Declararon ayer en el juicio

Los padres de Ángeles sienten “odio y bronca” por Mangeri

  • “Ángeles era un sol. Una chica muy buena con sus amigos y con su familia, muy aplicada en el colegio, muy respetuosa. No había nadie con quien se llevara mal”, recordó su papá.
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Luego del crimen de la adolescente, Mangeri se autoincriminó, pero más tarde aseguró que lo había hecho por presión de la policía. Foto: DyN

 

DyN

Los padres de Ángeles Rawson declararon ayer en el juicio oral que se sigue a Jorge Mangeri, el encargado del edificio acusado de matar a su hija, por quien dijeron que sienten “odio y bronca” y “horror”. “Siento muchísima bronca y odio por Mangeri, le tengo un desprecio enorme”, dijo Franklin Rawson, padre de Ángeles, tras la finalización de la audiencia, y explicó que en su declaración tuvo que “describir los peores momentos” de su vida: “Pero sé que lo estoy haciendo por Ángeles”.

Por su parte, María Elena Aduriz, madre de Ángeles, dijo que cuando lo ve a Mangeri siente “horror”, y recordó que llamó al encargado durante las horas que su hija estuvo desaparecida el 10 de junio de 2013.

Por la mañana de ayer, los jueces del Tribunal Oral Criminal 9, Luis García, Ana Dieta de Herrero y Fernando Ramírez; los fiscales y los abogados hicieron una inspección ocular en el edificio la calle Ravignani 2360, del barrio porteño de Palermo, donde vivía Rawson y Mangeri era el encargado.

Todos visitaron el departamento en la planta baja de la familia Rawson, el sótano del edificio y la unidad de la terraza en que vivía Mangeri con su mujer, que ahora está deshabitada, y en la recorrida filmaron y sacaron fotos de todos los lugares.

Por la tarde, el Tribunal inició la declaración de los testigos y la primera en hacerlo fue la madre de Ángeles. Aduriz dijo que llamó a Mangeri durante las horas que Ángeles estuvo desaparecida, pero que no le contestó y que durante la noche del 10 de junio de 2013 también se comunicó con el celular de su hija. Una persona atendió, pero luego cortó sin decir palabra alguna. A partir de entonces, ese teléfono permaneció apagado. “Le mandé un mensaje de texto a las 21.30 y no contestó. A las 21.40 la llamé al teléfono. Sonó, alguien contestó y cortaron. Después, daba apagado”, declaró Aduriz ante el tribunal.

Aduriz fue interrogada por su abogado, Pablo Lanusse:

—¿Qué siente cuando lo ve a Mangeri con la imputación que pesa sobre él? -le preguntó.

—No lo puedo describir, siento horror -respondió la mujer, que también relató que Mangeri le dio el pésame cuando se cruzaron en la Fiscalía de Paula Asaro, adonde ambos fueron a declarar-. Mangeri llegó cuando yo salí de declarar. Yo estaba sentada en la escalera con mi mamá cuando arribó con la señora. Me dio el pésame. Le puse la mano en el hombro y le agradecí -recordó la mujer.

“Era un sol”

Aduriz lloró en varios tramos de su declaración, al igual que Franklin Rawson, quien recordó cómo era su hija. “Ángeles era un sol. Una chica muy buena con sus amigos y con su familia, muy aplicada en el colegio, muy respetuosa. No había nadie con quien se llevara mal”, recordó el padre.

Rawson, el segundo testigo en declarar, sostuvo que si su hija era atacada por una persona hubiera reaccionado porque no era sumisa. “Se hubiese resistido. No era sumisa. Hubiera tratado de escapar y luchar”, declaró el padre.

Durante la audiencia también se pasó el video de una cámara de seguridad lindante con el edificio de Ángeles. El juicio continuará el próximo miércoles con la declaración de la esposa de Mangeri, Diana Saettone.

El crimen

Ángeles, de 16 años, desapareció el 10 de junio de 2013 cuando volvía a su casa desde una clase de gimnasia y al día siguiente fue hallada muerta en un predio de la Ceamse, en la localidad bonaerense de José León Suárez.

Las cámaras de seguridad determinaron que había llegado hasta el edificio y las sospechas se cercaron en torno a la familia de la menor.

Pero el viernes 15 de junio, después de varias ausencias, el portero del edificio fue llevado por la policía hasta los tribunales para declarar como testigo.

En medio de su declaración, tras sucesivas contradicciones Mangeri dijo “fui yo” y quedó detenido, mientras todos sus allegados insistían en su inocencia y apuntaban a la familia.

El miércoles pasado el portero declaró en el juicio y negó haber matado a Ángeles y aseguró que fue presionado por policías para autoincriminarse.