Ser universitario hoy

Tips para convertirse en un estudiante “gasolero” en tiempos de inflación

  • La canasta universitaria podría ubicarse entre los 7.000 y 7.500 pesos este año. La decisión de enviar a un hijo a la universidad a otra ciudad, en tiempos de inflación, es difícil. Sin embargo, hay muchas herramientas de economía doméstica que pueden resultar útiles al estudiante.
Tips para convertirse en un estudiante “gasolero” en tiempos de inflación

No hay que resignar la posibilidad de mandar al hijo a la universidad, aun en épocas de incertidumbre económica, opinan los especialistas.

Foto: Archivo / manuel a. fabatÍa

 

Mariela Goy - Luciano Andreychuk

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“Si un papá quiere enviar a su hijo a estudiar afuera, tendrá que saber que le costará por mes el salario de un empleado de comercio”. El cálculo simple pertenece al contador José Luis Milessi, quien además de ser profesor de Administración Financiera en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNL, mantiene a sus hijas estudiando en Buenos Aires y habla por experiencia propia. En estos momentos, ese sueldo ronda los 7.600 pesos de bolsillo.

En febrero de 2014, la canasta universitaria (que elabora el Observatorio Social de la UNL) trepó a los $ 5.412, un 45,5 % más con relación a 2013. Fue la variación más importante desde el 2010, cuando comenzó a calcularse este promedio ponderado de gastos universitarios. El organismo aún no elaboró el indicador de este año, pero en un cálculo somero podría decirse que la canasta universitaria rondará entre los 7.000 y 7.500 pesos.

“La inflación acumulada de los 12 meses de 2014 alcanzó el 41 % (según el índice del Congreso) o un 35 % si se considera el indicador que utiliza la Ansés para medir los aumentos salariales y que se puede tomar como referencia para medir la inflación”, aseguró el contador.

El primer efecto que produce es la pérdida de poder adquisitivo de los asalariados que repercute negativamente en el consumo y el ahorro. En este contexto macroeconómico, muchas familias se enfrentan al desafío de tener que solventar la carrera universitaria de un hijo en 2015, una decisión que impacta fuerte en los bolsillos, sobre todo, si el joven debe mudarse a otra ciudad para estudiar.

“Este año (2015) va a ser difícil. Estamos en un esquema recesivo y esto va a generar que muy probablemente a los gremios les cueste conseguir los aumentos salariales que cubran la inflación adecuadamente. Entonces, lo que va a pasar es que los ingresos de los hogares medios, de donde seguramente salen buena parte de los alumnos universitarios, se verán con mayores dificultades en cuanto a su nivel de ingreso”, anticipó Milessi.

El contador subrayó que “el estimado de la inflación para este año será del 35 %, siempre y cuando no haya una devaluación como la de enero de 2014. También la Universidad del Cema que mide la canasta de los ejecutivos, sin los precios cuidados, tiene un pronóstico del orden del 30 y el 35 % para este año”, destacó el profesional, en diálogo con El Litoral.

Buscar precios y ser previsor

No obstante, los especialistas opinan que en la medida de lo posible no hay que resignar la posibilidad de mandar al hijo a la universidad. “Estos contextos macroeconómicos difíciles siempre han ocurrido en el pasado. Yo me acuerdo cuando los alquileres se indexaban mes a mes, y a pesar de todo, muchos terminaron su carrera igual”, dijo Milessi.

Brindó algunos consejos de economía doméstica que no pueden faltar. Por un lado, las familias deben “entrenar” a sus hijos en las compras del supermercado: cómo buscar las segundas marcas que son más baratas, ir al súper que tenga los “precios cuidados” y stockearse de los productos que estén en promoción. “Esto significa prestar atención y volver al día siguiente si no está el producto o caminar más cuadras para ir a ese súper con mejores precios. Todo eso va a generar un ahorro significativo al estudiante”, sostuvo.

Otra recomendación es hacer siempre el ejercicio de “anualizar”. ¿Qué significa? “Que si ahorro $ 10 por mes, multiplicados por 12 meses, serán $ 120 al año, que el estudiante puede usar para ir a comer afuera”, indicó Milessi.

También sugiere a los jóvenes elaborar su propio índice de precios, anotando lo que consumió en los últimos 30 días y cuánto le salió. Esto le permitirá ir midiendo la evolución de su costo de vida, sin consultar al Indec y hacer más eficiente su dinero.

“Hay otra cosa que los chicos tienen que aprender. Si vos a tu viejo le pedís $ 50 de hoy para mañana, le dolerá más que si le pedís los mismos $ 50 para el mes que viene. Cualquier demanda que sea previsible, ayudará mucho a los padres porque podrán ir juntando la plata de a poco”, recomendó.

