Un centro fatto in casa

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La sede de la institución, hoy.

El club se consolidó, con el paso del tiempo, como un espacio de referencia para esa zona de la ciudad. Balance de un año lleno de proyectos, con la mirada puesta en la historia compartida.

TEXTO. REVISTA NOSOTROS. FOTOS. GENTILEZA CENTRO FRIULANO.

 

El sábado 20 de agosto de 1955, el diario Corrieri Degli Italiani publicó, bajo la volanta “Instituciones ejemplares”, una nota titulada: “Los friulanos de Santa Fe tienen una casa fatta in casa”. Allí consignaban una “breve e instructiva lección sobre la manera de construir una sede social en dos años sin dinero, sin terreno, sin materiales y con pocas deudas”.

“Hace falta ser friulano”, remataba el artículo. Por esa época, un grupo de friulanos y sus descendientes, que conformaban una gran comunidad y se desenvolvían en diversas actividades y oficios en la ciudad de Santa Fe, proyectaba tener su centro social.

El 1º de julio de 1951, en el bar de la familia Paviotti ubicado en Aristóbulo del Valle y Pedro Centeno, en una improvisada reunión, resolvieron dar por constituida una Sociedad Italiana regional, cultural y recreativa que se denominaría Centro Friulano de Santa Fe. Se nombró una comisión provisoria organizadora a la que se le encomendó la misión de divulgar y propagar la iniciativa, conseguir socios de la colectividad, vincularse con las sociedades italianas locales y friulanas del país, como así también dar los pasos legales necesarios para registrar debidamente a la nueva entidad.

La Sociedad Unión y Benevolencia puso desde el primer momento el local societario a disposición del nuevo Centro. En ese lugar se fueron haciendo reuniones, asambleas, festivales, celebraciones y se discutieron y aprobaron los estatutos. Se conformó la primera comisión directiva oficial, presidida por Sergio Gon.

Al año de fundación se registraban ya más de 300 socios, los que fueron considerados todos “socios fundadores” y figuran, como corresponde, en un cuadro de honor expuesto en un salón. Los ideales fueron creciendo y fecundando en realidades, a partir de la adquisición de ocho lotes de terreno en la esquina de Rivadavia y Salvador del Carril, a los que se sumarían luego cuatro lotes más.

EL CENTRO HOY

Hoy el Centro Friulano es una institución referente de la zona norte de la ciudad. Si bien han variado sus actividades, los valores fundacionales siguen vigentes, y todo proyecto se realiza respetando ese mandato. “Revalorizamos el estatuto vigente e incentivamos propuestas socioculturales que sigan esa línea. Y para que ello sea posible, es fundamental la funcionalidad del edificio”, explican desde la comisión directiva que actualmente preside Aída Molina.

Permanentemente se hacen obras de mantenimiento o remodelaciones -este año se hizo un sobretecho en el salón principal-, y se ha rediseñado el patio para optimizar su uso. El Centro Friulano tiene concesionado un comedor (restaurante en invierno y patio cervecero en verano), que genera un gran movimiento de gente durante todo el año. Además, para beneficio de los socios se ofrece un salón acondicionado para reuniones familiares.

La enseñanza del idioma italiano es una actividad que se desarrolla desde hace muchos años, generadora de proyectos integradores dentro de la propia institución y de extensión a la comunidad. La tercera edad tiene su espacio y se reúne para la realización de talleres (Taller de la Memoria, Manualidades, Canto). La práctica de bochas está presente desde los inicios del Centro, y se suma a otras disciplinas artísticas y deportivas como Patín Artístico, Escuela de Patín, Taekwondo y Danzas Árabes, actividad recientemente incorporada.

Uno de los espacios a destacar es el Coro, de notoria calidad y prestigio, que ha cumplido 26 años de continua labor con un repertorio variado, que suma al tradicional del canto italiano y friulano. La institución ofrece además seminarios sobre distintas disciplinas artísticas, comenzando este año con Mosaiquismo, arte típico del Friuli.

LA PIEDRA FUNDAMENTAL

Como uno de los actos celebratorios del segundo aniversario del Centro, y con la presencia del Cónsul General de Italia Dottor Montecchi Palazzi, autoridades civiles y mucho público, el Arzobispo de Santa Fe, monseñor Nicolás Fassolino, bendijo la piedra basal de la sede propia. Fue el 5 de julio de 1953. Al momento de la bendición, Fassolino expresó: “Friulanos, conservad vuestras tradiciones, será venturoso el futuro de los pueblos que no las olvidan”.

Desde entonces la institución fue creciendo, adecuando las instalaciones a los objetivos y a las necesidades. Pero la característica principal de esa evolución fue el esfuerzo y el sacrificio de sus impulsores, socios y colaboradores, que fueron poniendo materiales y trabajo para hacer posible el sueño. Hubo épocas buenas y otras no tanto. Repercutieron en la vida del Friulano las crisis económicas y los problemas sociales, pero siempre se mantuvieron los proyectos: si no era posible en el momento, se esperaba.

