Los peritajes que faltan

Expediente bajo alta presión

Más allá del resultado de los exámenes toxicológicos al cuerpo de Nisman o la verificación de filmaciones en Ezeiza, un peritaje clave que fue ordenado pero aún no se conoce es el de las comunicaciones de los teléfonos -en principio tres- y los archivos en las PC del ex fiscal.

La ex mujer de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, ya había puesto reparos porque la fiscal Viviana Fein no aguardó su regreso al país para realizar la autopsia. Arroyo Salgado -que es querellante en representación de sus hijas- quiere peritos de parte y habría solicitado la intervención de la Policía Metropolitana en las pericias telefónicas.

La procuradora Alejandra Gils Carbó ratificó su apoyo a la actuación de Fein y puso medios y personal a disposición. En medio de declaraciones sobre la intromisión del Ejecutivo, y con las interpretaciones presidenciales de por medio, el avance del expediente sobre la muerte de Nisman está bajo constante auditoría de unos y otros.

Según el diario La Nación, empleados y funcionarios de la Unidad Fiscal Amia ya ratificaron en el expediente que Nisman trabajaba desde hace meses en la acusación. Cristina se había precipitado públicamente a afirmar la hipótesis del regreso intempestivo y la denuncia escrita “con anterioridad” (¿por Jaime Stiuso?). Pero la presidenta cambió la idea del suicidio pocas horas después y la compra del pasaje de Iberia varios días antes del regreso de Nisman descolocó la “versión” de la Casa Rosada.

Fein debe reconducir algunas de sus acciones por orden de la jueza Fabiana Palmaghini. La madre del fallecido fiscal había señalado la existencia de la computadora encendida de la hija de Nisman en la escena de su muerte, algo sospechoso porque el fiscal llevaba varias horas muerto y la notebook debía estar en “hibernación”. Fue allí donde estuvo Berni antes que lleguen las autoridades judiciales.