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“21 gramos”

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“L'Annunciazione”, de Lorenzo Lotto.

 

por Julio Anselmi

El peso del alma sería de 21 gramos. Lo decidió un médico de Massachusetts, quien tras pesar meticulosamente a moribundos antes y después de su fallecimiento publicó en 1907 el resultado de sus desvelos. Esa liviandad sobrevuela en el último libro de poemas de Osvaldo Picardo (21 gramos, publicado por Ediciones en Danza), la del propio destino flotando como quien nada entre dos fondos (“entre toneladas de relámpagos/ y el sordo respirar de los peces”), la de viento que trae olor a chocolate sobre la ciudad dormida, la del peso del verano en la balanza de la verdulería, la música con la que uno cree de vez en cuando despertar... Lo cotidiano alza vuelo y se despliega: “una caña entre las manos sostiene/ el pesado recuerdo del océano”. O, en algunos poemas, se suspende en el momento previo al despliegue, a lo inevitable, “cuando todavía nada ha sido determinado y todo puede suceder”.

Hay vislumbres, llamaradas de revelación mística en la Rosa, una mujer que es también una flor (la irreemplazable, la perfecta de Rilke) o en el sueño del elefante de Maimónides, que como el propio autor aclara en una nota al final del libro: “No hay para Maimónides mayor confusión que la que surge de dar a lo inefable atributos afirmativos. De ahí la perplejidad con que nos envuelven la imaginación y el lenguaje, aunque también el silencio. El problema es la imposibilidad de nombrar la esencia inefable que es Dios. Entonces nos propone el conocido caso del elefante que nadie ha visto pero del que todos han oído hablar”.

El cine recurre en los poemas de Picardo (en este volumen, especialmente al aludir a un filme de Angelopoulos). También la pintura, en uno de los poemas más destacables de 21 gramos, que refiere a La anunciación de Lorenzo Lotto. Una pintura singular precisamente porque “Acá en cambio/ ningún elemento de los conocidos/ está en el lugar esperado. El color encendido/ quedó cayendo de los brazos de la Virgen./ Y hasta un gato corre buscando respuesta./ La escena se mueve a lo imposible.// María/ deja a la espalda un contorno definitivo/ y Gabriel/ puede ser que aún no haya hablado./ Son más que dos silencios./ El color grita su envidia contra las formas.// Después/ nada tendrá que parecerse a sí mismo”.

Oriundo de Mar del Plata, Osvaldo Picardo es autor de, entro otros poemarios, Letras en una esfera armilar, Quis quid ubi: Poemas de Quintiliano y O. P. Vida de poesía. Dirigió la editorial de la Universidad Nacional de Mar del Plata y la revista La Pecera.