Planificación familiar, clave para el bienestar de la mujer

Los embarazos no deseados en adolescentes impactan negativamente en su desarrollo social. Por eso, terminando el mes de la mujer recordamos que todas tenemos derecho a decidir cuándo tener hijos o si no queremos tenerlos, utilizando los métodos anticonceptivos adecuados.

asesoró. dra. marisa labovsky, médica ginecóloga.

Planificación familiar, clave para el bienestar de la mujer
 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que, al asegurar el acceso a los distintos métodos anticonceptivos, la planificación familiar es una herramienta crucial para asegurar el bienestar y la autonomía de la mujer. América Latina y el Caribe constituyen la única región del mundo en la que la tasa de embarazos no buscados es más alta que la tasa de embarazos buscados.

Dentro de los numerosos métodos anticonceptivos actualmente disponibles, los anticonceptivos reversibles de larga duración (LARCs, según sus siglas en inglés) se destacan por ofrecer una opción altamente efectiva para evitar el embarazo.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en América Latina y el Caribe, el 18% de los embarazos no deseados se da en adolescentes, situación que impacta negativamente en su desarrollo social.

La capacidad de decidir cuándo tener hijos tiene un impacto directo sobre la salud y el bienestar de la mujer; la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que, al asegurar el acceso a los distintos métodos anticonceptivos, la planificación familiar es una herramienta crucial para asegurar el bienestar y la autonomía de la mujer.

Según datos de la OMS, en América Latina y El Caribe existen todavía significativas necesidades insatisfechas en torno al acceso a los métodos de planificación familiar: el crecimiento de la población y la escasez de servicios de planificación familiar hacen que en la región un 22% de las mujeres no tenga acceso a métodos anticonceptivos modernos. El resultado es que 6 de cada 10 embarazos que se producen en América del Sur no han sido planeados.

Es más, América Latina y el Caribe constituyen la única región del mundo en la que la tasa de embarazos no buscados es más alta que la tasa de embarazos buscados (72 embarazos por cada 1.000 mujeres de entre 15 y 44 años versus 52, respectivamente).

Datos de la OMS indican -además- que en esta región, el 18% de los embarazos no deseados se da en adolescentes. En este grupo, el embarazo no deseado impacta en su desarrollo social: muchas adolescentes que se embarazan abandonan el colegio, con un efecto negativo a largo plazo sobre las mujeres, sus familias y sus comunidades.

OBSTÁCULOS

“Mejorar la salud materna” es el Nº 5 de los Objetivos de Desarrollo del Milenio que fueron establecidos por la Organización Naciones Unidas en el año 2000. Según un informe reciente, aunque la necesidad insatisfecha de planificación familiar disminuyó en todas las regiones entre 1990 y 2013, se estima que todavía en 2013 unos 140 millones de mujeres que querían detener o demorar la maternidad no tenían acceso a la planificación familiar.

En la actualidad, no hay dudas de que la planificación familiar en mujeres jóvenes reduce los riesgos de salud y de mortalidad asociados al embarazo a edades tempranas y, al mismo tiempo, reduce los riesgos de salud relacionados con la maternidad a edades avanzadas.

Dentro de los numerosos métodos anticonceptivos actualmente disponibles, los anticonceptivos reversibles de larga duración (LARCs, según sus siglas en inglés) se destacan por ofrecer una opción altamente efectiva para evitar el embarazo, cuyos efectos se mantienen durante mucho tiempo, y que es fácil de usar; con la ventaja adicional de que pueden ser retirados en cualquier momento, cuando la mujer decide emprender la búsqueda de un embarazo.

Dentro de los LARCs, los implantes subdérmicos representan una opción anticonceptiva para las mujeres que no quieren o no deben utilizar anticonceptivos que contengan estrógenos, ya que sólo contienen progesterona.

La edad y la fertilidad

La infertilidad asociada con la edad es cada vez más común debido a que, por muchas razones, las mujeres esperan hasta los 30 años para iniciar sus familias.

Si bien la llegada de la menopausia es la confirmación de que ya no es posible lograr un embarazo, la capacidad reproductiva de la mujer comienza a reducirse a partir de los 30 años de edad, y particularmente luego de los 35 años, e incluso puede esperarse que termine entre 5 y 10 años antes de la menopausia.

Por eso es importante que las mujeres que deciden posponer la maternidad hasta después de los 35 años se informen sobre sus posibilidades reales de concebir mediante tratamientos de reproducción asistida.

La fertilidad femenina declina con el paso de los años debido a la reducción progresiva del número de óvulos que se hallan en los ovarios. Este proceso suele ser más veloz de lo que la mayoría de las mujeres espera. A los 30 años de edad, una mujer saludable tiene un 20% de posibilidades de lograr un embarazo en cada ciclo menstrual, mientras que tan sólo 10 años más tarde, a los 40 años de edad, esas posibilidades se habrán reducido a menos del 5%. Estos porcentajes aplican tanto para quienes buscan el embarazo de forma natural como para quienes lo hacen mediante tratamientos de reproducción asistida.

Si bien la edad promedio de la menopausia son los 51 años, la mayoría de las mujeres ya no es capaz de lograr un embarazo a los 45 años. La pérdida de su “reserva ovárica” (la cantidad de óvulos que desarrolla) comienza antes de que la mujer deje de tener ciclos menstruales regulares, y puede verse acelerada por factores de riesgo como el tabaquismo, antecedentes familiares de menopausia prematura o cirugía ovárica previa o, incluso, en ausencia de factores de riesgo conocidos.

En los varones el declive de la capacidad reproductiva ocurre en forma mucho más tardía que en la mujer. Si bien la calidad de esperma se reduce gradualmente a medida que el varón envejece, esto no suele ser un problema hasta una vez cumplidos los 60 años de edad. Con el paso de los años, la movilidad de los espermatozoides se va reduciendo y aumenta levemente el riesgo de que presente defectos genéticos.

Especialistas en reproducción asistida buscan concientizar a hombres y mujeres sobre factores de riesgo que contribuyen a una enfermedad que ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un problema de salud pública: la infertilidad.