EN ALTOS DE NOGUERA

Vecinos construyen una capilla propia

En Diez de Andino y Aguado un grupo construye la nueva capilla San Gabriel Arcángel con su propio esfuerzo: la obra comenzó en 2013 y hasta hoy se erige con sus manos y se financia con donaciones y eventos a beneficio.

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En obra. “Hoy hay un edificio que está a punto de tener el techo y mucha gente con esperanza de terminarlo”, contó Gregorio Rebottaro, quien colabora en la obra desde el inicio.

Foto: Gentileza grupo de Facebook Capilla San Gabriel

 

Florencia Arri

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Una obra en marcha con paredes de ladrillo rasado; andamios, herramientas y escombros. Eso es lo que ven muchos vecinos en Diez de Andino 4480, esquina Aguado, en el barrio Altos de Noguera. Muchos, pero no todos: una decena de personas ve la capilla San Gabriel Arcángel en marcha, con su altar y bancos de madera donde recibir a un centenar de personas. Esa es la visión que motiva a un grupo de vecinos a trabajar los fines de semana y cada hora libre para hacer de una realidad, la otra.

El espacio era, hasta hace dos años, un terreno baldío lindero a la vieja capilla. “Hoy, hay un edificio que está a punto de tener el techo y mucha gente con esperanza de terminarlo”. Así dijo Gregorio Rebottaro, el vecino que en la obra hace las veces de electricista, albañil y ayudante. Todo comenzó a fines de 2012 cuando el párroco de Nuestra Señora de Pompeya, de donde depende la capilla, planteó la necesidad de ampliarla ante el crecimiento del barrio. Incentivados por el sacerdote, el Pbro. Julián Mujjur, los vecinos se pusieron en marcha para hacer lo que estaba al alcance de sus manos.

Tercer año de obra

Desde su creación hace 26 años, la capilla es un salón de 35 metros cuadrados donde se celebra misa y se hacen todas las actividades, desde casamientos hasta catequesis. Con asesoramiento del Arq. Daniel Games, los vecinos analizaron si era más conveniente ampliar el edificio viejo o hacer uno nuevo.

“Llegamos a la conclusión de que convenía construir desde cero antes que remodelar lo que había”, contó Gregorio Rebottaro. Así, priorizaron erigir un edificio austero que perdure en el tiempo y que se pueda terminar. La fecha de inicio de la obra fue el 1º de mayo de 2013, cuando aprovecharon el feriado para comenzar a abrir los cimientos y a hacer los pozos para las columnas del edificio.

En 2013 se hicieron los cimientos, el piso, el altar, se levantó una pared del contrafrente hasta los 2 metros y las del resto del edificio a 1 metro de altura. El año pasado se elevaron todas las paredes a 5 metros, que es la altura del edificio.

En este primer trimestre de 2015, los vecinos comenzaron a colocar la estructura para el techo. El edificio está en obra pero también en uso: cuando la ocasión lo requiere, se guardan las herramientas y se trasladan los bancos, sillas y hasta las imágenes de María, Jesucristo y San Gabriel de la vieja capilla.

Costos y esfuerzos

La obra demandó hasta hoy $ 145.000. “Es muy poca plata muy bien cuidada”, dijo Gregorio. La suma es resultado de donaciones y eventos a beneficio.

El monto inicial fueron $ 30.000, donados por el arzobispo, Mons. José María Arancedo, al celebrarse sus Bodas de Plata episcopales, en mayo de 2013.

Los fondos restantes fueron recaudados por los vecinos mediante la venta de bonos contribución de $ 10 y $ 20 y la realización de eventos a beneficio.

“La gente ayuda como puede: hay vecinos que donan desde $ 10 pesos, otros que vienen a trabajar y hasta cuando vamos a comprar los materiales siempre nos regalan algo ‘de yapa’”, detalló el electricista.

El único aporte constante es el de una empresa que colabora con $ 400 por mes. Sin embargo, desde el primer día y hasta hoy, Rebottaro dijo que nunca les faltó nada para hacer el trabajo. “Ni una herramienta ni una bolsa de cemento: siempre hay una mano generosa, invisible, que permite seguir adelante”.

 

El dato

Quiénes son

Quienes ponen sus manos y tiempo a disposición de la obra, totalmente ad honorem, son Augusto Botes, Fabricio Cerutti, Miguel Corvalán, Gustavo Gigena, Luis Delgado, Sergio Martínez, Orlando Calígaro, Roberto Perales, Renzo Dorado, Adrián Aguirre, Gero Romero, Nahuel y Joaquín Rebottaro, Rubén Marín, Orlando Troncoso, Julio Basavilbaso y Juan M. Churruarín.

Junto a ellos, un grupo de mujeres organiza eventos para reunir fondos y vende en el barrio bonos contribución de $ 10 y $ 20. Se trata de Mirta Perales, Chela Staringer, Gabriela Basualdo, Verónica Rémiro, Lucila Carabajal, Gabriela Chabarria, Perla Rolón y Rocío Aguirre, Vero Tanchis, Melina Delgado, Mercedes, Aurora, Lilian Santillán, Norma Albarracín y Claudia Farías, entre muchas otras personas.

Desde sus inicios, el grupo también incluyó a curas extranjeros radicados en Santa Fe por su labor sacerdotal: Thani Govindu, de India; Vidla, de Polonia; Julian Mujjur, de Indonesia -hoy al frente de la capilla-, y Akuila Taliuali que llegó del remoto Reino de Tonga, en Oceanía, y hoy cumple su misión en Neuquén.