ENTREVISTA AL ESCRITOR ELIÁN DEL MESTRE

“La realidad es aburrida, por eso escribo”

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El autor en una performance de poesía oral. Foto: ARCHIVO.

POR ESTANISLAO GIMÉNEZ CORTE

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Elián del Mestre, joven autor paranaense, publicó recientemente su segundo libro “Pulóver”. Son “cuentos y relatos fantásticos intercalados con poemas”, dice en diálogo con El Litoral. Es su segunda publicación tras la edición en 2010 de su debut literario, una compilación de cuentos con el título chestertoniano de “El libro que no fue jueves”. Aquí, una síntesis de sus opiniones en relación al oficio de escribir.

—¿Cuál fue tu primer acercamiento a la literatura?

—La lectura. Como casi siempre. Tenía 10 años. Me había quebrado el tobillo y eran los ‘90. Tenía un yeso hasta la cadera. Mi vieja me regaló “Las aventuras de Tom Sawyer” (Mark Twain). Ésa fue la primer relación ida y vuelta con un libro, lo leí varias veces. Luego viene un vacío en mi memoria, no recuerdo bien qué leí en mi pubertad. Sí es que leí algo. En esa etapa, hay una nebulosa.

—¿Cuándo y cómo ello derivó en la necesidad o el gusto por la escritura? e inclusive por la publicación?

—El primer contacto con la escritura fue en la escuela, en tercer año, en las horas de Lengua y Literatura, donde una profe bastante piola (Claudia Parella) introdujo una suerte de taller literario, y nos proponía ejercicios que desembocaban en textos escritos por nosotros. Ahí le vi el brillo a la acción de escribir. Supe que escribir era jugar, supe que escribiendo podía ganarle a lo que fuere, al tiempo, al miedo, a la soledad. Después simplemente se fue dando. Se dio. Como pasa con la vida. Como pasa con el amor. La verdad es que no tengo una respuesta linda a la pregunta ¿Por qué escribís? Es un hecho fáctico: lo hago. Soy feliz haciéndolo. La publicación llegó como tragedia. Resulta que hace un tiempo me dejó una novia, que me afectó mucho. Por el mambo que tenía empecé a manotear y a escribir de una forma “subhumana”... Así salió “El libro...”. Y con él la necesidad de que me lea ella, de que el resto de la humanidad lo haga.

—¿Cómo surgen las ideas para los relatos o los poemas? ¿De dónde o de qué provienen los temas, los argumentos, las imágenes para un texto?

—Experimentación. La idea es estar probando constantemente formas diferentes de encontrarse con la palabra. A veces, la búsqueda está en ir a talleres literarios, a veces en pasar tiempo en soledad extrema, a veces crear en base a la experimentación en redes sociales. A veces, la posta está en creaciones colectivas, o en recurrir a ejercicios de creación literaria. A veces se te sale del tórax. A veces tenés que escarbar. A veces tirás. No hay una respuesta única. Para darte un ejemplo: “Pulóver” surgió de una experimentación constante (de más de un año) en torno a una misma idea. Darle vuelta a una palabra, buscando sus aristas más oscuras (...)

—¿Qué autores son parte de tus influencias?

—Muchos me han dicho que ven a Cortázar en mis textos, especialmente en “Pulóver”. Lo cierto es que me vuelve loco la literatura fantástica. Y que el surrealismo es mi última adicción. Es muy probable que algo de todo eso que he leído y que me conmueve hasta tiritar se haya traducido en alguna estética, en alguna forma específica. Incluso lo nombro a Cortázar en un fragmento del libro, porque en “No se culpe a nadie” se cuenta la historia de un pulóver que mata un tipo. Tengo un diálogo con él. Tenemos que cuidarnos de autores anteriores a nosotros que ejercen plagio sobre nuestras obras actuales (risas). Últimamente, estoy enamorado de las formas de Alan Pauls, sus novelas son un noviazgo de un mes, y de Osvaldo Lamborghini, su perversión, su sombra, su realidad, me pueden. Los leo asombrado de tanta genialidad. No es que me influencien efectivamente, sino que quiero que lo hagan (risas).

—¿Cuáles considerás que son los rasgos distintivos de tu obra, qué características o búsquedas mencionarías como las más propias de tu trabajo?

—En mis libros se ve lo fantástico y lo surreal. La realidad es aburrida, por eso escribo libros. Acá hay una respuesta al porqué escribo. La literatura fantástica y el surrealismo tienen pautas y recursos propios a los que termino recurriendo. En “Pulóver” hay amor, hay muerte, cuerpo, sexo, colores, un tipo al que se le va volando la boca, una sopa de lentejas semoviente, un tipo que se convierte en MacGyver (...). También hay algo de realidad: aparezco yo.

—¿Qué géneros preferís y por qué? ¿Cuento, novela, poesía, ensayo?

—No pienso en esos términos. Prefiero todo. Fijáte que “Pulóver” es un libro que está compuesto por cuentos y relatos y hay una serie de poemas relindos que los intercalan. Incluso el texto “Pulóver” que le da título al libro ni siquiera es un cuento, ya que está escrito de forma fragmentaria: son un montón de relatos que leídos por separado tienen autonomía pero que en el montón cobran una significación mayor, forman un todo homogéneo. Además, la poesía está en todo.

—¿Tenés una rutina de trabajo, metodología, ciertas costumbres para escribir, o no?

—Trato de leer y escribir a diario. Es importante esto. Es pura farsa eso del talento, eso de que se nace con un don. Las rutinas de laburo y el método varían de acuerdo al momento en el que me encuentre. A veces escribo de mañana temprano antes de empezar, a veces de noche tarde, a veces en el cole. A veces a mano, a veces en compu. Pruebo cosas raras, sensaciones, puntos de vistas (...).

—¿Qué nos podés contar de “El libro que no fue jueves” y “Pulóver”? ¿Con qué editoriales los publicaste?

—“El libro que no fue jueves” (2010) es mi primer libro. Son cuentos. (...) Es un libro que tiene cuatro años. Yo ya soy otro. El yo más actual se encuentra en “Pulóver” (2014). Son cuentos y relatos fantásticos, aunque también hay algunos poemas. El último texto -“Pulóver”- obtuvo una mención en Letras en la Bienal de Arte Joven de la UNL 2014. (...) Para este libro, recurrí a una diseñadora, Alejandra Dotti, que hizo un maravilloso trabajo de edición. Alcanzamos la idea de libro-objeto y formamos una editorial: La Parte de Atrás de la Rodilla Ediciones, que tiene la idea de publicar escritores de Santa Fe y la zona.