Restringir horas de sueño trae severas consecuencias

Restringir horas de sueño  trae severas consecuencias

El modelo de sociedad actual, con horarios de trabajo prolongados o rotativos y mucho uso de pantallas LED en tablets y smartphones durante la noche, está interfiriendo nuestros hábitos de sueño, provocando mayores dificultades para conciliarlo y mantenerlo. Está comprobado que -en los últimos 40 años- disminuimos el 25% de horas de descanso. El resultado: padecemos trastornos del sueño que hacen que estemos menos alerta y tengamos somnolencia diurna, entre otras patologías, según los especialistas en el tema.

 

TEXTOS. MARIANA RIVERA ([email protected]).

¿Qué tienen en común un adolescente que usa hasta bien tarde en la noche todo el confort de la tecnología (smartphone, Xbox o Play Station), un chico en situación de calle y un traider de granos o piedras preciosas que trabaja a contrarreloj para una negociación en el otro extremo del mundo? Al parecer, no tendrían nada que los asemeje; sin embargo, se comprobó que todos padecen trastornos del sueño, que impactan en la calidad de vida de las personas y hasta en la seguridad vial.

“Esta patología no discrimina por clases sociales, tiene un corte transversal en nuestra sociedad”, aseguró el Dr. Daniel Pérez Chada, neumonólogo que está a cargo del Servicio de Neumonología del Hospital Austral de Buenos Aires y dirige la Clínica del Sueño. Y continuó explicando: “Por ejemplo, los adolescentes que tienen todo el confort de la tecnología, desde el smartphone a la Xbox y la Play Station más moderna, se duermen a las 2 de la mañana porque se entretienen. Los chicos en situación de calle -por no tener una condición favorable para conciliar el sueño- también están restringidos en este sentido; viven en situación de pobreza, con calor extremo, frío, sin luz ni agua potable, y tienen trastornos del sueño. Por el otro lado tenemos a un trader de granos o piedras preciosas que tiene que trabajar a contrarreloj porque la negociación la hace con Australia o Hong Kong. Ahí tiene una diferencia horaria de 12 horas que tiene un impacto muy fuerte. Esto lo hemos estudiado y publicado y vimos que padecen trastornos del sueño ya sea por exceso de la oferta de tecnología o de pautas culturales, por la posibilidad de tener esparcimiento hasta cualquier hora de la noche o como consecuencia de vivir en situación desfavorable”.

Y también recordó que “hicimos un estudio muy importante en colaboración con la organización Un Techo para mi País, una ONG que construye casas muy precarias en barrios muy carenciados. Vimos que el hecho de trasladar a la gente de la carencia absoluta a una casa de madera, de 18 metros cuadrados, sobreelevada de la tierra unos centímetros, hacía que estas personas mejorasen todos los indicadores de calidad de sueño, de calidad de vida y de percepción de seguridad. Este es un artículo que ha sido publicado en una revista muy importante que se llama Sleep. Fue uno de los pocos estudios internacionales que ha correlacionado el sueño con la situación social”.

El pasado 13 de marzo se celebró el Día Mundial del Sueño y el Hospital Universitario Austral organizó unos días antes -con el auspicio de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria y la Asociación Argentina de Medicina del Sueño- una actividad divulgativa para periodistas, durante la cual se dieron a conocer las últimas novedades científicas sobre ronquidos y apneas de sueño, tecnología y sueño y accidentes viales y apneas de sueño, entre otros temas. Estuvo a cargo de los Dres. Daniel Pérez Chada, jefe de Neumonología del Hospital Austral, y Daniel Cardinali, Investigador Superior del Conicet.

DOS TIPOS DE PACIENTES

“Junto al Dr. Daniel Cardinali presentamos los puntos centrales de los temas de preocupación, como la prolongación de los horarios de trabajo, los horarios rotativos, la influencia de la iluminación con pantallas LED en las tablets y smartphones y cómo eso interfiere con el sueño, los hábitos de sueño y, fundamentalmente, las enfermedades del sueño que producen disminución del alerta y somnolencia”, planteó Pérez Chada.