El sueño de los fundadores tiene 63 años. Los motivos de su existencia como institución ya no son los que movieron a esos pioneros, sino que se fueron actualizando según las demandas sociales. “Pero a quienes estamos comprometidos en la continuidad del club, nos siguen los desvelos como a ellos. Porque el sólido edificio debe ser fecundo, servir al desarrollo de la comunidad”, expresaron desde la actual comisión.

Desde hace unos años la zona quedó dentro de un proyecto de revalorización de un espacio de la ciudad, hecho que beneficia la dinámica institucional y por lo cual el Friulano forma parte de la Asociación Parque Federal.

Por su ubicación estratégica, este centro es sede de varios eventos deportivos, sociales y culturales de instituciones u organismos oficiales que lo solicitan, a nivel nacional, provincial y local. Este año la cancha de bochas fue una de las subsedes de las XXVII Olimpíadas Nacionales de los Empleados de los Institutos de Vivienda y Urbanismo de la República Argentina. Recientes experiencias han sido los torneos de bochas para ciegos y la práctica de bochas de niños y adolescentes que concurren a escuelas especiales, o el desarrollo de talleres sobre mediación “Consensos, Asociación Civil”.

En la última edición de la tradicional despedida de fin de año, se fijó como tarjeta simbólica el aporte de un alimento no perecedero, para colaborar con las obras que llevan adelante las Hermanas de la Providencia, (congregación que tiene su casa matriz en Udine, Friuli), en el barrio Santa Rosa de Lima.

PASADO Y PRESENTE

Como centro social, el Friulano se destacó siempre por convocar a los famosos bailes de carnaval, fiestas de la primavera y kermeses. Además su salón de fiestas fue durante mucho tiempo, dada su capacidad, uno de los pocos existentes en la ciudad para casamientos, cumpleaños o reuniones de mucha concurrencia.

Cada año en julio, aniversario de la entidad, se celebra allí la Fiesta Provincial de la Polenta Friulana.

Al cumplir el 50ºaniversario la institución publicó un libro: “50º Aniversario del Centro Friulano de Santa Fe” (2001), en el que quedó plasmada la historia, con sus protagonistas y el contexto de su desarrollo. Siempre con la mirada puesta en la inmigración friulana, se convocó a un certamen literario llamado “Al Calore della Stessa Fiamma”, durante tres años, en el que se recogieron muchas historias que luego fueron publicadas en una antología titulada “En Torno al Fôgolar” (2010). Al cumplir los 60, editaron la revista: “Centro Friulano de Santa Fe. Memoria, Presente y Futuro”.

La visita del Papa Francisco a Redipuglia, un pueblo del Friuli, motivó una nota publicada en esta revista. Un hecho aunque lejano geográficamente, muy cercano en lo espiritual y movilizador para los friulanos.

Desde hace dos años se realiza en octubre el “Incontro Socio-Culturale”, que pone de relieve la cultura y las tradiciones friulanas, a partir de un proyecto del taller de italiano. El primero se denominó ”Conosciamo il Friuli”.

El Secondo Incontro Socio- Culturale, este año denominado ‘Assaggiamo il Friuli‘, se llevó a cabo en octubre. Con gran concurrencia de público, socios y amigos del fogolàr, fue una tarde de logrados encuentros: en primer lugar con el pasado de los abuelos inmigrantes a través de una conmovedora dramatización, en la que actuaron Livio Gon (miembro del coro) y María Rita Flores (alumna de Italiano); luego con la historia del Friuli y su bandera, a cargo de la profesora Norma Toniutti y coreografías interpretadas por alumnas de patín artístico con la dirección de Gisela Alonso.

Momentos más tarde con la gastronomía, cuando Aída Molina explicó por qué para los friulanos la polenta es más que una comida; y el chef Elio Gon elaboró los crostuis ante el público. Fue también un encuentro con el canto junto al Coro Friulano, que entusiasmó e hizo cantar a los presentes. Y finalmente, un encuentro con la palabra en primera persona, con friulanos que contaron sus historias dando lugar a la nostalgia, a la emoción y una cuota de buen humor.

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El local en pleno proceso de construcción.

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Los friulanos y descendientes construyeron esa casa con el fin de preservar las raíces y costumbres de su pueblo.

Como centro social, el Friulano se destacó siempre por convocar a los famosos bailes de carnaval, fiestas de la primavera y kermeses. Además su salón de fiestas fue uno de los pocos existentes en la ciudad.

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Los ideales fueron tomando forma. Los paisanos se fueron sumando a lo que se convertiría, con el paso del tiempo, en una gran familia.

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Almuerzo en la sede social para celebrar el quinto aniversario.

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Como uno de los actos celebratorios del segundo aniversario del Centro, el Arzobispo Mons. Nicolás Fassolino bendijo la piedra basal de la sede propia, el 5 de julio de 1953.

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Los integrantes de la primera comisión directiva.