al mArgen de la crónica

París es de Velázquez

El Grand Palais de París acoge desde el martes la mayor retrospectiva dedicada en Francia a Diego Velázquez con más de un centenar de obras del maestro español del barroco que dialogan con sus contemporáneos como Pedro Pablo Rubens o José de Ribera.

La inaguración de la muestra estuvo marcada por el trágico accidente ocurrido la víspera en los Alpes franceses, donde se estrelló un avión de Germanwings que había salido de Barcelona rumbo a Düsseldorf con 150 personas a bordo, que no sobrevivieron.

Los reyes de España, Felipe y Letizia, habían aterrizado en París esa misma mañana en su primera visita de Estado al país galo y tenían planeado inaugurar más tarde la exposición, pero cancelaron su agenda tras conocer la noticia.

Entre las pinturas de Velazquez, que podrán verse hasta el 13 de julio, hay 57 firmadas por el artista, incluidas algunas de sus obras maestras prestadas por el madrileño Museo del Prado (“La fragua de Vulcano”), el Palazzo Doria-Pamphili de Roma (“Retrato de Inocencio X”) o la National Gallery de Londres (“La Venus del espejo”).

Conseguirlas fue posible gracias a la labor del comisario Guillaume Kientz. Y aunque el Prado posee la mayor colección de obras de Velázquez, no le está permitido prestar más de siete al mismo tiempo, explicó citado por medios franceses. “Hubo que buscarlas por todas partes y fue complicado”.

La ambiciosa exposición traza un recorrido por todas las fases creativas de Velázquez (1599-1660), desde su etapa sevillana a la influencia de sus viajes a Italia y su papel como retratista oficial de la corte de Felipe IV. Eso sí, pese a la cantidad de obras maestras que podrán contemplarse, hay una notable ausencia: “Las Meninas”, que siguen en el Prado.

‘Son un monumento del arte, un monumento de la historia y un monumento español”, explica Kientz. “Y los monumentos no se desplazan, sino que se va a ellos”.