Tribuna de opinión

Sólo ellos no se dan cuenta

Por PATRICIA SEVERÍN

Hartos. Los ciudadanos estamos hartos. Durante semanas nos han literalmente bombardeado. Nos invadieron los teléfonos, los e-mails, el facebook, los buzones, las veredas, los tapiales. Los altoparlantes con sus carros arrastran cartelones con caras, y gritan por calles y avenidas como si fuera la propaganda de un circo; por si esto fuera poco, en el cielo sobrevolaba una avioneta tratando de resucitar viejos candidatos.

Salimos de casa y por donde miremos, quienes debieran dar el ejemplo, ensuciaron la ciudad. Todo es pegatina: afiches, pasacalles, boletas, folletos en postes, paredes, ochavas, baldíos... Una invasión bien terrestre se nos vino encima. Y entonces sobreviene la náusea, como bien lo dijera en su artículo Natalia Pandolfo.

Nos preguntamos con los vecinos, los hijos, los amigos: ¿cuál es la percepción de los políticos? ¿La perdieron, acaso? Si la tuvieran se darían cuenta de que ya la gente dijo basta a este modo de hacer proselitismo. Este ruido cruzado que estalla como fuegos de artificio impide diferenciar a los unos de los otros. ¿Qué tal si implementaran el silencio para poder escuchar-escucharnos?

Y junto al silencio destinaran ese enorme flujo de dinero que se va en las campañas para hacer obras o terminar las inconclusas. Tantas cosas necesitamos en este sur del sur, que ver, palpar, sentir y soportar (sobre todo soportar) este dilapidar sin principios ni sentido nos parece perverso.

¿Creerán los políticos que las personas no pensamos, no vemos, no recordamos? ¿Cuál es su arrogancia para no estar junto a los demás escuchando lo que tenemos para decir? ¿Vivimos, ellos y nosotros, en mundos paralelos?

¿Acaso no saben que toda esa polución visual hace que no se vea a nadie? Qué sólo sean lejanos fantasmas desesperados por engullir el voto. ¿Quieren gobernar o sólo quieren el poder? ¿Quieren solucionar los problemas del pueblo o llenarse los bolsillos? Si quieren gobernar y solucionar, escúchennos: no queremos más campañas políticas. Sí, queremos acuerdos entre ustedes para el ahorro, la humildad, la ética y la limpieza ciudadana.

Una amiga tuvo una brillante idea, en vez de tantas caras que terminan siendo todas iguales- si quieren poner algo en los afiches, pongan las obras que hicieron o las que prometen hacer. Y cuando quieran volver coloquen: obra realizada. Y sólo el nombre.

Todo ciudadano o ciudadana que contrae una obligación de cualquier tipo, debe firmar un contrato. Debe hacerlo para pagar un alquiler, para publicar un libro, o para brindar determinado servicio o bien. Y si no cumple con lo pactado, debe enfrentar la ley. La pregunta que nos hacemos hoy, los que no estamos en política, es ¿por qué no se implementa lo mismo con quiénes nos gobiernan? El castigo debería ser ejemplar, quien no cumpla lo que promete, que se le impida la vuelta a la política. Y esto serviría también para diferenciar a los buenos políticos de los otros. Senadores honestos que escuchan al pueblo, funcionarios del municipio y de la gobernación que están allí realmente para servir. Claro que los hay, pero se confunden en una “misma” campaña altisonante y eso es justamente lo que no queremos.

El año electoral recién comienza. Queremos que algún político que lea esta nota nos pueda dar una respuesta. ¿Seguiremos así por ocho meses más o hay posibilidad de un verdadero cambio?