Hay poblaciones amenazadas

Los incendios forestales en Chubut están descontrolados

32-DYN01_1.JPG

Desde el lunes pasado arden bosques en el Parque Nacional Los Alerces. Ayudado por los vientos, el fuego se expande en la zona con asombrosa velocidad. Foto: Agencia DyN

 

Agencia Télam

Cientos de brigadistas de organismos nacionales y provinciales continuaban hoy en desesperada lucha contra los incendios forestales en el Parque Nacional Los Alerces -iniciado el lunes-, en Cholila y en el Parque Nacional Lago Puelo, que arden desde hace más de un mes y continúan quemando bosques nativos de la cordillera de Chubut.

Los fuegos más antiguos están en la zona de Cholila y Lago Puelo, en el noroeste de Chubut, a unos 760 kilómetros de la capital Rawson, mientras que Los Alerces está en la cordillera central de la provincia, a poco más de 650 kilómetros de la costa.

Además de las brigadas de los parques nacionales afectados trabajan en el lugar combatientes de Defensa Civil y Bosques de Chubut, junto a bomberos voluntarios de las localidades cercanas, personal de Gendarmería Nacional, helicópteros y aviones del Plan Nacional de Manejo del Fuego y pobladores del lugar.

El siniestro del Parque Nacional Lago Puelo está a pocos kilómetros de la localidad homónima, sobre el faldeo del cerro Currumahuida, volvió a la actividad ayer y avanzó empujado por los vientos, en tanto también se reavivaron las llamas en Cholila, el mayor de los siniestros, que afectó a unas 27.000 hectáreas.

Los dos focos de incendio desatados el lunes en los parques nacionales continúan fuera de control y el primero de los siniestros ponía en peligro a la Villa Futaleufú, y un significativo número de pobladores debió ser evacuado.

Desde el Ejecutivo provincial informaron que el incendio más reciente, en Los Alerces, es el que más preocupa porque quemó 700 hectáreas y avanza descontrolado sobre la Villa Futaleufú y Puerto Limonao.

Casi todos los recursos están concentrados en evitar que el fuego afecte a viviendas y establecimientos de organismos oficiales y entidades privadas. Para ello deben transportar millones de litros de agua en camiones cisterna y autobombas, para mantener mojadas las estructuras de una escuela, una hostería histórica, las sedes del PNLA y Gendarmería, algunas viviendas -evacuaron nueve familias-, y otras más cercanas a las llamas.

El frente climático es el peor que pueden esperar los brigadistas, sin humedad ambiente, con temperaturas que llegan hasta los 27 grados y vientos cambiantes, lo que complica mucho su tarea y empuja el fuego a crecer y avanzar en distintas direcciones. Mejor es el panorama en dos focos registrados también el lunes en inmediaciones de Esquel, que están más cerca de ser controlados.