Violento asalto en una quiniela

Apuntó con un arma al vientre de embarazada

Ocurrió en la agencia Julia, ubicada en Rivadavia 3389. El malviviente se llevó toda la recaudación. La empleada debió ser hospitalizada.

U-24-1-DSC_8006.JPG

La agencia Julia, se ubica frente al shopping Estación Recoleta. Es el décimo robo que sufre en 3 años. Foto: El Litoral

 

Danilo Chiapello

[email protected]

Dramáticos momentos vivió una joven embarazada, empleada de una agencia de quiniela cuando quedó a merced de un delincuente el que, para robarle la recaudación, le apuntó con su arma de fuego contra el vientre de la mujer.

La secuencia se inició el sábado, minutos después de las 20, cuando un sujeto ingresó a la agencia de quiniela Julia, ubicada en Rivadavia 3389, esto es, frente al shopping Estación Recoleta.

Del recién llegado se supo que era un hombre de entre 25 a 30 años, petiso, de complexión robusta, el que una vez adentro solicitó hacer una jugada.

Macarena, la empleada que lleva adelante un embarazo de seis meses, jamás imaginó lo que estaba por suceder.

Nada le importó al rufián que a esa hora la zona se encontraba con gran cantidad de personas y vehículos que pasaban por el lugar.

De repente este “cliente” sacó a relucir un arma de fuego y sin más apoyó el cañón del revólver contra el vientre de la mujer.

En dicha circunstancia, el sujeto le alcanzó a la empleada una bolsa de color negro y le ordenó que coloque todo el dinero de la caja dentro.

Cumplido este trámite el malviviente se retiró del lugar, no sin antes volver a amenazar a la empleada para que no lo persiga.

“No damos más”.

“Esto que pasó fue terrible. Macarena del susto se descompensó y debió ser trasladada hasta un hospital. Por suerte, nos dijeron que todo se encuentra bien”, dijo hoy Romina, la titular del negocio.

La impunidad con la que se mueven estos tipos es total. Fijense que cometió el atraco cuando acá está repleto de gente. No tienen límites ni nada les importa”, agregó.

Más adelante, Romina sostuvo que “la verdad es que ya perdí la cuenta de las veces que nos asaltaron, aunque creo que ésta es la 10ma. vez que nos entran.

Ya no sabemos qué medidas tomar para protegernos. En este tipo de negocio, no podés trabajar con la puerta cerrada. No podés manejarte según la cara del cliente. Tampoco puedo poner rejas. Uno queda expuesto siempre y no hay manera de frenarlos”, sentenció.