Casi humanos

Casi humanos

La creativa película de animación “Wall-E” se ganó tras su estreno, en 2008, el corazón del público.

El próximo 16 de abril llega a los cines argentinos “Chappie”, de Neil Blomkamp, sobre un autómata que adquiere sentimientos. Esta temática fue desplegada muchísimas veces por el cine. Un repaso por las películas más famosas.

 

TEXTO. JUAN IGNACIO NOVAK ([email protected]). FOTOS. ARCHIVO EL LITORAL.

El 16 de abril se estrenará en los cines argentinos la película “Chappie” (2015), dirigida por Neill Blomkamp y con Sharlto Copley, Dev Patel, Hugh Jackman y Sigourney Weaver.

El argumento se sostiene sobre un repetido interrogante de la ciencia ficción, que se remonta en el tiempo hasta los inicios del género, en su génesis literaria, y se reitera en su posterior desarrollo en el cine: ¿puede un robot germinar sentimientos típicamente humanos? Cabe un repaso por las películas más famosas que indagaron en la problemática.

FUNDACIONAL

No es una película de robots, ni mucho menos. Es la visión incisiva de Fritz Lang, rodada en 1927, sobre una sociedad del futuro donde la división de castas recluye a los obreros a condiciones de opresión en una ciudad industrializada, hasta que estos últimos se sublevan. Pero “Metrópolis” tiene como personaje más icónico y perdurable casi un siglo más tarde a un robot que es empleado para promover la lucha social.

La popularidad del personaje llegó a tal punto que un sello postal de Alemania reprodujo su imagen.

GORT

En la línea de las producciones sobre extraterrestres que abundaron en la década del ‘50, “El día que paralizaron la Tierra” (1951) de Robert Wise se hizo famosa en el público -sobre todo juvenil- gracias a un personaje secundario que no emite palabra en toda la película y solo responde al mandato de su benévolo jefe, el alienígena Klaatu. Se trata de Gort, el robot, interpretado por el enorme (literalmente, ya que medía cerca de dos metros y treinta centímetros) Lock Martin.

La película, que tuvo una remake con Jennifer Connely y Keanu Reeves, popularizó la frase “Gort, Klaatu barada nikto”, que muchos cinéfilos recordarán en la voz firme e impertérrita del actor Michael Rennie.

RÉPLICAS

El escritor Phillip K. Dick escribió “¿Sueñan los androides con ovejas mecánicas? Dio pie a una de las películas más fascinantes de los ‘80 y una de las obras cinematográficas trascendentes dentro del género de la ciencia ficción: “Blade Runner” (1982), dirigida por Ridley Scott.

Harrison Ford es un desencantado ex policía que recibe la misión de rastrear y destruir a un grupo de robots similares a los seres humanos pero perfeccionados en su habilidad física, llamados replicantes, que se han rebelado. El ansia de vida de las máquinas, creadas para alcanzar una supervivencia de un puñado de años, se sintetiza en el personaje de Roy Batty, un replicante que desarrolla una muy humana sensación de vacío ante la cercanía de la muerte. Rutger Hauer, Sean Young, Daryl Hannah, Edward James Olmos y M. Emmet Walsh integran el lujoso reparto.

ASESINO DEL FUTURO

La película que llevó a Arnold Schwarzenegger a convertirse en una de las figuras más populares de Hollywood tiene sus fuentes en la clase B y narra la improbable historia de un futuro apocalíptico dominado por las máquinas (sinopsis manida, pero hace treinta años novedosa) y de un cyborg que es enviado del futuro para “exterminar” a la mujer que dará a luz al hombre que liderará la rebelión. “Terminator” (1984) de James Cameron, compuso escenas de acción y un guión pródigo en frases antológicas que convirtieron en éxito sideral a un film de numerosos baches argumentales.

Linda Hamilton, Michael Biehn, Paul Winfield y Lance Henriksen realizan un buen trabajo, pero ni intentan eclipsar al personaje de Arnold, que da título al film. Originó varias secuelas y precuelas, la mejor en 1991.

CABLES CRUZADOS

Con gran sentido del humor, John Badham filmó a un robot afectado por un rayo que huye de la fábrica que lo diseñó y provoca divertidas situaciones que arrancan desde el momento en que lo confunden con un ser de otro planeta. “Cortocircuito” (1986) es una película menor, un divertimento para la familia, pero que también explora, de modo tangencial y sin ninguna pretensión de profundidad y originalidad la forma en que una máquina puede llegar a desarrollar determinadas capacidades humanas.

