Payamédicos de buena voluntad

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Cada martes y sábado los payamédicos recorren las salas del Hospital de Niños Orlando Alassia para llevar un momento de alegría a niños y niñas internados. El juego y la risa como terapia, la desdramatización como concepto y una sólida formación como respaldo.

TEXTOS. NANCY BALZA. FOTOS. GENTILEZA payamédicos santa fe.

 

Una sala de espera se puede transformar en una selva o un submarino, donde un par de adultos vuelven a jugar como niños por un rato, y el destinatario del juego, el verdadero niño, lo sigue siendo a pesar de estar en una cama de hospital. Estamos en plena paya-intervención, en la que dos o tres payamédicos desdramatizan la realidad, a través del juego.

Mario Sejas es médico cardiólogo y payamédico. Y es además fundador de Funcavida, la Fundación Cardiológica Calidad de Vida, que en 2011 realizó la gestión para que el primer curso de formación de payamédicos pudiera realizarse en la ciudad.

Los grupos son de formación porque si bien cualquier persona puede ser payamédico, se requieren algunos pasos previos: además de contar con un mínimo de 18 años y secundario completo, se deberá hacer un curso de 3 meses de payateatralidad, que es la técnica de clown, más un mes de payamedicina. “Porque, como entramos a hospitales, son necesarias clases de bioseguridad, tanatología y psicología, entre otras disciplinas. Es decir que hacemos una preparación específica”.

Pero ahí no termina todo: a esta capacitación se suman seis meses de payantías: “Las personas que se están formando van al hospital con un payamédico ya experimentado”. Al cabo de 24 payantías se completa la preparación. En esa condición están los 16 payamédicos que mañana recibirán su diploma y habilitación.

JUEGO Sí, PERO NO IMPROVISACIÓN

Sejas comenzó a incursionar en el teatro en el año 2000, a partir de talleres con Raúl Kreig. Varios años después y ya como payaformador evalúa que consiguió “una síntesis entre lo que me gusta: el arte y la medicina”.

En el mundo de los payamédicos, lo único improvisado es el juego. Pero nada es casual. Cada actividad que se realiza está concebida para ese paciente en particular a quien denominan “produciente”.

Tampoco los colores están elegidos al azar, ni para el vestuario ni para la nariz que, desde mayo de 2015, será naranja. “Los colores están estudiados -informa Sejas-; no es que nos vestimos como queremos. Tratamos de no usar el negro porque simboliza la muerte, el luto o lo erótico a veces. Igual que el violeta, que simboliza las coronas. También se evita el rojo porque se asocia con la sangre y hemos visto que algunos producientes podían relacionar a las narices rojas con gotas de sangre. Por eso planteamos cambiar por un color potente, como el naranja”. Ese cambio será para todo el país y se decidió, como no podía ser de otra forma, en el último paya-congre.

- ¿Por qué se habla de producientes y no pacientes?

- Como el payaso entra en un nivel de fantasía, buscamos la producción del paciente para desdramatizar el medio. Por eso cada intervención es única, irrepetible y pasa por toda la improvisación que se nos ocurra en ese momento. La lógica la pone el produciente: lo que nosotros hacemos es “payasizar” esa lógica. Entramos y la sala de espera puede ser para nosotros un sumbarino o una selva, pero nunca una habitación del hospital.

- No se trata de negar la enfermedad, ¿cuál es el objetivo?

- En ese momento somos niños jugando con otros niños. Y también con adultos, porque si bien trabajamos en el Hospital Dr. Alassia, está el papá o la mamá. Estamos dentro de lo que llamamos una medicina complementaria, no alternativa, y trabajamos dentro del ámbito de la salud, pero no entramos si el médico no nos pide que vayamos. Por eso no vamos a hacer shows, y para Navidad y Año Nuevo no vamos a entregar regalos, sino que nos interesa más desdramatizar el medio y lo hacemos a través de una producción con el paciente. Es una tarea muy noble.

- ¿Son muchas las personas que se inician como payamédicos?

- Se van recibiendo muchos pero, después, los que ejercen son pocos. Si se reciben 50, después ejerce el 30%. Es un trabajo voluntario, lo único que pagamos es el curso de payateatralidad. Y tenemos una filosofía acerca de que nos mueve el deseo y no el deber. Eso hace que la actividad no sea tan rígida y si alguien quiere quedarse a dormir en lugar de ir al hospital, se queda.

- ¿Cómo es la intervención en el Hospital de Niños?

- Tenemos una muy buena recepción de los directivos: un día antes nos mandan el pase del produciente y sabemos la edad y la enfermedad, así que cuidamos todos los detalles. En ese sentido, el hospital nos abre las puertas y nos toma como a uno más. Por eso es distinto de lo que hace “Patch” Adams, que sale del sistema de salud y trabaja en zonas de riesgo, con un servicio de asistencia. Está bueno, pero es otra cosa.

VOLVER A SER NIÑOS

“Payasos de hospital hay desde fines de 1800”, dice Sejas, y aporta que hay numerosas organizaciones. “Payamédicos está en la Argentina, somos más de 3000 y estamos en casi todas las provincias”, y también en Tenuco (Chile). Cada grupo está integrado por hombres y mujeres que provienen de diferentes campos profesionales y oficios: arquitectos, amas de casa, psicopedagogos, docentes, estudiantes. Pero la cabeza dirigencial está a cargo de médicos, psicólogos y psiquiatras.

