tras el temporal /// Siguen inundados los barrios del norte

A la espera de que baje el agua

  • En los siete centros de evacuados que habilitó el municipio permanecen alojadas 120 familias. Otras prefirieron quedarse en sus viviendas y están aisladas.
  • El río Salado trepó a 6,20 metros y se complica la situación de La Vieja Tablada, que está fuera del anillo de defensa. Son 40 las familias que deben evacuarse.
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Aislados. Desde Peñaloza y Gorriti, un camión de la Municipalidad trasladaba a las personas de los barrios inundados. Los vecinos salían a trabajar y a hacer compras porque en el interior ya no quedaban provisiones ni en las despensas.

Fotos: Mauricio Garín

 

Lía Masjoan

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Los barrios que están al norte de avenida Gorriti, desde Aristóbulo del Valle hacia el oeste seguían resistiendo esta mañana el embate del agua. Algunos vecinos la padecían adentro de sus hogares; otros la veían desde la puerta pero no podían transitar porque las calles estaban anegadas.

Esta mañana, un camión de la Municipalidad trasladaba a las personas hacia el sector seco más cercano. Desde Gorriti y Peñaloza ingresaba más de 20 cuadras buscando gente que necesitaba salir para ir a trabajar o para hacer compras. Salía repleto. Algunos volvían caminando cargando bolsas con víveres frescos. “Nos estamos quedando sin comida y no tenemos gas para cocinar. Las despensas ya no tienen nada”, lamentó Eva Loréfice, una vecina de Punta Norte. Es que desde hace prácticamente una semana no pueden ingresar los vehículos distribuidores. “Por favor, vengan a ayudarnos”, eran las palabras que repetían los vecinos inundados al bajar del camión.

Evacuados

Los que dejaron sus hogares y se alojaron en los centros de evacuados que habilitó el municipio, al menos, estaban secos. Pero la angustia era inmensa: “Tuvimos que salir caminando 15 cuadras hasta llegar acá, nadie nos ayudó a salir”, contó Fernando Romero, quien el martes pasado llevó a su mujer embarazada de cinco meses y a su hijo de dos años y medio al refugio que está en el gimnasio de la escuela Don Bosco, donde conviven con otras 36 familias.

Allí, reciben alimento, atención médica y esparcimiento para los niños. Hoy, entretenían a los más de 80 niños con canciones y el sonido de una guitarra, mientras un equipo de dos médicos y dos estudiantes de medicina atendían faringitis, cuadros febriles, micosis e infecciones respiratorias leves.

En suma, hay 120 familias en los siete centros que habilitó el municipio y un total de 484 personas. El agua escurre muy lentamente de los barrios, con lo cual creen que van a tener que quedarse unos días más.

No hay más tiempo en La Vieja Tablada

El intendente José Corral acompañó esta mañana el operativo que realizó el municipio en La Vieja Tablada, para informar sobre la situación a las 40 familias que viven fuera del anillo de defensa.

El río Salado creció 50 centímetros en las últimas horas. Llegó a los 6,20 metros a la altura de la Ruta 70, con lo cual deberán evacuarse pronto. Para ellas, está disponible el Polideportivo de La Tablada, sobre Teniente Loza. Este operativo comenzó el viernes de la semana pasada pero, como suele suceder, las familias se resisten a abandonar tempranamente sus hogares.

“Los vecinos agradecen la información, porque saber que en las próximas horas van a tener unos 30 ó 40 centímetros más les permite ir tomando las decisiones. Les estamos diciendo que ya no hay más tiempo”, advirtió Corral.

HISTORIAS

Largo trayecto con agua.

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Eva Loréfice vive en Punta Norte, uno de los barrios aislados por el agua. Esta mañana tomó el camión de la Municipalidad para poder salir e ir a trabajar. “Limpio casas y volveré después de las 6 de la tarde. A esa hora el camión ya no está, así que tendré que caminar”, dijo angustiada. Hasta su casa tiene unas 20 cuadras, todas anegadas. “Nos estamos quedando sin comida y no tenemos gas para cocinar. Las despensas ya no tienen nada”, dijo.

Y van...

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Los Romero ya no saben las veces que se inundaron. La peor fue la de 2003, cuando vivían uno en barrio Roma y el otro en Santa Rosa de Lima. El Estado los trasladó al barrio 29 de Abril y allí volvieron a inundarse. Fernando es el hermano de Priscila, la niña que falleció de hipotermia en 2003. Su mujer está embarazada y tienen un niño de dos años. “En la casa tenemos 15 cm de agua. Caminamos 15 cuadras para salir, nadie nos ayudó”, contó Fernando. Ahora están evacuados en Don Bosco.

Al límite de la desesperación.

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Así está Pablo Ceballos, un vecino no vidente de Punta Norte, uno de los barrios que continúa inundado. Como todos sus vecinos, está aislado desde hace 72 horas, sin asistencia ni provisiones. Pablo vive junto a su esposa Gabriela, también ciega, y su hija de 5 años. La niña es la que puede ver y es quien asiste a sus padres. “Si para la gente es difícil andar, imaginate para nosotros. No podemos salir, en los almacenes no hay nada y se escuchan tiros. Hay víboras que llegan con el agua. Los riesgos aumentan todos los días”, remarcó Pablo Ceballos.

Foto: Gentileza familia Ceballos