“Luces de Navidad”, de Francisco Bitar. Ediciones UNL. Santa Fe, 2014.

Escenas de la vida cotidiana

4-DSC_0967.jpg

Francisco Bitar. Foto: Flavio Raina

 

Por Fabricio Welschen

Hay algo en los versos iniciales del poema “El rutero” -perteneciente al libro Negativos (2007), el primer libro de Francisco Bitar (1981)- que remite a la detallada descripción de la entrada del comedor gastronómico con la que se da comienzo al cuento “Todo lo que no sirve”: “En el estacionamiento/ los autos tocan con los paragolpes delanteros/ la pared de entrada al comedor”, aparece consignado. ¿Qué es lo que muestra esto? La consolidación de un programa narrativo y poético cuyo interés gira en torno a la cotidianeidad, a cierto minimalismo costumbrista. A su vez, rinde cuenta de la cohesión y la coherencia de dicho programa a pesar de que éste se encuentre atravesado por dos géneros distintos. No debería pasarse por alto esta significativa característica en la producción literaria de Bitar, quien este año obtuvo, por decisión de un jurado integrado por Eugenia Almeida, Elvio Gandolfo y Carlos Ríos, el Premio de Narrativa Alcides Greca con su libro de cuentos Luces de Navidad.

Precisamente, Bitar no deja de imprimirle a su último libro la misma marca que en sus libros de poemas y en su novela Tambor de arranque (2012): la que se detiene en el minimalismo cotidiano del Litoral santafesino, lo cual evidencia un tratamiento similar por parte del autor tanto al componer en prosa como al hacerlo en verso. Esta afirmación no es nada novedosa (en una entrevista que concedió a este diario el mismo autor ya había señalado el elemento narrativo que particulariza a sus poemas) pero es importante tenerla en cuenta al momento de realizar una lectura de los temas y motivos que aparecen en la obra de Bitar.

Conformado por nueve cuentos, Luces de Navidad narra principalmente historias de parejas más o menos infelices pero también aborda otros temas como la familia o la relación entre hermanos. Sus protagonistas son personajes que buscan la felicidad pero que por momentos se desalientan al cobrar conciencia de su monótona existencia. Son personas que carecen de maldad y de grandes aspiraciones y cuya alegría estriba en rememorar anécdotas pasadas de un tiempo mejor y más estable en el que priman los pequeños hechos.

Los cuentos de Bitar escarban especialmente con minucia narrativa la complejidad de las relaciones entre los individuos. Prácticamente todos los cuentos que abordan la temática de la pareja terminan, o empiezan, con su disolución. “Esta es una cama matrimonial”, el cuento de apertura, es la historia, si se quiere, de una doble disolución: Ana está divorciada y a su vez mantiene una relación con Nacho, el protagonista, quien por su edad es demasiado inmaduro para evitar que el vínculo se malogre. Gracias a Tambor de arranque sabemos que la historia entre Isa y Leo, también protagonistas del cuento “Dos chicos serios”, no terminará bien. “El vestido azul” es la historia de una decepción. En el ya mencionado “Todo lo que no sirve” una pareja ya acabada vuelve a reunirse para terminar de ordenar los cabos sueltos que quedaron de la convivencia.

Pero tal vez convenga detenerse en el cuento “Luces de Navidad”, que es, sin duda, el más logrado del conjunto. En este sentido, no es arbitrario que el autor haya decidido titular de la misma forma al libro. De todos los cuentos, es el único narrado en primera persona, desde el punto de vista de un niño. La trama comienza en el momento en que el padre del protagonista invita a un fantasmal vagabundo a entrar a la casa durante los festejos familiares de la Navidad. Tomando esta anécdota, y con una certera composición de la primera persona, se plasma la percepción infantil que se tiene acerca del mundo adulto. Por lo demás, este cuento es el que más acabadamente despliega artilugios narrativos que hacen que la trama dé imprevistas vueltas, diferenciándose de la correcta unidireccionalidad de los otros.

Sólo resta señalar algo con respecto al cuento “Lo último” -que efectivamente lo es-, el único cuento de pareja que concluye bien, o cuyo final parecería anunciar algo nuevo; quizá el amor verdadero o tal vez la felicidad ¿quién es capaz de asegurarlo?