad de la izquierda insurreccional para tratar de pensar la complejidad que tuvo esa etapa”, le dice a El Litoral. Vino a Santa Fe a participar de las XII jornadas internacionales de Fenomenología de la Político y del Derecho que tuvieron por escenario las aulas de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNL.

Hilb estuvo exiliada en Francia, regresó al país con el retorno de la democracia y es autora de ensayos como “Lesa humanidad” y de “Usos del pasado. Qué hacemos con los setenta?”. Hilb explica a El Litoral que “son seis ensayos que fue escribiendo durante casi una década donde me hago preguntas sobre la manera en que se tratan diversos temas. Un texto es sobre la responsabilidad de la izquierda en el advenimiento del tipo de golpe del ‘76; la decisión de la UBA de no admitir a procesados por delitos de lesa humanidad en sus programas de formación en las cárceles; otro sobre La Tablada. La pregunta que me hago es de qué manera impactan aún hoy los ‘70 en la forma en que comprendemos las cosas y en qué manera las formas actuales del debate son capaces o no son capaces de repensar de manera seria lo que fue -sobre todo - la insurgencia en los años ‘70. Mucho se ha escrito sobre la barbarie dictatorial. Yo y otros estamos tratando de pensar un poco más la responsabilidad de la izquierda insurreccional para tratar de pensar la complejidad que esa etapa tuvo”.

Europa todavía discute el nazismo y por ende es lógico que un tiempo más cercano como los ‘70 sean motivo de debate en las Ciencias Sociales. “No pretendo una síntesis; la verdad sobre esa etapa de nuestra historia es una verdad que sólo puede surgir de la proliferación de voces múltiples. Han faltado muchas voces. Lamento mucho que haya faltado la voz de los militares, de los perpetradores. Uno de los textos en el libro trata de por qué en la Argentina ha sido tan difícil que dada la solución judicial se escucharan voces de los perpetradores, de los actores de la represión”. Incluso llegó a proponer atenuar penas a cambio de revelaciones importantes, tema que no ha sido tomado por las autoridades. “Creo que habrían podido dar resultados muy interesantes” admite y cuenta que ahora ha iniciado entrevistas con integrantes de las Fuerzas Armadas a cambio de no revelar la identidad e intentará tener el testimonio de quienes cumplen condenas en la cárcel de Marcos Paz. Sobre esta idea toma como referencia lo ocurrido en Sudáfrica. Por ahora, en la Argentina están las revelaciones del marino Adolfo Scilingo a Horacio Verbistky reproducidos en el libro “El Vuelo”; de Jorge Rafael Videla a Ceferino Reato y de Eduardo Costanzo en Rosario.

Juicios sí, juicios no

Hilb deja en claro que los juicios por delitos de lesa humanidad están bien. Reconoce que “en la reapertura de los juicios en 2003-2005 tuve muchos problemas respecto de la cuestión jurídica. Llevo en mí esta tensión que desde el punto de vista jurídico me parece muy problemática la reapertura y al mismo tiempo, desde el punto de vista moral, ante la posibilidad de que quede impune, algo hay que hacer. Esta es una cosa interesante de problematizar para los que pensamos esta temática. Qué hacemos con nuestras propias sensaciones contradictorias sobre los juicios que están bien y al mismo tiempo son problemáticos”. No tiene dudas de que “hay que poner a rodar las preguntas y no taparlas con gritos, con festejos, con insultos”.

Sobre la mirada actual de los años ‘70, la pensadora es crítica. “Creo que hay una visión romántica que se ha reinstalado mucho en los últimos años. Trato de pelearme bastante contra esto. Por un lado, porque me parece que por el romanticismo de los ‘70 tuvimos que pagar un precio muy caro y entonces la exaltación romántica de los ‘70 me parece desastrosa. Esa exaltación romántica impide cualquier pensamiento, redibuja un mundo de negros y blancos donde desaparecen los grises y dobla toda la complejidad tremenda que tuvo esa historia que tuvo mucho de heroísmo, de valores, pero también mucho de violencia criminal en los mismos que empuñaban los valores del heroísmo. No se puede simplificar, me parece tremendo cuando veo que hay una reposición de esta exaltación juvenilista de los ‘70”.

Reconoce la complejidad de esos tiempos y cuenta que al leer publicaciones de esos años, se puede notar el clima de violencia cruzada que existía en la sociedad, “aunque buena parte de ella lo veía desde afuera”. Admite que “todavía falta una revisión seria de lo que se hizo y de lo que pasó que es impactante. Líderes guerrilleros no sólo han mandado a matar sino que han muerto muchos de ellos. Estaban todos metidos porque era creencia mesiánica muy fuerte de que se iba a lograr cambiar radicalmente la situación tomando como espejo la revolución cubana de esos años. Yo no lo veo como una cúpula que se pone a salvo. La lista de líderes de Montoneros y del ERP que murieron es muy amplia. Sí creo que la gran mayoría de ellos tuvo gran responsabilidad política e incapacidad de repensar esa historia”.

Razones de tanta violencia

  • Hilb también se interroga sobre la violencia que siguió al golpe del 24 de marzo de 1976. “No creo que la virulencia y la barbarie del golpe de Estado y las formas que tomó la represión tengan que ver con una demanda de la sociedad. Es otro factor a entender y explicar. ¿Por qué se desencadena ese tipo de represión absolutamente salvaje de campos de concentración, de gente tirada desde aviones, de torturas sistemáticas, de robos de niños? Eso no se explica por el hartazgo de la sociedad que tiene de la violencia. Hay que buscarlo por otro lado”. Descarta que esa violencia tenga que ver con la imposición de un plan económico y afirma que “en la Argentina no fueron necesarios los golpes de Estado para que haya cambios en los rumbos económicos en muchos momentos de la historia”.

Sí, le llama la atención en las pocas entrevistas realizadas a militares un concepto: decir que en 1974/75 “eran un blanco móvil, tenían las manos atadas y que los estaban matando como patitos en serie en kermesse. Esa sensación más una paranoia que se va instalando sobre cosas que supuestamente hacían los guerrilleros y que eran fábulas, puede favorecer que cuando les desatan las manos todo les parezca legítimo y posible”.

"Los militares podrían haber dado un golpe mucho más tradicional, podrían haber terminado con la violencia de hecho. No era necesario desatar la barbarie”.

Claudia Hilb

socióloga