llegan cartas

A 150 años de la Triple Alianza

RUBÉN PEDRO MAGNAGO

DNI 6.354.485

Hace ciento cincuenta años, Paraguay, bajo la presidencia de Solano López, era el país más próspero de Sudamérica. Tenía ferrocarriles, producía 1 tonelada de acero diaria. En su astillero se fabricó el vapor Ipora, con casco de acero. Entregaba tierras fiscales (estancias de la patria) para que la gente las trabajara. Exportaba tabaco y algodón. No tenía deuda externa, no negociaba con Inglaterra. Ésa fue la causa de la guerra: los ingleses otorgaron un crédito a cada país, por gastos de guerra: Argentina recibió $ 500.000, pero Paraguay, si perdía la contienda, tenía que hacerse cargo de los gastos de guerra. Bartolomé Mitre, presidente argentino, a pesar de que no pudo apaciguar a sus caudillos, declaró la guerra. Era tan injusta que los soldados correntinos y entrerrianos no querían pelear con sus hermanos paraguayos. La mayoría fue engrillada hasta pasar la frontera; sabía que iba a la muerte. En la batalla de Curupaytí murieron 50.000 argentinos y sólo 900 paraguayos. Allí falleció Dominguito, el hijo de Sarmiento. Al finalizar la guerra, de cada 10 paraguayos, 8 habían muerto. Paraguay vio su comercio e industrias desmanteladas. Tenían 1.500.000 habitantes y sólo quedaron 250.000, entre ancianos, mujeres y niños. Muchos paraguayos huyeron a la Argentina. Eran desertores y se instalaron en las costas del Paraná. Periódicamente, venían patrullas paraguayas a buscarlos. Si se resistían, los pasaban a degüello frente a sus familias. Algunos llegaron al norte santafesino y varios se fueron monte adentro; un grupo se instaló en la altura del actual pueblo de Villa Guillermina. Hoy, se conservan algunas cruces, donde fueron sepultados muchos paraguayos. Entre los apellidos mencionamos: García, López, Benítez, etc.

Con posterioridad, La Forestal dejó escrito que en barrio Añá Cuá (Cueva del Diablo, en guaraní), a los primitivos pobladores paraguayos se les diera la tierra en forma gratuita.

Este conflicto bélico es la página más negra de la historia argentina. Quizás por eso jamás aparece en las efemérides escolares. Viví 25 años en ese norte olvidado. Sigo esperando un reconocimiento para los muertos en combate en la Guerra de la Triple Alianza.