“Cuenteros” a la carga

Ola de secuestros virtuales en la ciudad

  • Al menos ocho casos fueron denunciados en las últimas 72 horas. En dos oportunidades, los delincuentes se salieron con la suya. Recomiendan extremar precauciones para no caer en la trampa.
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Los falsos secuestradores generalmente toman como blanco a mujeres mayores que viven solas. foto: archivo el litoral

 

Joaquín Fidalgo

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“¡Papá, se metieron en casa y me secuestraron! Me pegaron en la boca y me bajaron los dientes. Por favor, quieren plata. Dásela o me van a matar. No puedo seguir hablando porque tengo un revólver en la cabeza”... Eran aproximadamente las 4 de la mañana de hoy y el timbre del teléfono había sobresaltado segundos antes a Rogelio Alaniz, editorialista de este diario, quien dormía tranquilamente en su casa, en la zona de la Recoleta santafesina.

“La persona que estaba del otro lado de la línea lloraba y estaba muy nerviosa. Yo no reconocí la voz como de mi hijo, pero me dijo que era por los golpes que había recibido”, recordó el periodista esta mañana.

Luego, el presunto secuestrador tomó el aparato y le pidió 20 mil dólares. “Yo no tengo nunca plata encima -contó Alaniz- y menos una cantidad así. Entonces me dijo que iba a matar a mi hijo y comenzó a contar hasta 10. En un caso así, uno sabe que lo más probable es que se trate de un intento de estafa, pero a la duda la tenés. Le pedí que me diera una opción, le expliqué que no tenía billetes conmigo. Finalmente, aceptó 300 pesos y antes de cortar, dijo que iba a volver a llamar en 10 minutos. Apenas colgó, llamé a mi hijo y pude comprobar que él estaba bien y que todo se trató de un engaño”.

La policía cataloga a esta modalidad delictiva como “secuestro virtual”. En los últimos días, arreciaron estos casos en distintos barrios de nuestra ciudad.

En horas de la madrugada del miércoles, en Guadalupe, una vecina de 82 años de calle Antonia Godoy al 6900 cayó en la trampa de una de estas bandas de malvivientes. La mujer -como ya se explicó en estas páginas en la edición de ese día- creyó que tenían a su hijo de 42 años y entregó una pequeña fortuna (de dinero en efectivo y joyas).

A partir de entonces, se registró una ola de incidentes similares, varios de los cuales ocurrieron en barrio Roma. Allí, en la cuadra de La Rioja al 4000 se produjeron tres casos. Los delincuentes se salieron con la suya en uno de ellos. También, fueron denunciados episodios en hogares de La Rioja al 3100, Catamarca al 3400, Antonia Godoy al 6000 y Corrientes al 2400.

En algunos de los hechos, los estafadores ya contaban con datos previos de sus víctimas. En otros, trataron de utilizar artilugios para obtener la información que necesitaban, usando a la propia víctima como fuente.

Modus operandi

Generalmente, estos delincuentes actúan de la siguiente manera:

En primer lugar, llaman al teléfono (fijo o celular) de la víctima simulando ser médicos, policías o inspectores de tránsito para “avisar” que un familiar suyo sufrió un accidente de tránsito o una situación parecida. Utilizan un léxico similar al de las fuerzas de seguridad para hacer algunas preguntas y así recabar datos. Esa valiosa información luego es utilizada para consumar el golpe, dándole mucha veracidad al “cuento”.

Consejos

En las últimas horas, la División de Relaciones Policiales de la Unidad Regional I reiteró algunas sugerencias para no caer en el ardid de estos estafadores:

* Nunca brindar a desconocidos datos personales o sobre familiares.

* No agendar contactos en el teléfono celular con las palabras “mamá”, papá” o cualquier otra “información” que pueda ser usada por delincuentes en caso de que extravíe o le roben el aparato.

En caso de recibir una llamada como las descriptas, se recomienda cortar inmediatamente la comunicación (la policía, en estos casos, notifica personalmente a la familia de la víctima). Luego, es conveniente intentar ubicar al supuesto secuestrado. Finalmente, se sugiere llamar telefónicamente a la Central de Emergencias 911 o a la comisaría del barrio para denunciar el hecho.

En las redes sociales

Las autoridades también aconsejaron no publicar en las redes sociales detalles sobre la conformación del grupo familiar, domicilios o teléfonos. Tampoco es conveniente mostrar imágenes del interior de la vivienda que revelen su distribución interna o puntos de acceso, así como brindar información sobre los horarios en los que las personas de la familia entran o salen de la casa, o se van de vacaciones.