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Los materiales de estudio: cómo cuidar la “moneda”

  • El gasto fijo en materiales de estudio que debe afrontar por cuatrimestre un estudiante oscila estimativamente en los 2 mil pesos, contando apuntes y uso de Internet. Estudiar no es barato, aun en la universidad pública. Pero hay alternativas de ahorro. Por ejemplo, en la Fich (UNL), el centro de estudiantes tiene una biblioteca virtual (bibliotecafich.blogspot.com) donde hay contenidos que se pueden descargar.

La beca de material de estudio es una herramienta clave para abaratar costos. El ingresante debe completar un formulario de solicitud en la UNL, con sus datos y los ingresos familiares, entre otros. En la UTN Santa Fe también hay becas de ayuda económica.

Otra opción de ahorro: las bibliotecas. La de Derecho de la UNL tiene unos 200 mil libros. Ahí se pueden sacar ejemplares para estudiar por 15 días, y renovar el préstamo por dos semanas más.

En la mayoría de las facultades públicas hay bancos de apuntes: se acopian textos ya usados y donados por graduados. Los ingresantes pueden solicitar el préstamo de ese material en forma gratuita para estudiar.

Informe completo

www.ellitoral.com (Especiales/Estudiar en Santa Fe)

Alquileres: costos y opciones a analizar

  • En valores estimativos y considerando el área “entre bulevares” -zona centro- y barrios Candioti o Guadalupe, a precios de octubre, el alquiler promedio de un departamento con un dormitorio salía desde 2.600 y hasta 3 mil pesos. El alquiler de un departamento de dos dormitorios puede costar entre 3.300 pesos y hasta 4 mil pesos.
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Foto: Archivo / flavio Raina

“El aumento anualizado de los alquileres de departamentos va de un 30 a un 35%. Corre al ritmo de la inflación”, dijo a El Litoral Walter Govone, presidente de la Cámara de Empresas y Corredores Inmobiliarios de la Provincia de Santa Fe (Ceci).

Hay opciones para que los costos no se vayan por las nubes. Por ejemplo, el alquiler compartido de un departamento de dos dormitorios entre dos o tres chicos o chicas es más barato, porque los gastos se dividen. También se puede recurrir a las residencias universitarias o las pensiones estudiantiles; son más económicas, pero menos cómodas para estudiar.

Hay que evaluar bien qué conviene alquilar en función de la ubicación (o la proximidad a la facultad donde se va a estudiar), y si se está dispuesto a compartir espacio, con lo que una convivencia implica.

Alimentación: comer saludable no es más caro

  • Contrariamente a lo que se piensa, Florencia Cúneo, docente de la Licenciatura en Nutrición de la UNL y de la Católica de Santa Fe, asegura que comer saludablemente no es más caro. Para alimentarse de forma casera, pagar el gas y la electricidad, un estudiante debió disponer de $ 1.787 por mes a principios de 2014. Para este año, a ese monto tendrá que sumarle la inflación acumulada de todo el año en el rubro. Aquí algunos tips de la nutricionista:
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Foto: Archivo / guillermo di salvatore

- Realizar por lo menos 4 comidas al día. Saltear comidas -como suelen hacer los estudiantes con el desayuno- perjudica el desempeño intelectual y los hace más propensos al sobrepeso.

- No exagerar el consumo de mate y café. Evitar el cigarrillo y las bebidas alcohólicas. El agua es la mejor manera de hidratarse.

- En la heladera, tener siempre opciones de frutas, lácteos, huevo duro, algunos vegetales limpios, un poco de carne cocina para filetear, que garanticen que con poco tiempo se pueda preparar el almuerzo o la cena, en vez de recurrir al delivery.

- Compartir los gastos de comida y saber elegir. Un kilo de pan -que se puede comer tostado, con queso untable o mermelada- cuesta $ 20, mientras que un kilo de factura sale cerca de $ 100. En vez de tomar mate azucarado con bizcochitos, pueden comprar un litro de yogur entre cuatro compañeros de estudio y compartir un vaso cada uno.

- Programar un horario semanal para ir de compras y no abastecerse en los quioscos, que son más caros.

- A los padres: enseñarles a sus hijos a preparar 3 o 4 comidas básicas saludables y rápidas para que puedan iniciarse en la cocina, comer mejor y barato. Por ejemplo: una salsa de tomate para pastas; una ensalada cruda con arroz; vegetales de varios colores y carne cortada (pollo, sardinas, atún, carne roja) o huevo duro; un guisito sano de verduras y porotos.

El dato

Transporte: qué conviene

  • Gestionar el medio boleto estudiantil (viajes interurbanos) y el boleto terciario y universitario (para líneas de colectivo urbanas), con este último se abarata un 40% el valor del boleto común (hoy de 5 pesos); conviene usar las tarjetas magnéticas antes que las monedas; usar bicicletas: aprovechar las del Programa Subite a la Bici, que se prestan gratuitamente.

Foto: Archivo / flavio raina

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