Otra inolvidable edición

Una aventura incomparable

La versión 2014 de la Travesía Cayastá-Santa Fe contó con la participación de unas setenta embarcaciones.

Una aventura incomparable

Paisaje santafesino. Gran parte de los participantes, atravesando la Setúbal en la zona del Puente Colgante y el Viaducto Oroño.

Foto: Gentileza Federico Andrés Nagel

 

De la Redacción de El Litoral

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Ratificando que se trata de una especie de “marca registrada” en la región, el fin de semana pasado se llevó a cabo la XIX Travesía Náutica Cayastá-Santa Fe, organizada por el Club Náutico Azopardo, en conmemoración a un nuevo aniversario de la Fundación de nuestra ciudad y rememorando el traslado a su actual emplazamiento.

Cuenta la organización que todo se puso en marcha el viernes, con el típico traslado por la Ruta Provincial Nº 1 de todo tipo de vehículos, trasladando botes hacia la ciudad de Cayastá, los que fueron recibidos con la amabilidad acostumbrada por Evelina y Oscar, en el hermoso complejo de Punta Arena, a orillas del río San Javier.

Allí, como siempre, se multiplicaron los abrazos, en un cálido reencuentro cargado de expectativas por lo que vendría en los próximos dos días, para los tripulantes de las casi 70 embarcaciones participantes.

Una vez más, estuvieron presentes entusiastas palistas de diferentes puntos del país, absolutamente decididos a recorrer con el mejor espíritu los 120 kilómetros por nuestros pintorescos y floridos paisajes ribereños.

Siempre es oportuno señalar que este evento se originó como un desafío eminentemente deportivo; mientras que actualmente se encuentra completamente invadido por condimentos sociales y culturales, que lo transformaron en una verdadera Fiesta del Río.

¡En marcha...!

Luego del armado de carpas y la llegada del micro con más participantes, ya surgió el inequívoco aroma a los crujientes choripanes, donde rápidamente se concentraron los impacientes participantes acompañados de una soberbia bóveda de estrellas que pronosticaban un excelente día venidero.

La noche fue tranquila y fresca, dentro y fuera de las animadas carpas de un campamento signado por la amistad y la buena onda. A las 6.30 llegó la orden de levantarse para dar comienzo a la travesía.

Inmediatamente llegó la bendición del párroco del lugar y las embarcaciones pusieron proa al sur, iniciando el incomparable disfrute de los palistas, atravesando los cursos de agua que con tanta policromía los recibieron.

Hubo un ritmo interesante de marcha y luego de dos breves paradas y 8 horas de trayectoria, hizo su aparición el Camping de Santa Rosa de Calchines. Apenas instalados, el otrora molesto megáfono expidió las “sagradas palabras” de invitación para disfrutar del incomparable chopp santafesino.

Mientras tanto, la organización armaba de manera impecable las mesas; colocaba luces y preparaba el fuego de las parrillas. A las 21, con la puntualidad adecuada, comenzó el espectacular fogón, matizado por deliciosos pollos a las brasas; por la actuación del grupo musical Sin Altura; por los sorteos de los numerosos premios...

¡Nunca faltó cerveza...!, aseveran enfáticamente los participantes, mientras terminan el relato de esa noche con el recuerdo de “nos fuimos a dormir cansados y muy felices, pensando en juntar fuerzas para afrontar la segunda etapa”.

El tramo final

El domingo, la orden de levantarse arribó a las 7. Llegó la foto grupal y una rápida partida hacia Santa Fe, con almuerzo en el Camping de Arroyo Leyes y observando un leve viento del NE, que todos imaginaron tendría implicancia en la laguna Setúbal.

Efectivamente, llegando al último tramo de la travesía, Eolo -el Dios del Viento- nos regaló una demostración de su poder para la diversión y la adrenalina ..... Mooooy bueno!!!, dirían los amigos de Azopardo.

Despedida de Dioses en el agua y, por último, el cierre en el Club Náutico Azopardo, disfrutando de unas ricas hamburguesas; algo más de nuestro sagrado liso, y, como no podía ser de otra manera, el broche de oro con los tradicionales alfajores santafesinos y el sorteo de un kayak.

De allí en más, sólo quedó margen para el último abrazo de despedida entre los participantes, lamentándose que haya que esperar todo un año para el reencuentro. “Y bue' amigos, todo no se puede. Hasta la próxima y los esperamos a todos”, expresaron al unísono -escondiendo alguna lágrima- los organizadores de una iniciativa que merece el mejor de los reconocimientos.

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Atardecer isleño. Un sector del campamento donde los aventureros pasaron una de las noches de la travesía. Foto: Gentileza Federico Andrés Nagel

Reconocimiento

  • La Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe declaró “De interés a la edición 2014 de la Travesía Náutica Cayastá-Santa Fe”, lo que constituye una muestra más de la receptividad encontrada por la iniciativa. El decreto respectivo lleva las rúbricas de Luis Rubeo, Marcela Aeberhard y Jorge Murani.
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Organizadores. Juan Manuel Moretti, Fabio Cremón, Miguel Ángel Franicevich y Horacio Scholtus, en dependencias del Club Náutico Azopardo. Foto: Manuel Alberto Fabatía