Trabajan Steve Guttenberg y Ally Sheedy, dos usuales actores jóvenes de los ‘80, pero el recuerdo que persiste es del número 5, el entrañable robot que lleva, en el original, la voz de Tim Blaney.

SUPERPOLICÍA

No es exactamente un robot, pero su influencia es decisiva en el género. “Robocop” (1987) de Paul Verhoeven, intenta dilucidar hasta qué punto la humanidad de Alex J. Murphy pesa sobre los desarrollos cibernéticos que han usado para convertirlo, tras su asesinato, en un súper policía. El enigma: ¿es posible controlar las emociones de una máquina que tiene como base un ser humano?

Cuando queda claro que Murphy conserva su memoria y decide vengarse de sus asesinos, el aparente éxito del experimento que realizan sobre su persona se pone en tela de juicio.

EL ROBOT LLORA

Luego de “Blade Runner”, probablemente la película que con mayor hincapié indagó en la ontología del robot es “Inteligencia artificial”, inspirada en el relato corto de Brian Aldiss “Supertoys Last All Summer Long”. Los ejecutivos de una compañía que desarrolla autómatas de diseño para satisfacer distintas necesidades de la gente, asumen el riesgo de armar uno programado para amar. Haley Joel Osment, ya famoso entonces por su labor en “Sexto sentido” (1999), interpreta al pequeño robot que debe lidiar con sentimientos confusos hacia su madre adoptiva.

Como otras obras “spielbergianas”, peca de un final sentimental y blando que, pese a todo, no va en desmedro de la calidad del producto. Pero siempre quedará la inquietud sobre lo que hubiera ocurrido de mediar en la producción la mano del maestro Stanley Kubrick, quien había pensado ponerse al frente del proyecto antes de su fallecimiento en 1999.

ARMONÍA ROTA

“¿Puede un robot escribir una sinfonía? ¿Puede un robot convertir un lienzo en una obra maestra?” El que se lo pregunta es el detective Del Spooner (Will Smith). Y en ese interrogante se puede sintetizar el argumento, que en rigor corresponde otra vez a Asimov, de la película “Yo, robot” (2004) de Alex Proyas. En un futuro cercano (es casi una regla que las películas con robots acontecen en este tipo de entornos, en general distópicos) los seres humanos viven en armonía con los robots, que deben cumplir las tres Leyes de la Robótica, cuyo mandato central es proteger a las personas de cualquier posible daño que pudieran infligirle las máquinas. Pero -como suele ocurrir- algo sale mal y Spooner, quien arrastra una situación traumática vinculada con un robot, debe investigar. Interesantísima reflexión sobre la temática.

Cabe señalar que en 1999 Chris Columbus también se basó en una obra de Asimov para “El hombre bicentenario”, con Robin Williams como protagonista. Aquí se analiza cómo afecta la inmortalidad a una máquina que, pese a los resguardos de sus creadores, experimenta emociones y creatividad.

EL SOLITARIO

Uno de los últimos robots antológicos que engendró el cine -obviando la entrañable película de 2005 dirigida por Chris Wedge y Carlos Saldanha- fue “Wall-E” (2008) de Andrew Stanton. Otra vez -la regla se cumple en parte- en el futuro, aunque ahora más lejano, en una Tierra devastada y tras siglos de solitaria limpieza de basura Wall-E encuentra una moderna robot exploradora llamada Eve. Es una película deliciosa, inolvidable, que emociona sin remedio.

El interrogante que queda por dilucidar: ¿Tendrá Chappie el carisma necesario para unirse a esta lista?

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Inspirada en un relato de Phillip K. Dick, “Blade Runner” le imprimió al clásico debate sobre la creación de vida artificial un lirismo inédito. Basta rever el monólogo final de Roy Batty.

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Para la película de 2004, “Yo, robot”, se tomó como base la obra de uno de los escritores fundacionales en la temática, como Isaac Asimov. El protagonista humano es Will Smith.

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Rodada en 1984, “Terminator” llevó a Arnold Scwarzenegger a niveles planetarios de popularidad.