análisis

por Mariela Goy

¿Qué pasó?

La propuesta de aumento salarial del gobierno no era para nada desdeñable. Variaba entre el 31 y 35 % a pagarse en dos tramos (un 20 ó 22 % en marzo y el resto en julio), más 120 pesos mensuales por ropa de trabajo y una asignación para material didáctico que va entre 1.000 y 1.600 pesos, a abonarse por única vez en febrero.

La decisión de la docencia nucleada en Amsafe, como en otras oportunidades, fue en el marco de una votación reñida. Apenas 3.600 sufragios de diferencia a favor del “no” en un concierto total de 27.834 docentes.

El ingrediente de siempre es Rosario, que trajo unos 6.000 votos por el rechazo, en su clásica interna que mantiene con la comisión directiva provincial del gremio. El departamento que siempre inclina la balanza es La Capital que esta vez cosechó pocos votos (3.077 por aceptar y 699 por rechazar, en lugar de los 5 ó 6 mil sufragios que registra habitualmente) debido a que un tercio de las escuelas estuvieron cerradas por la intensa lluvia del miércoles. De todas formas, no habría alcanzado para revertir el resultado, a todas luces dividido.

Entonces, ¿qué no convenció de la oferta salarial? “Hay en las consideraciones distintos aspectos: el pedido de que sea mayor el aumento, también el tema de las dos cuotas, el pago a los jubilados de la suma de febrero, y otras cuestiones que no tienen que ver con lo salarial”, argumentó Sonia Alesso, de Amsafe.

La lectura de la ministra Claudia Balagué de que en un año electoral está esta idea de pedir “un puntito más” de incremento, tiene asidero.

Ahora, destrabar el conflicto se hará cuesta arriba porque el gobierno endureció su posición y juega la carta de que Santa Fe tiene los mejores salarios docentes del país. En el medio, los chicos no empiezan las clases el lunes.

[email protected]