En tantas semanas de recorrer las salas del hospital -martes a la tarde y sábados por la mañana- las historias se multiplican, por eso es difícil hallar una que sintetice la experiencia.

Para cada payamédico, la transformación comienza desde el vestuario: “Cuando nos ponemos la nariz seguimos siendo un adulto pero con mentalidad de niño, que es inocente, que no entiende el doble sentido, que no toma alcohol, no fuma, no es violento, no incomoda y es tierno. Todos hemos pasado por la vida en esa etapa de niño y es cuestión de buscarla. Por eso la payateatralidad permite buscar a ese niño que fuimos, y por eso el payaso no se enseña, sino que se aprende y cada uno tiene su ritmo para encontrarlo”.

Y en la historia personal, el cambio también es evidente: “Se empieza a quitarle dramatismo a la vida, a la lógica, al reloj. Y a salir de la vorágine de todos los días”.

EL FUNDADOR

El Dr. José Pellucchi es médico psiquiatra, especialista en terapia intensiva y ecografista. También es actor, clown, teatrista y fundador artístico-académico de Payamédicos. Es el presidente honorario del congreso internacional de clown y payaso de hospital. Fue declarado ciudadano ilustre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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SOLIDARIOS

El 8 de diciembre, los Payamédicos de Santa Fe se sumaron a la convocatoria que hizo Juan Carr a través de la Red Solidaria bajo el nombre de “Bailemos todos”. El patio de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales fue el espacio elegido para adherir a esta invitación que reunió a miles de personas en todo el país, para bailar, justo a las 18.30, la canción creada por Miranda.

¿QUÉ ES UN PAYASO?

Por Alex Navarro

El payaso es un creador, un provocador de risa, sensaciones y emociones. El payaso nos hace reír, sentir y reflexionar con su visión del mundo y sus intentos de posarse por encima de sus fracasos. Nos muestra su vulnerabilidad sin tapujos. Es el niño que todos llevamos dentro, que no tiene tabúes, que disfruta jugando y que quiere ser como los adultos aunque nunca pueda conseguirlo. Lo que el payaso busca (su principal motivación) es ser amado, quiere que el público lo ame, quiere que sean sus amigos. Siempre intenta parecerse a los demás, pues cree que así lo aceptarán y lo amarán, es como un niño que quiere ser adulto.

Los niños entre 1 y 3 años son 100% clowns, podemos aprender mucho de ellos, pues tienen el “timing”, la ingenuidad y algunas de las más importantes consignas básicas del clown de forma natural; de hecho desde mi punto de vista el clown viene del niño. Algunos ejemplos:

1) Quieren ser amados por sus padres y en general por el mundo entero (el clown, por el público).

2) Quieren ser como los adultos y tratan de imitarlos (el clown hace lo mismo, desea integrarse y parecerse a la gente “adulta y normal”).

3) Son espontáneos y no tienen sentido del ridículo.

4) Expresan sus emociones a tope y pueden pasar instantáneamente de una a otra.

5) Si un niño de esa edad está, por ejemplo, golpeando con un juguete un mueble, parará un momento para mirar a su papá o mamá (compartir con el público): si sus papás se ríen, buen rollo (éxito), eso significa que hay que seguir golpeando el juguete, si no ríen (fracaso) hay que golpearlo con más fuerza o bien buscar otra vía, quizás ir a golpear otro mueble, o golpear el mismo mueble con otro juguete. Los niños, siempre que hacen algo, miran al adulto para compartir y buscar su complicidad. Y su actitud, después de mirarlo, dependerá de la reacción del adulto.

6) En general, si los riñes no se defenderán; a lo sumo llorarán o se sentirán en evidencia, pero seguramente se vengarán más tarde quizás con su actitud hacia ti, o quizás haciendo una trastada mayor aun (el clown no se defiende ante un ataque y menos de la autoridad, pero luego puede vengarse).

7) Son tremendamente curiosos y cualquier cosa puede sorprenderlos y alucinarlos (capacidad de asombro).

8) Si les regalas un juguete carísimo pueden sacarlo de la caja, dejarlo a un lado, y pasarse horas jugando con la caja y el envoltorio (el mundo al revés).

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" A veces en, las noticias, la caída de un árbol hace más ruido que un bosque que crece día a día en silencio. Queremos estar dentro de ese bosque, creciendo en silencio”.

Mario Sejas.

FORMACIÓN

El curso de formación de Payamédicos está destinado a personas mayores de 18 años, y comprende dos instancias: el taller teórico-práctico y las payantías.

TALLER

El taller teórico-práctico tiene una carga horaria de 2 horas semanales. En la primera hora se dicta la parte teórica del curso que aporta los elementos necesarios para ingresar a la instancia Payantías. Se tratan temas como la metodología, bioseguridad, ética y filosofía Payamédica, mecanismos de defensa, tanatología y otros temas, y se trabaja en la búsqueda del payaso que todos tenemos dentro: esta parte práctica consiste en el conocimiento y entrenamiento de la técnica de payaso. El taller teórico-práctico es la única etapa arancelada de toda la actividad de Payamédicos.

PAYANTÍA

Una vez completada la primera instancia, comienza la etapa denominada Payantía, donde el Payaspirante realiza su primer contacto con las intervenciones en el hospital, siempre acompañados por los Payamédicos experimentados.

EGRESADOS

Mañana a las 20 se hará la entrega de diplomas y la correspondiente habilitación a cada uno de los 16 payamédicos que completaron toda la formación. Será en LOA, 25 de mayo 1867.

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