Sigue la violencia

Otro crimen en barrio Cabal

  • En poco menos de 48 horas dos jóvenes fueron asesinados a tiros. El último caso ocurrió ayer en Cervera al 6600. La víctima, un muchacho de 18 años.
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En la escena del suceso trabajaron agentes de la sección Homicidios junto a personal del área pericial, bajo la supervisión del fiscal Jorge Nessier. Fotos: Pablo Aguirre

 

Danilo Chiapello

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“¡Esto es para vos!”, gritó el joven que ayer irrumpió en una vivienda de barrio Cabal y mató a tiros a un muchacho.

Eran cerca de las 18, cuando el homicida llegó al lugar a bordo de una motocicleta y acompañado por otro rufián que le hizo “el aguante”.

Los ocasionales testigos que observaron el arribo de los malvivientes, enseguida supieron que estaban en la antesala de un nuevo hecho de sangre.

Armado con una escopeta recortada, uno de los individuos descendió del rodado y encaró decidido hacia la vivienda ubicada en Cervera al 6600.

La casi fantasmal aparición del agresor tomó por sorpresa a Manuel Darío Oliva (18) quien se encontraba en el interior del inmueble, realizando tareas de limpieza junto a un familiar. Es que, según se supo, Oliva se había mudado recientemente a dicha finca donde pretendía reiniciar una nueva vida.

Pero los planes del nombrado terminaron en la tarde de ayer... y de la peor manera.

Tras lanzar su grito de guerra (“¡esto es para vos!”), el asesino descerrajó un disparo de escopeta que alcanzó a Oliva de lleno en el pecho.

Todo parece indicar que el disparo se hizo a corta distancia. La perdigonada causó severas lesiones en toda la región del hemitórax, con predominio en el corazón.

Con la urgencia del caso, el infortunado fue trasladado hasta el hospital Cullen donde, pese a los esfuerzos realizados, arribó ya sin vida.

Por su parte, el autor del suceso se alejó del lugar a bordo de la moto en donde lo estaba esperando su compinche.

En este sentido, trascendió que dicho rodado sería uno del tipo Cross, blanca y negra, que por estas horas está siendo buscada.

Los pormenores de este delicado asunto están siendo considerados por los investigadores de la sección Homicidios, los que trabajaron junto a sus pares del área pericial tanto en el lugar del hecho como en el nosocomio.

Por su parte, el médico de la repartición aconsejó autopsia para determinar con precisión la causa de la muerte.

Seguidilla

Barrio Cabal está siendo atravesado por una ola de sangre y muerte. Así lo indican los dos asesinatos que se produjeron en menos de 48 horas, pese a que no guardan vinculación entre sí.

La tarde del miércoles, Víctor Monzón, de 23 años, dejó de existir a poco de ser alcanzado por dos balazos. Uno de los proyectiles le impactó en la zona lumbar y el restante en el brazo derecho.

Todo ocurrió con las últimas luces del día, cerca de las 19, en momentos en que cuatro amigos se encontraban reunidos frente a una humilde vivienda ubicada en Servando Bayo y Espora, esto es, en la zona noroeste de la ciudad.

Los muchachos fumaban y conversaban, cuando de repente se vieron sorprendidos por dos sujetos que aparecieron sorpresivamente desde un sector de altos pastizales.

Estilo “pistolero”

De los recién llegados, se supo que cubrían gran parte de sus rostros con pañuelos, dejando sólo ver sus ojos. Uno de ellos portaba una carabina y el otro una escopeta.

Sin aviso previo, los rufianes iniciaron un ataque a tiros contra el indefenso grupo de muchachos, algunos de los cuales sólo atinaron a salir corriendo bajo el silbido de las balas. Según se supo, los malvivientes disparaban con la culata de sus armas apoyada en la cintura.

Como es lógico suponer, el episodio causó terror entre vecinos y ocasionales testigos (entre ellos, niños de corta edad), los que también escaparon a la carrera de la escena.

En este suceso hubo otro afectado: Emanuel Ravello, de 21, a quien uno de los tiros le pegó en una pierna. Su estado no reviste gravedad.

Consumado el ataque, sus autores se alejaron de la escena a pie, aprovechando el revuelo que produjo el hecho y mientras en el lugar comenzaban los gritos y las corridas para atender a los heridos.

Ya en condición agonizante, Monzón fue cargado en un vehículo particular y trasladado hasta el hospital Sayago. En dicho nosocomio, se le practicaron algunas curaciones, siendo luego derivado al hospital Cullen donde finalmente se produjo su deceso.

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Los crímenes ocurridos recientemente en barrio Cabal no guardan vinculación entre sí.

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