editorial

  • La ciudad cuenta con un Plan Director para moderar el impacto de las lluvias. Sólo faltan los recursos.

El día después

Después de diez días difíciles, el agua comienza a retirarse de los barrios del norte de la ciudad de Santa Fe y de las localidades comprendidas en el área metropolitana.

Lo hace lentamente. No sólo porque las lluvias alcanzaron registros extraordinarios, sino también porque el agua acumulada en las zonas rurales avanzó sobre los cascos urbanos y complicó aún más la situación.

Localidades como Recreo y Monte Vera padecieron las consecuencias de las inundaciones. Lo mismo sucedió con los barrios del norte de Santa Fe, como Pompeya, Villa Teresa, Yapeyú, Juventud del Norte, Scarafía, El Bañado y la Ranita. Desde allí, alrededor de 500 personas debieron ser alojadas en los centros de evacuación de la Municipalidad.

Las emergencias sacan a relucir lo mejor y lo peor de cada uno. Ayer por la tarde, mientras voluntarios de la Cruz Roja recorrían los barrios afectados para socorrer a quienes más lo necesitaban, en distintos puntos de la ciudad se produjeron piquetes que sólo contribuyeron a empeorar la situación. En uno de ellos, arrojaron una piedra contra un colectivo de la empresa Recreo, que debió suspender el servicio.

El fenómeno climático también dejó al descubierto una serie de falencias en infraestructura. Si bien durante los últimos años se produjeron avances importantes en el sur y en el oeste de la ciudad, en el norte del casco urbano se hace necesaria la realización de algunas obras clave.

En un informe publicado por El Litoral, funcionarios municipales explicaron por qué se produjeron estos inconvenientes. Básicamente, los barrios del norte dependen de dos cuencas para el escurrimiento del agua de lluvia: la Roca, que desagua en la laguna Setúbal, y la Flores/Gorriti/Estado de Israel, que desagua en el Salado. Sin embargo, los desagües troncales que contempla el Plan Director no están construidos.

Además, por el perfil topográfico de la región, las aguas de Recreo, Laguna Paiva y Monte Vera bajan hacia el sur, ingresan a la ciudad de Santa Fe y terminan en las estaciones de bombeo 5 y 6. Por ese motivo, resulta necesaria la construcción de los canales de descarga de las estaciones 7, 8 y 9 de Recreo.

Otro punto crítico se genera en Estanislao Zeballos hacia el norte, y desde Facundo Zuviría al oeste. Allí, faltan dos desagües importantes del Plan Director: el Espora, que aliviaría Facundo Zuviría y los barrios San Martín, San José y Piquete Las Flores, entre otros; y el Larrea, que beneficiaría a 70 mil personas de Juventud del Norte, Tránsito, 21 de Octubre, Villa Las Flores, San Martín, Domingo Sarmiento y Pompeya. Se calcula que se requiere una inversión de 450 millones de pesos para construir estas dos obras de infraestructura.

Finalmente, se hace imprescindible la ampliación del canal Las Mandarinas, en el límite con Monte Vera.

En líneas generales, el municipio no está en condiciones de hacer frente a estas inversiones. Por ese motivo, se requiere del imprescindible apoyo financiero externo.

El gobierno nacional anunció que enviará a la provincia de Córdoba una ayuda de 540 millones de pesos para hacer frente a los daños causados por el fenómeno climático. En Santa Fe, las pérdidas también son millonarias y es de esperar que el gobierno central actúe con similar criterio de auxilio.

Pero ésta no es la única alternativa. La provincia de Santa Fe es una de las menos endeudadas del país y la Legislatura autorizó recientemente al Poder Ejecutivo a buscar financiamiento para este tipo de obras.

Lo importante será que la política esté a la altura de las circunstancias y que el tiempo no transcurra sin que se adopten las medidas necesarias para enfrentar nuevas emergencias climáticas.

Lo importante será que la política esté a la altura de las circunstancias.