Pero aclaró que existen dos tipos de pacientes: las personas que tienen una enfermedad ligada al sueño y las que son sanas (no tienen este tipo de enfermedad) pero que, como consecuencia del modelo de sociedad que vivimos, padecen restricción de las horas del sueño nocturno y eso tiene severas consecuencias durante el día.

En relación al primer grupo, el profesional comentó que “dentro del espectro de las personas que tienen una enfermedad ligada al sueño, la Academia Americana del Sueño ha clasificado alrededor de 100, de las cuales el insomnio es la más frecuente, y luego le siguen -por orden de frecuencia- la apnea de sueño, el movimiento periódico de piernas, la narcolepsia, parasomnias y un conjunto de enfermedades que sería muy largo de enumerar”.

Y detalló las características del segundo grupo: “Personas que no tienen una enfermedad del sueño y que, como consecuencia del modelo de sociedad que hemos construido, padecen restricción de las horas del sueño nocturno y eso tiene severas consecuencias durante el día. Este modelo de sociedad de 24 horas, 7 días a la semana, hace que todos estemos -de alguna manera- restringidos en nuestras horas del sueño”.

Y continuó: “De las clásicas 8 horas de sueño nocturno hemos pasado a alrededor de 6 horas por noche. Perder el 25% de las horas de sueño a lo largo de 40 años es muy poco tiempo para esa pérdida. Los cambios biológicos en la evolución de las especies son muy lentos: 40 años no es nada en la evolución de un hombre. Entonces, esta sobreadaptación que hemos hecho de mecanismos que regulan el sueño y la vigilia produce un impacto muy negativo. El primer impacto es cansancio, agotamiento, la disminución del alerta y esto conlleva a múltiples consecuencias: hay severas (accidentes viales o laborales, las personas que tienen que tener mucha concentración y atención en un proceso y no lo pueden mantener a lo largo de las horas) y otras menos graves, pero que a la larga sí impactan (irritabilidad, desajuste social)”.

VIGILIA Y ENFERMEDAD

Como consecuencia de la restricción de las horas de sueño están empezando a verse enfermedades clínicas que se desencadenan por este motivo. Según mencionó el profesional, “no quiero ser alarmista pero hay estudios en Escandinavia que demuestran que las personas que duermen menor cantidad de horas son más propensas a sufrir, por ejemplo, tumores de mama. Está bien demostrado que los trabajadores en horarios rotativos que tienen turnos nocturnos tienen más demandas de consultas médicas por problemas de salud, por ejemplo, gastrointestinales”.

También explicó por qué sucede esto: “El sueño y la vigilia están regulados por un fenómeno que tiene que ver con la luz y la oscuridad. No nos despertamos de día y nos dormimos de noche porque no hay otra cosa que hacer en la noche. El ciclo sueño-vigilia está fuertemente influenciado por la luz y en la medida en que comienza el atardecer y disminuye la cantidad de luz en el ambiente comenzamos a producir en el organismo una sustancia que se llama melatonina, que es una fuerte inductora del sueño. Esa sustancia llega a su pico en un nivel de la noche y comienza a descender en las primeras horas del día. Cuando esto ocurre comienza nuestro despertar”.

Y concluyó: “El estímulo más importante para la producción de esta hormona es la luz. Si, en horas de la noche, cuando tenemos que favorecer el aumento de la producción de esta hormona tenemos un estímulo de luz muy fuerte como el que viene por una tablet, un smartphone, la televisión por LED o los ambientes muy iluminados suprimimos la producción de esa sustancia y eso nos condiciona a un sueño menos reparador, con mayores dificultades para conciliarlo y mantenerlo”.

