En la ciudad

Hay 80 corralitos de Assa por roturas de caños de agua y cloacas

Es la cantidad de obras de reparación que tiene en marcha la empresa en Santa Fe, según sus propios registros, y que incluyen conexiones domiciliarias y cañerías distribuidoras con pérdidas. Esta semana, hubo varios reclamos de vecinos por demoras y fallas en las reparaciones.

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A borbotones

Cuando Juan Carlos Grassino abrió la puerta de su casa para disfrutar unos mates en las primeras horas frescas del día, se asombró con los 20 centímetros de agua acumulada sobre la calzada. “Así está la calle cuando llueve, pero esta vez es un caño roto”, contó. El agua sale a borbotones por la rotura de un caño sobre la vereda de Las Heras y Padilla, y corre con fuerza por la calzada hasta acumularse a 300 metros, a la altura del 4700. Los vecinos se quejaron porque tenían poca presión de agua a raíz del caño roto y contaron que así queda la calle cuando llueve. Foto: Pablo Aguirre

 

Gastón Neffen

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La rotura de cañerías de agua y cloacas es un problema gravitante en la ciudad. En primer lugar, porque las pérdidas encharcan las calles, rompen la calzadas y provocan hundimientos —por la erosión de la tierra—, lo que también supone un riesgo de rajaduras en las viviendas, una cuestión que preocupa a los vecinos. Pero en el centro, donde las calles son estrechas y el tránsito más denso, los corralitos traban la circulación de los colectivos y los autos, sobre todo en las horas pico.

Esta semana, El Litoral cubrió reclamos por socavones en cuatro puntos de la ciudad. Y esta mañana los vecinos de Las Heras, entre Luciano Torrent y Padilla, se despertaron con un caudaloso río corriendo por la calle por la rotura de un caño de agua (ver foto).

En realidad Aguas Santafesinas (Assa) tiene unas 80 obras de reparación en marcha, según los datos de la empresa (hasta el viernes 23 de enero), que solicitó El Litoral. Al comienzo de la semana, en los registros del municipio figuraban 109 baches abiertos por Assa.

El ritmo de intervención de las cuadrillas es de 25 a 30 trabajos diarios, pero la demanda es mayor —también hay que sumar el tiempo que requieren las obras— y por eso se acumulan los corralitos. En los últimos dos años, lo habitual es que la cifra de corralitos abiertos oscile entre los 80 y los 100 corralitos, pero hubo picos de 130.

El problema de fondo es que una buena parte de las cañerías de distribución de agua potable son viejas —en algunos casos centenarias—, sobre todo en el centro y en el sur de la ciudad. Son redes que se colocaron en las primeras décadas del siglo pasado, luego de que se inaugurara la planta potabilizadora en barrio Candioti en 1907.

Desde Assa aseguran que en los últimos meses se logró reducir la cantidad de corralitos abiertos en la ciudad. En marzo del año pasado, cuando había unos 70 corralitos, las demoras para finalizar estos trabajos generaron chispazos con el municipio, al punto de que el intendente José Corral suspendió las autorizaciones de obra a Assa —“hasta que no se arreglen los baches abiertos”, dijo— para realizar reparaciones en calles. En ese momento, el municipio también cuestionó la calidad de los trabajos de pavimentación.

Reparaciones

De los 30 trabajos diarios que realiza Assa, el 30% se concentra en el macrocentro, un sector que se prioriza por el flujo de tránsito.

Assa explica que el proceso de reparación en pavimento incluye diferentes etapas, que comienzan con la inspección técnica y señalización del lugar, apertura de la calzada y excavación, reparación hidráulica, reposición de suelo —actualmente se optó hacerlo con relleno de densidad controlada (RDC)—, hormigonado y fraguado, y terminación con asfalto flexible si corresponde. Luego, el municipio inspecciona los trabajos antes de habilitar la circulación.

En cuanto a los plazos de las intervenciones, siempre que acompañen las condiciones climáticas, Assa estima que las reparaciones demandan entre 8 y 10 días, pero cuando llueve mucho los trabajos pueden llevar más de 20 días. Este es uno de los puntos que más cuestionan los vecinos, quienes aseguran que los arreglos pueden demorar hasta más de dos meses y que es habitual que la cañería vuelva a romperse en el mismo sector.