Habitar en distintos planos

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María Pía Bautista

María Pía Bautista (23) se eleva, es consciente de cada parte de su cuerpo, el rostro, sus límites. Camina por la tela, baila en el aro y se cuelga del piso. Viene de la otra orilla, acá se fue haciendo en las artes circenses y estudia Comunicación Visual. Lo último: fue parte de las coreografías en altura que protagonizó Voalá en la Costanera santafesina.

 

TEXTOS. ANA LAURA FERTONANI ([email protected])

HACIA LOS AIRES. “A los 16 años decidí dedicarme a la acrobacia aérea. Después de ver cómo se podía una persona colgar de un elemento sosteniendo su propio peso y, a la vez, generando una acción artística en el centro de la escena, llenas de magia. Fue entonces cuando me incorporé a la escuelita integral de circo ‘Larissa’, de Paraná. Allí tomé clases de tela, trapecio, malabares, acrobacia de piso y expresión corporal, entre otras disciplinas circenses. Después de ahí sumé otros talleres específicos de disciplinas como la acrobacia aérea, acrobacia de piso, Swing (danza malabar), y así fui sumando y cambiando de talleres a lo largo de este camino que elegí”.

ENTRENAMIENTOS. “En 2012 entré becada en el CACU (Centro de Artes Circenses y Urbanas), dependiente de la Municipalidad de la ciudad de Santa Fe, dirigido por Gerardo Hochman. Ya viviendo en Santa Fe, ese año también comencé con la propuesta de taller de aéreos Ingravitto, dictado en el CAMCo (Centro de Acción de Movimientos Comunitarios). Empezó siendo un taller de telas y luego incorporé las actividades en trapecio y aro. Además, en ese mismo lugar, los viernes propuse un espacio de laboratorio de creación, armado este año junto a otros colegas que suman para, entre todos, construir un espacio de juego, investigación y aprendizaje conjunto. Participo activamente en la organización y actuación en varietés, espectáculos, festivales y encuentros de circo. Entreno constantemente con diferentes profesores de Santa Fe, Paraná y Buenos Aires, buscando siempre crecer y fusionar los lenguajes del circo con la danza y el teatro”.

INTENSIVO. “En octubre de este año tuve la posibilidad de participar en un casting para la compañía española de teatro aéreo Voalá (creada por los santafesinos Gastón Iungman y Roberto Strada), de la cual actualmente soy parte. Estrenamos la obra ‘Muaré’ por primera vez en Argentina, en el 441º aniversario de la ciudad de Santa Fe. Una propuesta de experiencia dialógica entre un concierto de rock, un espectáculo aéreo (suspendidos por una grúa) y el espacio. Se trató de una gran experiencia el trabajo en Voalá, es un proyecto grande y hay mucho trabajo en equipo. Se armó un grupo hermoso, lleno de alegría, energía y ganas de actuar y compartir nuestro arte con el público. Ese día fue increíble la devolución del público presente y el recibimiento; pasamos una noche inolvidable. Además del circo, estudio Licenciatura en Comunicación Visual en Universidad Nacional del Litoral. Una carrera que -a mi parecer- es muy amplia y a la que intento articular con mi accionar en el plano escénico constantemente”.

EL RITUAL DE LATIR. “Siento pasión por lo que hago, volar, bailar, actuar, jugar, enredarme, buscar, colgar... Sentimientos encontrados aparecen en cada entrenamiento, en cada clase, en cada espectáculo, en cada número. Un sin fin de sensaciones, con y sin el público, los nervios antes de salir a escena, los rituales, la energía, las ganas y el entusiasmo que existe en el circo. Creo que una de las cosas más hermosas que tiene esta disciplina es que, en comparación con cualquier deporte, acá queremos expresarnos, compartir y crecer juntos, dejando de lado las diferencias y la competencia, buscar un lugar común en donde todos podemos si queremos, y no existe un ‘no puedo’ como respuesta. Afecto puro y desinteresado, confianza y conexión”.

ESAS GRANDES CARPAS

“Nací en Paraná (Entre Ríos). Comencé a hacer circo a raíz de la inquietud y entusiasmo que me generaban los circos, esos de grandes carpas que deambulaban de ciudad en ciudad, y traían espectáculos con acrobacias increíbles y mucha alegría y color. Mi abuela era la que me llevaba a cada circo que llegaba a la ciudad. Era muy divertido y me llenaba de adrenalina”.

AUTOCONOCIMIENTO

“Creo que el circo, hoy por hoy, ocupa un rol esencial en mi vida y es por eso que quiero seguir creciendo y compartiendo momentos, conocimientos y encuentros. Lo creo como un elemento disparador con el que podemos generar un cambio, promover la imaginación, la exploración de un nuevo lenguaje corporal y escénico que permite potenciar nuestras posibilidades y desplegar nuestra creatividad en forma individual y colectiva. Una forma de liberar nuestros miedos, sentimientos y emociones, un medio para conocernos a nosotros mismos. Espacios de encuentro y desencuentro, de investigación y búsqueda, de prueba y error. Exploración y reconocimiento de nuestro cuerpo en relación consigo, con otros, con el suelo, con el elemento y el aire”.

así soy yo