Preocupante

Una familia de barrio Sur sufrió dos robos en menos de 20 días

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Tras el paso de los delincuentes, los cuartos quedaron con daños y en completo desorden. Fotos: Gentileza flia. Lapalma

 

Danilo Chiapello

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Por estas horas, el abogado Luis María Lapalma (73) y su esposa, Matilde Vidal, han perdido la tranquilidad. Y los motivos están más que justificados. En poco menos de 20 días fueron blanco de un robo domiciliario y de una violenta “entradera”.

Los nombrados residen en pasaje Cervantes 3078, entre Urquiza y 4 de Enero, esto es, en el corazón de barrio Sur, jurisdicción que viene siendo un repetido escenario para hechos delictivos.

Ayer a la mañana, tras violentar la reja de una ventana, un malviviente se “coló” en el interior de la vivienda desde donde sustrajo algunas joyas familiares y dinero en efectivo.

Pero este episodio no fue único. El 28 de noviembre el citado profesional fue víctima de una “entradera” durante la cual recibió una dura golpiza.

Corriendo por los techos

En diálogo con este diario Lapalma narró ambos sucesos.

“Ayer a la mañana, cerca de las 9, mi señora junto a dos nietos fue a comprar mercaderías al supermercado. Cuando regresó, abrió la puerta del garaje, dejó los bolsos porque le resultaban pesados y se fue hasta la farmacia. Al volver de la farmacia, encontró el dormitorio nuestro totalmente revuelto, cajones por el piso, en fin... todo ‘patas para arriba'.

“De inmediato comenzó a mirar y advirtió que la reja de una ventana que da a un patio había sido violentada. Suponemos que cuando ella entró para dejar las mercaderías del súper y salir hacia la farmacia, el ladrón la ve y se escapa por la ventana.

“Unos vecinos que viven detrás nuestro vieron pasar a un joven corriendo por los techos. Este sujeto se lanzó al techo de otra vecina, en calle Entre Ríos al 3000 donde se ‘descolgó' por un garaje, se golpeó contra una reja hasta que finalmente cayó en la calle por donde escapó.

“Mi señora después revisó la casa y encontró el faltante de alhajas de oro, en su mayoría recuerdos de familia, además de dinero que teníamos cada uno en su mesa de luz.

“Llamamos al 911 y a las dos horas apareció un móvil de la comisaría 1ª. Bajó una persona no uniformada a tomar los datos. Nos manifestó que la policía no contaba con vehículos. Que solamente tenían un móvil para toda la jurisdicción. No vino nadie más, ni siquiera a tomar huellas, ni nada”.

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Tres contra uno

Pero el caso del ladrón fugitivo no fue el único trago amargo.

Lapalma recordó que “el 28 de noviembre, a las 16.30 yo estaba abriendo el portón de mi garaje para entrar el auto cuando de golpe aparecen detrás mío tres jóvenes, bien vestidos de sport, de considerable contextura física. A los empujones me metieron dentro de un dormitorio, me taparon la cabeza con una almohada y me dieron una golpiza. Me ordenaban y a cada rato repetían: ‘¡queremos la plata!'.

Yo en la desesperación comencé a gritar. Sabía que las puertas estaban todas abiertas. Y a esa hora pasan muchas personas que van a buscar los chicos al colegio que está acá en la esquina de pasaje Cervantes y 4 de Enero.

Los delincuentes, ante el temor de la gente que pasaba y miraba salieron a las corridas y se subieron a un auto que estaba estacionado en la esquina de pasaje Cervantes y Urquiza.

Los vecinos tomaron la patente y la marca del auto. Yo en el denuncia que hice en la comisaría 1ª. dejé todos estos datos, creyendo que podrían servir para alertar sobre la presencia de ese vehículo. Pero nada se hizo ni hubo ningún resultado”, culminó.

Ayer a la mañana, un ladrón se “coló” en una casa de pasaje Cervantes al 3000 (entre Urquiza y 4 de Enero) donde reside el abogado Luis María Lapalma. El rufián se llevó alhajas y dinero. En tanto el 28 de noviembre el profesional sufrió una violenta entradera.

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Para ingresar al inmueble el ladrón violentó la reja de una ventana. Luego fugó por los techos de las viviendas vecinas.