editorial

  • La credibilidad de la investigación que lleva adelante Viviana Fein parece estar herida de muerte.

El laberinto de la causa Nisman

Una frase remanida, pero no por eso menos cierta, indica que “la Justicia lenta no es Justicia”. Y en el trágico caso Nisman, esta afirmación parece estar comprobándose.

Un mes y medio después de la muerte del fiscal que se atrevió a imputar a la presidente del supuesto delito de encubrimiento a terroristas internacionales, la fiscal Viviana Fein aún no dio indicio alguno de estar en condiciones de sostener la hipótesis del homicidio o la posibilidad del suicidio.

Frente a tamaña incertidumbre, la jueza federal y ex esposa de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, acaba de dar a conocer las conclusiones preliminares de la investigación que ella misma impulsó en forma paralela a la de Fein, con la participación de algunos de los más reconocidos peritos criminalísticos forenses de la Argentina.

El informe de este equipo interdisciplinario es contundente: a Alberto Nisman lo mataron durante la noche del sábado 17 de enero. Lo hicieron con la pistola Bersa que le fuera entregada por Diego Lagomarsino y, luego del disparo, movieron el cuerpo. El fiscal no murió en el acto, sino que tuvo una agonía que está demostrada por la importante hemorragia presente en la escena del crimen.

Fein reconoció que “nunca”, en su extensa carrera judicial, vio semejante diferencia entre una pericia realizada por forenses oficiales y la de la parte querellante.

Puede que sea cierto. Sin embargo, y mal que le pese a la fiscal, ésta es ahora la hipótesis instalada. Y si Fein piensa diferente, deberá esforzarse para contraponer su versión a la del equipo que trabajó junto a Arroyo Salgado.

Mucho más cuando se sabe que uno de estos peritos es el médico forense Alberto Raffo, un hombre cuya labor resultó clave para dilucidar casos de relevancia histórica como las muertes de María Soledad Morales, del soldado Omar Carrasco y de la modelo Alicia Muñiz. También actuó en las investigaciones de los homicidios de Nora Dalmasso, María Marta García Belsunce, José Luis Cabezas, Candela Rodríguez, Ángeles Rawson y en la tragedia de Cromañón. Incluso, fue el encargado de efectuar la autopsia del cuerpo de René Favaloro, a mediados del 2000. Durante sus 50 años de experiencia, realizó nada menos que 20 mil autopsias.

Seguramente la situación hubiese sido otra si la fiscal no hubiera demorado tanto tiempo en dar a conocer, al menos, alguna conclusión preliminar. Sin embargo, las marchas y contramarchas, las contradicciones, las desprolijidades, las informaciones tergiversadas -supuestamente producidas por colaboradores de la procuradora Gils Carbó-, parecen haber herido de muerte la credibilidad de la investigación realizada por Viviana Fein.

Quizá no le quepa a ella toda la responsabilidad frente a esta situación. Tal vez no cuente con la experiencia ni la estructura técnica y profesional para investigar un caso de tamaña relevancia institucional.

Y en este contexto de tanta incertidumbre, el poder político resulta ser el principal beneficiado. En estos momentos, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, parece estar jugando -y hasta disfrutando- de la situación. Rápido de reflejos, se apresuró a direccionar las sospechas sobre Diego Lagomarsino: “Su defensa debe estar sumamente preocupada” por la presentación del peritaje de parte de la jueza Sandra Arroyo Salgado, afirmó.

Si a Nisman lo mataron, lo hicieron por lo que sabía. Entonces, ¿sólo sabía lo que presentó en la denuncia rechazada por Rafecas? El único que tenía esta respuesta era Nisman, pero ya no está.

Hasta ahora, el supuesto asesino parece haber cumplido su cometido.

Si a Nisman lo mataron, lo hicieron por lo que sabía. Entonces, ¿sólo sabía lo que presentó en la denuncia rechazada por Rafecas?