Sanos consejos

El Dr. Daniel Pérez Chada, jefe del Servicio de Neumonología del Hospital Austral de Buenos Aires y director de la Clínica del Sueño, dejó algunas recomendaciones a la comunidad para saber cuándo consultar por los trastornos de sueño.

“Si usted tiene ronquido habitual de alto tono o si en su casa le dicen que tiene un sueño inquieto, que ronca mucho, que se mueve mucho en la cama durante las horas de sueño, que tiene pausas en la respiración durante el sueño, debe consultar porque es muy probable que tenga apneas de sueño. Siempre, la referencia original es el médico clínico, quien debe derivar al paciente. En la actualidad cada vez hay más clínicas y laboratorios del sueño y este tema ha ido creciendo en la visibilidad de la gente”, planteó.

Pero también advirtió que “si no tiene ninguna enfermedad ligada el sueño (ninguno de los síntomas anteriores) pero sí tiene somnolencia diurna, cansancio o abatimiento es muy importante que tenga pautas de higiene del sueño o pautas de sueño sano. Consiste en acostarse y levantarse en horarios regulares, evitar las comidas copiosas y el alcohol en la noche, evitar un ambiente muy iluminado básicamente por relojes digitales, pantallas de televisor, o la exposición visual a la luz de los smartphones y las tablets porque todo esto conspira contra el sueño. Incluso, la temperatura del ambiente es muy importante (debe estar alrededor de los 22 grados), aunque no siempre es mandatorio porque no todo el mundo tiene acceso a una buena calefacción o refrigeración. También se deben evitar los ejercicios violentos durante la noche; no llevarse trabajo a la cama, ya que ésta es para dormir y no para transportar el living o la oficina”.

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Ronquidos y apneas

La causa más frecuente de consulta en la Clínica de Medicina del Sueño del Hospital Austral son las apneas de sueño. En este sentido, el profesional a cargo explicó que “generalmente son personas roncadoras, que tienen un ronquido habitual y éste perturba el sueño. El ronquido es la primera señal de una alteración de la respiración durante el sueño. También es frecuente la consulta por apneas durante el sueño, es decir, pausas en la respiración durante el sueño que hacen que el sujeto tenga que despertarse 20 ó 30 veces por hora de sueño, aunque no tenga un despertar clínico, sino que tiene un despertar eléctrico del cerebro. Este hecho de tener el sueño tan fragmentado durante la noche le condiciona somnolencia diurna, agotamiento, abatimiento, mal ajuste social y disminución del alerta con aumento del riesgo de accidentes”.

Y agregó: “Estas fluctuaciones entre estar dormido y despertar a lo largo de las horas de la noche genera cambios en la frecuencia cardíaca, en la presión arterial, en la oxigenación que favorecen la aparición de enfermedades cardiovasculares. Está bien demostrado que los pacientes con apneas de sueño tienen mayor riesgo de padecer hipertensión arterial, accidentes cerebrovascular, infarto de miocardio y arritmias. Además, estos pacientes son muy proclives a sufrir o generar accidentes viales porque la fragmentación del sueño nocturno favorece la somnolencia diurna. A su vez, ésta hace que el alerta esté alterado y estas personas no puedan conducir vehículos con las habilidades necesarias para evitar accidentes”.

Dos referentes

• La Clínica de Medicina del Sueño del Hospital Universitario Austral atiende a pacientes que consultan por algún problema con el sueño. Está compuesto por un equipo interdisciplinario de profesionales, como neumonólogos, neurólogos, otorrinolaringólogos, cardiólogos y su Departamento de Medicina. Más información: www.danielperezchada.com.

• La Fundación FLENI es una entidad de bien público dedicada a la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de las enfermedades neurológicas tanto en niños como en adolescentes y adultos. FLENI cumple sus objetivos procurando utilizar las técnicas más avanzadas de organización y equipamiento en cada una de las etapas de detección, asistencia e investigación. Más información: www.fleni.org.ar.