Más consultas por dermatitis producida por un insecto

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Las lluvias, la humedad y las elevadas temperaturas son el contexto ideal para este género de pequeños escarabajos de la familia Staphylinidae

¿Los conocés? Tienen alas y pueden volar, pero prefieren correr y son muy ágiles. Pertenecen al género Paederus: no pican ni muerden, pero si lo aplastás sobre la piel producen un tipo de dermatitis dolorosa. Desde el Servicio de Dermatología del hospital Iturraspe confirmaron que reciben entre 25 y 30 consultas semanales.

 

TEXTOS. CINTIA LORENA DIAZ ([email protected]). FOTOS. GENTILEZA DEL SERVICIO DE DERMATOLOGÍA DEL HOSPITAL ITURRASPE.

A simple vista parece una inofensiva hormiguita voladora. Tiene antenas, alas y llama la atención su vivo color rojo. Y últimamente se ven mucho en nuestra zona.

La doctora Mónica Prida advirtió que no son tan inofensivos como parecen. Según la titular del Servicio de Dermatología del hospital Iturraspe, desde el mes de julio de 2014 a la fecha detectaron un importante aumento de consultas por lesiones en la piel provocadas por una sustancia que despide este pequeño insecto negro y rojo.

“Hace años que venimos observando esta dermatitis en piel pero en el último tiempo se incrementó de manera notable. No conocíamos el bichito, y ante la cantidad de casos que se presentan diariamente, más ahora en verano, empezamos a buscar una imagen y encontramos que es el Paederus”, explicó la especialista. “La dermatitis por Paederus es del tipo de dermatitis de contacto. Este insecto no muerde ni pica, pero cuando camina sobre nuestra piel y lo aplastamos despide una sustancia llamada pederin, una toxina vesicante en la hemolinfa que provoca una irritación. Y si al intentar sacarlo después de aplastarlo lo arrastramos sobre la piel aparece una inflamación lineal: por eso también es conocida como “dermatitis lineal” o “latigazo”.

CLINICA

Los profesionales que integran el Servicio de Dermatología del hospital Iturraspe observaron que en los últimos cuatro meses, cuando las temperaturas comenzaron a elevarse, el número de consultas diarias aumentó considerablemente. “Estos insectos están al aire libre, por eso cualquier parte del cuerpo que esté expuesta pude resultar afectada. Las personas que se acercan al Servicio presentan generalmente lesiones en la parte superior del cuerpo, principalmente en la cara y el cuello. Podemos observar una placa eritematosa única, amplia, de bordes definidos, sobre la que se asientan ampollas de variados tamaños. Los pacientes manifiestan tener sensación de quemazón o ardor que les apareció súbitamente”. Según explicó la doctora Prida, la dermatitis de contacto atraviesa por cuatro etapas: “En las primeras 48 horas aparece un edema de apariencia rojiza que a veces presenta pápulas y prurito. A partir de las 48 horas continúa con eritema, se forman vesículas o ampollas que pueden tornarse purulentas. Entre el quinto y el octavo día, la toxina se difunde y da lugar a lesiones secundarias alrededor de la lesión primaria, que pueden confundirse con contaminación bacteriana. En esta etapa puede haber dolor, fiebre y malestar general. Recién después de ocho días la eritema comienza a disminuir y se forman costras que luego caen”.

Una vez que la sustancia irritativa que emanan estos insectos a modo de defensa está en la piel, es muy común que se trasmita a otras zonas. Estas lesiones son conocidas como “besos” o “imagen en espejo” y ocurren por la aposición de la zona afectada con piel intacta, como puede observarse en las flexuras o en la cara interna de los muslos. Por eso es recomendable que, si aplastamos uno de estos pequeños escarabajos sobre nuestra piel, nos lavemos inmediatamente las manos con agua y jabón; y que coloquemos compresas húmedas sobre la zona irritada.

DIAGNÓSTICOS ERRADOS

La apariencia clínica de esta dermatitis vesicante, puede ser muchas veces mal diagnosticada al confundirse con otras entidades como quemaduras, herpes simple, herpes zoster, celulitis periorbitaria y dermatitis de contacto alérgica aguda.

“En los casos de dermatitis por Paederus son muy comunes los diagnósticos erróneos”, aseveró la dermatóloga. “Estas lesiones suelen confundirse con contaminaciones bacterianas; por eso cuando la gente consulta en las guardias le dan -innecesariamente- antibióticos. Para estos procesos, con un corticoide y un antialérgico es suficiente”, indicó Prida. “Ante la presencia de tantos pacientes con este tipo de dermatitis de contacto en nuestros consultorios creímos necesario dar a conocer a la comunidad información sobre este insecto para que puedan prevenirse. Semanalmente estamos viendo entre 25 y 30 casos solo en el hospital; desconocemos lo que sucede en las instituciones privadas”.

POR QUÉ EN SANTA FE

Las características climáticas de la región que habitamos son altamente propicias para la proliferación de estas especies. Las lluvias, la humedad y las elevadas temperaturas son el contexto ideal para este género de pequeños escarabajos de la familia Staphylinidae, que predominan en áreas tropicales y subtropicales.

En los últimos años, los investigadores han observado que las alteraciones ecológicas y sus consecuencias, como el fenómeno de “El Niño”, propiciaron la aparición de brotes inusitados y epidémicos de dermatitis provocadas por algunas especies de estos insectos, los cuales se incrementan año tras años en algunas regiones del mundo. Estos cambios climáticos, que provocan grandes precipitaciones y, como consecuencia, el incremento de la vegetación en zonas deforestadas y el cambio de la temperatura y la humedad, traen consigo modificaciones de su hábitat natural y la migración y proliferación de estos insectos hacia zonas más urbanizadas, donde son atraídos especialmente por la luz artificial.

CÓMO PREVENIRNOS

La primera medida es aprender a identificarlos para evitar aplastarlos sobre nuestra piel: si se posa sobre la piel, retirarlo suavemente con un papel sin aplastarlo ni soplarlo bruscamente. En caso de hacerlo es recomendable lavarse inmediatamente las manos con agua y jabón, y colocar compresas húmedas sobre la zona afectada.

Si detecta la presencia del insecto puede matarlo con algún insecticida, pero debe barrer las cáscaras ya que los Paederus pueden causar los síntomas, vivos o muertos. Para evitar que ingresen a la casa, al igual que se hace con los mosquitos, se pueden usar mosquiteros en puertas y ventanas. Como son insectos de hábitos nocturnos es propicio reducir el número de lámparas encendidas, sobre todo las luces blancas y brillantes. Y además, es primordial evitar cúmulos de basura que contengan residuos animales o vegetales en descomposición.

Cuando lo aplastamos, el insecto despide una sustancia llamada pederin, una toxina vesicante en la hemolinfa que provoca una irritación en la piel.

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