Homenaje al Túnel Subfluvial

Una versión distinta de la Novena Sinfonía

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La dirección de la obra estuvo a cargo de Alejandra Urrutia, de excelente desempeño. Foto: Pablo Aguirre

 

Lilia A. Bachini

Dando muestras de su generosidad y destreza, la Orquesta Sinfónica Provincial y el Coro Polifónico homenajearon a los creadores del Túnel Subfluvial por sus 45 años de existencia, gesto muy merecido pues nadie puede negar la gran envergadura de la obra, así como también el gran orgullo de haber unido a dos provincias: Santa Fe y Entre Ríos. El túnel es una obra única en América Latina y se realizó durante el gobierno de Uranga y Sylvestre Begnis, grandes ideólogos que motivaron a los expertos ingenieros para que hoy la disfrutemos y agradezcamos su construcción. Es por eso que lleva el nombre de ambos ex gobernadores.

Centrándonos en la actuación musical, se interpretó la Novena Sinfonía de Beethoven, músico talentoso y meritorio, que pese a su discapacidad auditiva, lo destaco como ejemplo, colocándolo en la cima de los autores por sus magníficas creaciones.

La dirección de la obra estuvo a cargo de Alejandra Urrutia, de excelente desempeño, y los movimientos fueron cuatro: Allegro ma non Troppo un poco maestoso, Scherzo Molto vivace-Presto, Adagio molto e cantábrile, Adagio molto e cantábrile, Andante Moderato-Tempo Primo, Andante Moderato. Adagio y lo Stesso Tempo y de último Presto en donde participaba el coro y un cuarteto solista integrado por Mercedes Robledo (soprano), Laura Leal (contraalto), Roberto Nadalet (tenor) y Fernando Morillo (bajo).

La interpretación de la obra fue hecha correctamente por la orquesta en el primer movimiento; mientras que en el segundo advertí una pequeña “suciedad” por parte de un instrumento de viento que no alteró demasiado su desempeño. Luego con la llegada del tercer movimiento y el cuarto me di cuenta de que habían realizado otra versión: me pareció extraño no haber escuchado a las voces masculinas “entrando” con toda su fuerza, diciendo “Froude”, como cuando yo la cantaba junto a ellos. Estaba claro para mis oídos, era una versión distinta a la que interpretábamos cuando yo pertenecía al Coro Polifónico. La interpretación fue excelente y el cuarteto solista hizo gala de su dominio, ofreciendo una versión nítida, óptima. Cada una de las voces tuvo un lucimiento especial porque fueron correctamente seleccionadas.

Tal vez al coro que estuvo estupendo le haya faltado un poquito más de fuerza, aunque de todos modos emprender semejante obra obtuvo como premio el sostenido aplauso del público que sin duda valoró el trabajo realizado.

La dirección del coro es del maestro Sergio Siminovich y su preparador Alejandro Molina. Este evento fue el último de esta temporada y se realizó en el Centro Cultural Provincial al que vistieron de fiesta con la participación de los dos organismos provinciales.

En la época en que se escribió esta obra, raramente se incluía la parte coral que es el Himno a la Alegría, obra muy conocida cuya energía despierta al más dormido. El texto invita a escuchar un canto a la alegría esperando un nuevo día y si no la encuentras en la tierra, busca hermano más allá de las estrellas. Es una hermosa ilusión de que los hombres volvieran a ser hermanos.

Es una visión adelantada y tal vez futurista porque quien tuvo a su cargo la escritura del texto debe haber sufrido de soledad, de incomprensión y de vacío. Pero para que todo el mundo la cante, debe ser porque su contenido lleva un lado de esperanza, que es lo que nunca debemos perder. Es lo que nos mantiene vivos cuando creemos que se nos muere el alma.

El dato

La creación de un genio

  • La Sinfonía Nº 9 en Re menor OP 125 se comenzó a componer en el año 1818 y se concluyó en 1824. Tuvo una posterior adaptación de Herbert von Karajan, encargada por la Sociedad Filarmónica de Londres. La letra es un poema de Friedrich Schiller, “Die Freude”, escrito en 1785.