España

Los indignados se preparan para la batalla electoral de “Podemos”

Con apenas un año de vida, la agrupación política “Podemos” acumula una intención de voto que la coloca por encima de las otras fuerzas españolas. El reto de representar a la expresión del movimiento de los Indignados.

Los indignados se preparan para la batalla electoral de “Podemos”

El dirigente Pablo Iglesias, de 36 años, en una conferencia de prensa en Madrid. Foto: Archivo El Litoral

 

Sara Barderas

dpa

Pablo Iglesias y Podemos, heredero del movimiento de los indignados, regresan el sábado a la Puerta del Sol de Madrid, donde hace casi cuatro años nació la protesta ciudadana contra la clase política que ha gestionado con la tijera la crisis económica en España y en la que anidó la corrupción.

Podemos aspira a emular a Syriza y, con la victoria del griego Alexis Tsipras aún caliente, liderará en Madrid una manifestación que se prevé multitudinaria y que oficializará el arranque de una campaña electoral que durará casi un año.

Personas de toda España -ha movilizado hacia Madrid más de 260 autobuses- iniciarán en la conocida Plaza de Cibeles la marcha hacia el kilómetro cero del país. El objetivo: una demostración de fuerza al inicio de un 2015 con profusión de citas electorales.

En un año de vida, cumplido este mes, Podemos se sitúa en las encuestas en los puestos de cabeza, con opciones de superar al Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy y al Partido Socialista (PSOE) de Pedro Sánchez en los comicios generales previstos para noviembre o diciembre, la gran meta de Pablo Iglesias.

Antes hay elecciones adelantadas en Andalucía (22 de marzo), municipales en toda España y autonómicas en la mayoría de las regiones (24 de mayo), así como comicios anticipados en Cataluña (27 de septiembre).

La manifestación del sábado carece de precedentes: no es una protesta contra una decisión gubernamental ni tiene reivindicación concreta.

El partido la ha bautizado ‘Marcha del Cambio‘ y, como antaño se hacía en el arranque de las campañas electorales, dos de sus líderes protagonizaron el jueves por la tarde en un barrio obrero de Madrid una pegada de carteles para promocionarla. Iglesias y la cúpula de Podemos estarán tras la pancarta de cabecera.

Por el cambio

“Lo que toca ahora es una movilización para decir que en 2015 habrá un gobierno de la gente, que habrá cosas que van a poder cambiar”, ha dicho Iglesias. “La Marcha del Cambio no es una marcha de Podemos, sino de todas las personas que queremos recuperar la dignidad y ayudar al cambio en nuestro país”.

Como Syriza, Podemos recibe el apoyo de ciudadanos hastiados por las políticas de austeridad frente a la crisis e indignados por los escándalos de corrupción en los dos grandes partidos -‘la casta‘-.

Sus simpatizantes salen sobre todo de las filas del PSOE y de las de Izquierda Unida (IU), la tercera fuerza parlamentaria, en la que se inserta el Partido Comunista (PCE).

La formación de Iglesias levanta la voz contra la canciller Angela Merkel y la Troika, pero desde su irrupción en el tablero político con 1,2 millones de votos y cinco eurodiputados en mayo, en los comicios europeos, ha suavizado un discurso tachado de populista y radical por los críticos. Dejó atrás las propuestas económicas que más miedo daban a la clase empresarial y a los defensores del sistema y se acercó a la socialdemocracia económica.

El impago de la deuda mutó a reestructuración, desaparecieron la renta universal, la legalización de la ocupación de viviendas y la jubilación a los 60 años. ‘No es lo mismo hacer un programa para unas elecciones europeas (...) que hacer un programa de gobierno para gobernar‘, ha dicho Iglesias.

El profesor universitario de Ciencia Política, que en octubre cumplió 36 años, tiene un control casi absoluto del partido.

Líder oficioso desde el inicio, su liderazgo fue incontestable en la votación en la que las bases lo eligieron en noviembre secretario general. Sus propuestas organizativas y estratégicas se adoptaron por abrumadora mayoría y sus candidatos se impusieron en la mayoría de las grandes ciudades en la elección de las ejecutivas municipales.

Iglesias y Podemos se han convertido en la peor pesadilla del PP y del PSOE, que intentan contrarrestar la amenaza acusándolos de populistas y de querer convertir a España en una Venezuela en Europa. Hasta ahora, nada ha hecho mella en las encuestas.

Pero estos días está en el ojo del huracán su número tres, el también profesor Juan Carlos Monedero. Tanto la Agencia Tributaria como la Universidad Complutense, de la que es profesor, investigan posibles irregularidades en el cobro de más de 425.000 euros por asesorías a Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua.

Medios españoles han expresado la sospecha de que ese dinero haya sido en realidad una línea de financiación al partido.

Crecimiento mayor al previsto

La economía de España volvió a crecer en 2014 después de cinco años de recesión y lo hizo en un 1,4 por ciento, una décima más de lo que había previsto el gobierno de Mariano Rajoy, según los datos provisionales publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El crecimiento económico del año pasado es además el mayor desde 2007. La economía española se estancó en el 0 por ciento en 2010. En los años posteriores se contrajo. En 2013, la caída fue del 1,2 por ciento.

El producto interior bruto (PIB) español aceleró su crecimiento en el último trimestre del año pasado, avanzando un 0,7 por ciento, dos décimas más que en los tres meses anteriores.

Los datos del INE para 2014 coinciden con lo avanzado ya por el Banco de España. La tasa definitiva de crecimiento se conocerá el 26 de febrero con la publicación de la contabilidad nacional trimestral.

España ha atravesado desde 2008 su peor crisis económica del periodo democrático. Los buenos datos de 2014 se unen a otras señales que da la economía en los últimos meses y que llevan al gobierno de Mariano Rajoy a proclamar que el país está saliendo de la crisis, pese a que el desempleo se mantiene alto: el 23,7 por ciento el año pasado.

Para 2015, el Ejecutivo prevé un aumento del PIB del dos por ciento. El ministro de Economía, Luis de Guidos, señaló recientemente que podría incluso llegar a cerca del tres por ciento. El gobierno conservador modificará sus previsiones oficiales en abril.