Según la investigación judicial

Una joven desaparecida en Ezeiza habría sido víctima de un homicidio

Un estudio de ADN que primero habría dado negativo y luego positivo y restos humanos que no coincidirían son algunos de los indicios que llevan a afirman a Miriam Peralta -la mamá de Analía Olivera- que su hija aún está viva.

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La madre de la joven Analía Olivera (foto) duda de la investigación llevada adelante. Foto: Captura de internet

 

Télam

La madre de una joven misionera que desapareció en agosto en el partido bonaerense de Ezeiza dijo que cree que su hija está viva y cuestionó un peritaje de ADN que dio positivo al cotejarlo con restos humanos y que llevó a los investigadores judiciales a sostener que fue víctima de un “homicidio”.

“Quiero que se haga otro ADN porque no creo que sea ella. Yo siento que está viva”, dijo a Télam Miriam Peralta, madre de Analía Olivera (24), la chica vista con vida por última vez el 9 de agosto, cuando salió de la casa en la que vivía desde hacía un año y cuatro meses en la localidad bonaerense de Tristán Suárez.

La mujer recordó que hace tres semanas la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) descentralizada 2 de Ezeiza, a cargo del fiscal Carlos Hassan, le informó que habían hallado partes del cadáver de su hija y que la habían asesinado.

Los funcionarios le precisaron que había dado positivo el cotejo de ADN entre muestras extraídas a ella y al padre de Analía, Ramón Olivera, con restos hallados entre el día de la desaparición y la denuncia por averiguación de paradero realizada recién el 21 de ese mes.

“Primero me habían llamado para decirme que había dado negativo y después me volvieron a llamar para decirme que habían dado positivo. Esto no me deja conforme y pido que me digan la verdad”, recordó Miriam.

Restos humanos

Detalló que los restos encontrados son un muslo con la tibia y un pie que aparecieron dentro de una bolsa tirada al costado del cementerio de Ezeiza y que fue localizada por una pareja que pasaba por el lugar.

Según la mujer, su hijo, que vive en el partido bonaerense de Lomas de Zamora, fue a reconocer esos restos y dijo a los investigadores que no pertenecían a su hermana porque “vio una mancha o cicatriz de nacimiento en el pie y ella nunca tuvo eso”.

Miriam también se quejó porque los investigadores sabían del hallazgo de los restos y “tardaron” en avisarles.

Además, la mujer dijo que hoy fue a la Fiscalía y denunció que ayer, una prima de Analía recibió a su teléfono celular un mensaje de voz que decía que era la joven buscada pero que en ese momento “no podía hablar”.

“Les pasé el número pero me dijeron que para ellos está muerta”, explicó Miriam, quien añadió que los investigadores no le explicaron aún cómo y cuándo se supone que la mataron.

“Que se esclarezca y que me digan la verdad”, pidió la mujer, que es oriunda de la localidad misionera de Candelaria y que se instaló en el Gran Buenos Aires desde que desapareció su hija.

En tanto, una fuente judicial con acceso al expediente confirmó a Télam que el resultado del cotejo de ADN entre las muestras tomadas a los padres de Analía y los restos humanos hallados dio “positivo” y que la causa, en la que “no hay imputados”, pasó de “averiguación de paradero” a “homicidio”.

La misma fuente ratificó que el hallazgo de los restos fue anterior a recibir la denuncia por la desaparición de Analía y que se había iniciado otra investigación por ese hecho.

Relación rota

Por su parte, Miriam recordó que su hija Analía se había mudado a Tristán Suárez para estar cerca de su novio, que estudia en la Escuela Militar de Campo de Mayo y declaró que la relación sentimental terminó el 3 de agosto.

También contó que al momento de desaparecer, su hija convivía con la hermana del ex novio que fue la que realizó la denuncia de averiguación de paradero en la comisaría de Tristán Suárez.

“Ella (por la denunciante) me dijo que no hizo antes la denuncia porque no había tenido tiempo y que Analía desapareció cuando regresó a la casa del trabajo y luego salió a un cumpleaños o un boliche. Pero yo no le creo”, relató Miriam.

La mujer añadió que ese 9 de agosto Analía, quien trabajaba en tareas de limpieza en dos casas de un country de Ezeiza, salió con su cartera en la que tenía su teléfono celular, su DNI y su tarjeta SUBE, y que ninguno de estos objetos fueron encontrados por los pesquisas.

“El celular se activó hasta la mañana del diez de agosto y la SUBE se usó hasta el doce. Y se hicieron rastrillajes en las zonas donde aparecieron funcionando estas dos cosas”, explicó la mujer que la semana pasada encabezó una marcha de familiares y amigos de Analía a la Fiscalía de Ezeiza en reclamo de Justicia.