Violencia hacia las mujeres: las otras víctimas

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El Inadi organizó una jornada de trabajo sobre el tema de los chicos que sufren las consecuencias de la violencia en el hogar.

TEXTO. NATALIA PANDOLFO ([email protected]). ILUSTRACIÓN. LUCAS CEJAS.

 

La cita fue en el auditorio de ATE. Allí se reunieron profesionales de distintas áreas para abordar un tema adyacente a la violencia de género: las infancias en riesgo.

Bajo el título “Víctimas colaterales de la violencia hacia las mujeres. Hacia un abordaje integral de niños y niñas”, la jornada de trabajo estuvo organizada por el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo delegación Santa Fe, en el marco del Día Internacional de la no Violencia contra las Mujeres.

Referentes gremiales y barriales, militantes feministas e integrantes de ONGs, trabajadores del estado y asesores de legisladores se reunieron alrededor de la mesa para debatir sobre las propias prácticas ante las víctimas colaterales de la violencia de género.

“Las niñas y los niños son rehenes de la violencia. Es necesario asumir que deben recibir contención especializada, de parte de profesionales que comprendan la problemática” dijo, a modo de bienvenida, Stella Maris Vallejos, delegada local del Inadi.

Luego hubo un panel integrado por Lorena Salim, de Coordinación de Gestión de Delegaciones del Inadi; y la psicopedagoga e integrante de la Multisectorial de Mujeres de Santa Fe, Silvia Ferrero.

“La violencia de género no está vinculada a una diferencia biológica que puede existir entre varones y mujeres sino que es una cuestión cultural vinculada a la asignación de los roles que se nos ha dado históricamente a las mujeres y varones”, expresó Salim.

Por su parte, Ferrero abordó el tema de la subjetividad de los chicos dentro del círculo de violencia: “Se trata de niños y niñas que tratan de hacerse invisibles para que nadie los vea en esa situación de violencia”. También habló de la construcción de la autoestima, de las serias dificultades en torno a la valoración propia: “En el núcleo familiar no hay valoración del otro, y también hay conductas agresivas que se alternan con la inhibición o el miedo”.

HISTORIAS

Cecilia Amarillo, prensa del Inadi Santa Fe, puso sobre la mesa tres casos paradigmáticos que ocurrieron en la provincia.

- María del Carmen García tenía 27 años y murió en abril de 2013 por quemaduras. Su familia cree que los celos de su pareja por la diferencia del edad -él tenía 47- podrían haber sido la excusa de una situación que comenzó con discusiones, continuó con golpes y terminó con una botella de alcohol rociada sobre el cuerpo de la mujer. Cinco chicos quedaron sin su mamá.

- En 2012 Mario Toledo, excluido de su hogar de Villa Gobernador Gálvez por violencia doméstica, le disparó ocho tiros a Rosalía, su ex esposa, delante de su hija de nueve años. La mujer sobrevivió. Los malos tratos la venían acompañando desde 17 años antes. El matrimonio tuvo tres hijos. La mujer tenía dos trabajos para mantener a los chicos y al hombre que, por problemas de salud, decía no poder trabajar. El día que se cansó, le planteó una separación. La respuesta del hombre fue golpearla. Ella se acercó con uno de sus hijos al grupo de mujeres, desesperada, para buscar ayuda. Durante todo el día intentó hacer una denuncia en Rosario y Villa Gobernador Gálvez, con Romina, del grupo. A la noche, su cara estaba desfigurada por la hinchazón de las trompadas, y ahí recién le tomaron la denuncia en la comisaría. Al día siguiente logró la exclusión del hogar en Tribunales, pero Toledo no dejó de hostigarla. Comenzaron las amenazas, ataques a piedrazos en la calle, y más violencia. Le juró que la mataría. El hijo adolescente la ayudó cuidando a su hermanita de 9, para que ella pudiera seguir trabajando. La trágica noche, cuando Rosalía quedó sola con la pequeña, Toledo volvió. “Pa, por favor no”, le rogaba la hija. Las dos corrieron hasta la pieza, levantaron las persianas y pidieron ayuda a los gritos. Él rompió la puerta, entró y le dio cuatro tiros a su ex. “Esto es por lo que me hiciste”, le espetó. Las dos corrieron hacia el garaje. Rosalía tenía las balas en su cuerpo. “Por tu culpa me convertí en un asesino”, le decía. La nena corrió a buscar la llave para irse de la casa, y su padre volvió a dispararle a su mamá. Cuando lograron salir, las ayudaron los vecinos. Tras llegar al hospital la mujer se desvaneció y estuvo en coma durante 15 días.

Según consignó entonces el diario Rosario 12, el agresor fue detenido varias semanas después, gracias a las enfermeras del centro de salud donde él retiraba sus medicamentos. Nadie lo buscó, pese a las denuncias.

Fuentes judiciales revelaron que la nena no habló durante un año.

- El tercer caso expuesto fue publicado por el diario Infobae y ocurrió en Vera, Santa Fe. Eran las 3 de la madrugada cuando una niña de ocho años salió gritando de su casa. Su madre, Andrea Ortiz, de 32 años y embarazada de 7 meses, había muerto apuñalada. Un trabajador que regresaba a su vivienda encontró a la menor y llamó al 911. La policía se contactó con el esposo de Ortiz, Adrián Vega, un suboficial penitenciario de 40 años. El juez dispuso su detención luego de que la policía hallara manchas de sangre en su automóvil y su ropa.

URGENCIAS

Son sólo algunos de los casos expuestos en los que detrás de la víctima principal aparecen otras víctimas, que también sufren las consecuencias de la violencia.

El trabajo en talleres se realizó en comisiones y las conclusiones apuntaron a la urgencia de contar con un refugio para mujeres, con equipos que aborden de manera integral la atención para ellas y sus niños.

También se enfocó en la necesidad de intervenir en Niñez con una perspectiva de género, para lo cual es imprescindible la creación de un protocolo de acción integral realizado por las instituciones intervinientes. Finalmente se puntualizó en la necesidad de visibilizar el problema de la infancia en riesgo, para poder así

incidir en políticas públicas.

El Día de la No Violencia contra las Mujeres se conmemoró el 25 de noviembre. La ciudad de Santa Fe sigue sin tener un refugio para víctimas. Y continúa sin funcionar el Registro Único de Violencia contra las Mujeres, que fuera conformado el 25 de noviembre de 2010. En Argentina muere una mujer cada 30 horas por violencia de género.